España - Allí donde hay dinero, siempre existirán amigos de lo ajeno. Es el caso de las loterías y apuestas del Estado; suculentos premios para uno o varios afortunados que tendrán que compartir en porcentaje 'X' con el Estado y cuyo origen está en la propia inversión de todos los españoles que tientan a la suerte.
Bandas organizadas aprovechan los juegos de azar para usos fraudulentos.
Primitiva, Bonoloto, Quiniela, ONCE, Euromillones, El Gordo, El Niño... el Gobierno de España es uno de los que más dinero pone en circulación en todo el mundo a través de su sistema de Loterías y Apuestas del Estado (LAE). Cada martes, jueves, viernes, domingo, 22's de diciembre o 5's de enero, amén de otras fechas, los españoles tienen una cita con la suerte.
Todo ese sistema de apuestas del estado, factura aproximadamente unos 10.000 millones de euros en España anualmente. Para hacernos una idea de tamaña cantidad, esta sería el equivalente anunciado por el Gobierno de Holanda para evitar la sonada quiebra del banco ING.
Mucha tela
Según los estudios, existe una interrelación muy directa entre el alcohol y las apuestas, pues los primeros en el ranking de gasto son, por este orden, máquinas de azar (tragaperras) y bingos. Juegos de azar ubicados en zonas habilitadas para el consumo de alcohol. Después nos gastamos más dinero en loterías y quinielas.
Tanto dinero, evidentemente llama la atención de mentes despistadas y amigas de lo ajeno, que ven en este flujo constante de dinero una oportunidad de hacer su 'agosto'. La propia LAE ha alertado del conocimiento de unas bandas de delincuientes de diferentes nacionalidades que utilizan el nombre comercial de la lotería española para llevar a cabo acciones fraudulentas.
Estas bandas, que operan fuera de España en nombre de nuestro país, cometen la estafa con un procedimiento muy sencillo y en el que, por increible que parezca, la gente pica. El mismo consiste en anunciar a la víctima potencial que ha sido agraciada con un suculento premio (aunque no haya participado en sorteo alguno), pero que, para cobrarlo, ha de pagar una cantidad derivada de los impuestos (gastos de envío, tramitación de seguros, gastos bancarios, etc.) que genera vender una lotería nacional en un país extranjero.
El hecho de utilizar nombres que parecen oficiales ("El Gordo", "La Primitiva", "European Lottery Commission"), infunde confianza, así como el aviso de que el plazo para realizar el desembolso es limitado y corre riesgo de caducidad. Que, ¿hecha la ley, hecha la trampa? Eso está claro. Pero que nos gastemos 10.000 millones de euros anualmente en juegos de azar, dice mucho más.
Fuente: soitu
domingo, 28 de diciembre de 2008
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