La entidad se acogió a la Ley 550 (Ley de Intervención Económica). Sus principales acreedores son la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (Dian) y la Empresa Territorial para la Salud (Etesa). El monto de la deuda no se conoce porque el gerente de la entidad, José Lemos, dice que prefiere no hacerlo público “por respeto al Gobierno”. Sin embargo, asegura que a Etesa no le debe nada: “Estamos en un proceso de litigio en tribunales de unas acreencias de antes de acogernos a la Ley 550 que no son legales. En saldos posteriores estamos al día hasta el 31 de diciembre del 2007”, afirma el dirigente. Lo cierto es que los terrenos, su principal activo, no están libres. El hipódromo funciona en dos lotes. Uno lo tiene embargado la Dian y el otro, Etesa.
Además, hay un problema de liquidez grave: “A los propietarios nos deben premios, a los empleados de planta les deben salarios, a los preparadores y jinetes les deben sus porcentajes reglamentarios. Eso ha sido una cadena de desastres”, reclama William Fernando Yarce, el propietario de ’Pendolino’, el caballo que ganó en la pista este año el Gran Derby Colombiano, carrera que terminó en un largo litigio en el que el tribunal hípico declaró vencedor a ’Borra mis Huellas’, que llegó segundo.
En este momento, Equus Comuneros no tiene disponible una sola cuenta bancaria. Los premios se estaban pagando con cheques de una empresa llamada Satelites Service International (SSI) y muchas veces salieron sin fondos. El recaudo de las apuestas se hacía a través de cuentas de otras empresas y el último hecho, que rebosó la copa fue una carta que José Lemos mandó el primero de noviembre a los agentes hípicos para consignar en una cuenta corriente a su nombre.
“La gente dice muchas cosas que no son. Tenemos muchos adversarios”, afirma Lemos. Lo cierto es que las quejas sobre Equus Comuneros crecen y los caballos se niegan a salir del partidor.
Fuente: El Tiempo (Colombia)
Fuente: El Tiempo (Colombia)
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