miércoles, 3 de diciembre de 2008

Ofreceremos carreras de caballos y galgos porque son apuestas atractivas

España - La sociedad Garaipen Victoria inaugura hoy en Vitoria su primera casa de apuestas, la tercera en la capital alavesa.
Fútbol, pelota, baloncesto, remo... el deporte se ha convertido desde hace unos meses en Vitoria no sólo en afición, sino también en sinónimo de resultados, ganancias, combinaciones múltiples, cantidades y riesgo. ¿El motivo? El desembarco en la ciudad de las casas de apuestas. La tercera abre hoy sus puertas en el salón de juego Boulevard, situado en la Avenida Gasteiz, 73. Se trata de la firma Garaipen Victoria Apustuak, compuesta por operadores vascos de salones de juego, Asegarce y Codere y William Hill, dos referentes mundiales en cuestión de apuestas. Entre su oferta, y como novedad, las carreras de caballos y galgos.
José Ramón Ortuzar, presidente del consejo de GARAIPEN VICTORIA APUSTUAK:
-Es la tercera firma de apuestas que desembarca en Vitoria ¿.Cómo surgió la idea?
Desde que en octubre del año pasado conseguimos la licencia del Gobierno vasco, estamos trabajando en ello. Es un proyecto formado por 27 operadores vascos que gestionan 64 salones de juego en la comunidad autónoma, Gabascar, la matriz de un grupo de comunicación formado por Asegarce; Codere, un referente del juego privado en Europa y Latinoamérica; y William Hill, reconocido mundialmente en la industria de las apuestas. Hoy es la primera piedra, el primer salón que abrimos en el País Vasco y nos emociona bastante porque pensamos que constituye un proyecto de éxito, aunque luego el mercado lo dirá.
-¿Qué servicios encontrarán los clientes?
Tenemos una oferta muy atractiva. Queremos dar una multiplicidad de eventos, desde fútbol a pelota y otros deportes tradicionales, que el que acuda al salón pueda hacer apuestas simples o múltiples, de lo más sencillo a lo más arriesgado, pero que viva el acontecimiento con intensidad porque le va a dar un resultado.
Más aperturas
-¿Alguna novedad respecto de las otras dos casas de apuestas?
Vamos a tener, como complemento, carreras de caballos y de perros internacionales. Por la inmediatez del resultado, son muy atractivas y puede jugarse mientras se espera que se inicie otra competición, dan continuidad entre una y otra. Son simples y al final, la gente se va aficionando, les gusta un caballo o un perro y luego lo siguen mucho.
-¿Pretenden atraer a un determinado tipo de público?
Al haber diversidad de opciones para apostar, cada uno atraerá a la gente que siga el deporte en cuestión. No es lo mismo el baloncesto que la pelota o el remo, cada uno tiene un público diferente y queremos ir añadiendo modalidades, no quitando, para dar la posibilidad de apostar en cosas que ahora quizá no hay.
-¿Esta apertura es la primera de otras muchas?
Sí. Hemos salido los últimos, aunque nos hubiera gustado estar un poco antes, pero queríamos tener una buena base de distribuidores. En un primer momento, queremos llegar a los 50 en todo el País Vasco.
-¿Tanta afición hay en Vitoria por las apuestas?
Bueno, popularmente se dice que donde hay dos vascos siempre hay una apuesta. Antes, en los caseríos había muchos piques y desafíos con el tema de los deportes rurales. Además, las apuestas son las que menos componente de azar tienen.
Competencia y ludopatía
-¿No temen que haya demasiada competencia?
El País Vasco y Madrid son las únicas comunidades donde este asunto está regulado y cada una tiene un modelo. Aquí, en función de la población y de la capacidad de juego, hay licencias para tres casas con una distancia equilibrada donde ubicarlas y una cobertura suficiente para que la capacidad esté cubierta, no es necesaria una competencia feroz. Es un modelo bueno y puede funcionar.
-Algunas voces críticas aseguran que estos establecimientos fomentan demasiado el juego y la ludopatía.
Nosotros somos los primeros interesados en que sea un modo de ocio y entretenimiento transparente y regulado, y que el juego en los salones sea responsable. Se trata de pasar un buen rato y disfrutar en compañía de amigos. El porcentaje de personas para las que luego se convierte en una patología es ínfimo. De todas formas, hay síntomas que se pueden detectar y no se trata de ignorarlos, cuanto antes se corrijan, mejor.
Fuente: elcorreodigital

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