La venerable máquina tragamonedas sufre un cambio generacional. Durante más de un siglo, desde que fue inventada por un inmigrante alemán llamado Charles Fey, después de 1890, las máquinas tragamonedas han requerido poco más que efectivo, fe y la capacidad de tirar de una palanca o presionar un botón.
Pero ahora una nueva clase de máquinas tragamonedas, dirigida a atraer a jugadores más jóvenes que crecieron con juegos de video, exige algo más: habilidad.
Añadir un elemento de coordinación entre mano y oído, por más sencillo que sea, es sólo una forma en que los fabricantes de tragamonedas trabajan para aumentar el atractivo de los aparatos insistentemente ruidosos que han probado ser populares entre los jugadores de edad mayor. Además de nuevas máquinas que ofrecen una recompensa adicional para la habilidad, los fabricantes han desarrollado juegos comunales que conectan grupos de máquinas, los mismos que son populares entre las personas de menos de 40 años.
Muy pronto llegarán tragamonedas con palancas de juego y otras que permitirán a los usuarios jugar en equipo o uno contra otro, tal como lo hacen en muchos juegos de internet.
Estudios de la industria demuestran que las personas de 21 a 40 años —quienes crecieron mientras decenas de estados legalizaban los juegos de casino y los canales de televisión por cable hacían famosos a los mejores jugadores de póquer —, tienen menos remordimientos morales por jugar que la generación de la posguerra y que sus padres. Los jóvenes se dirigen a Las Vegas y otros centros de juego en grandes números.
El problema para la industria es que pasan mucho menos tiempo en los casinos que los jugadores mayores. “Los jugadores vienen a la ciudad a divertirse”, dijo George Maloof Jr. presidente de Palms Casino Resort, un popular sito en Las Vegas para personas de menos de 40 años. “Beben, van a los clubes que cierran tarde, miran cómo es el ambiente en la piscina. Jugar en general no es algo importante en su agenda”.
Pero el juego, especialmente las tragamonedas, todavía pagan las cuentas. Las máquinas tragamonedas son llamadas a veces “cajas fuertes bonitas” en la industria, porque reciben casi tres cuartas partes de los cerca de US$60.000 millones en ingresos por juego que generan los casinos estadounidenses.
Por ello, los fabricantes buscan proporcionarles a los operadores de casinos las máquinas de dinero que necesitan para justificar los muchos miles de millones de dólares que han gastado, ampliando las actuales propiedades y abriendo instalaciones en nuevos mercados.
“Con todo el crecimiento, cada casino tiene que traer a nuevos jugadores o veremos una caída en la participación del mercado de todos”, dijo Frank Legato, editor en jefe de Global Gaming Business, una publicación de la industria. “Es crucial traer todo el tiempo a nuevos jugadores a los casinos, en vez de reciclar a aquellos que ya están allí”.
Los casinos de Estados Unidos tienen enfocadas sus estrategias de mercadeo en las mujeres de 55 a 65 años, las que identifican como los usuarios más codiciados.
Nueva generación
Un problema para la industria, según Tim Stanley, jefe de información de Harrah's Entertainment, el gigante del juego en Las Vegas que dirige varias decenas de casinos en todo el país, es que, incluso cuando juegan, los más jóvenes tienden a elegir juegos de mesa menos redituables en vez de las máquinas tragamonedas.
Los fabricantes de máquinas admiten que están en la primera etapa de sus esfuerzos por atraer a jugadores jóvenes. Además, no desean desalentar a su principal público, siguen creando juegos dirigidos a atraer a quienes identifican como los usuarios más codiciados por la industria: las mujeres de 55 a 65 años de edad con tiempo y dinero para gastar.
No obstante, una nueva generación de máquinas comienza a desplazar a los grandes aparatos de cromo que, durante décadas, han dominado la sala de tragamonedas. Estas máquinas incluyen características como sonido envolvente, pantallas plantas e imágenes como las de los actuales juegos de video. Una de las más populares es una máquina tragamonedas basada en la película Top Gun, creada por WMS Gaming.
Las palancas de juego están a la vuelta de la esquina, según los fabricantes, y en los próximos años los especialistas de la industria esperan que los casinos comiencen a invertir en sistemas de redes que permitan juegos que combinen los juegos de azar con la competencia uno contra uno, que es popular en los juegos de computadora en línea como World of Warcraft y Halo.
“No podemos crear sólo una máquina pensando en la dama de 55 años de edad que viene al casino algunas veces al mes”, comentó Rob Bone, director de mercadotecnia de WMS Gaming. “Necesitamos atraer a nuevos grupos de jugadores o pereceremos”.
Los fabricantes de máquinas tragamonedas enfrentan conflictivas exigencias al buscar atraer al mayor grupo posible. Crean juegos que han atraído durante mucho tiempo a quienes desean a pasar el tiempo frente a una máquina que no sea ni física ni mentalmente agobiante. Pero los jugadores jóvenes anhelan juegos más desafiantes.
“Los jóvenes, luego de años de actividad solitaria en sus Gameboys, televisiones y computadoras, desean una verdadera interacción humana”, afirmó Joseph S. Weinert, analista del Grupo Spectrum Gaming, una firma consultora en Atlantic City. “Es por eso que ves que el póquer es tan popular junto con otros juegos de mesa”.
No obstante, la generación que creció con aparatos electrónicos digitales no les va a dar la espalda. En un intento por atraer a una joven generación de jugadores, Bally Technologies, de Las Vegas, firmó un trato con Atari, el pionero de los videojuegos, para desarrollar una serie de tragamonedas basadas en la habilidad, comenzando con una máquina estilo ‘Pong’. Ese juego, lanzado en agosto, incluye una manija de control que los jugadores usan al llegar a una ronda adicional, mientras más diestro el jugador, mayor será el bono.
Pero la habilidad llevará a un jugador sólo hasta cierto punto, ya que estas máquinas están calibradas aún para pagar menos dinero del que reciben.
Bally introdujo un segundo título de Atari, Breakout, el mes pasado en Las Vegas, donde la industria del casino se reunió para su feria comercial anual.
“Los juegos basados en la destreza serían suficientes para mí”, dijo Bryan Colin, de 24 años, un visitante de los casinos que aseguró que rara vez se sienta ante una tragamonedas y sólo por 20 minutos cuando se siente “ebrio y verdaderamente aburrido”. Generalmente, cuando está dentro de un casino, Colin juega póquer, blackjack o dados, aunque también se describió como “un gran fanático de los videojuegos”.
“Definitivamente probaré Breakout cuando llegue a los casinos”, aseguró.
Por: Caryn Rivlin - elpais
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