España - No está regulado, pero roba cada vez más cuota de mercado a loterías, casinos y bingos. Pese a la crisis, el volumen de negocio del juego online habrá crecido este año un 50% respecto a 2007.
Hace no muchos años, un joven español respondería “Cirsa” o “Franco” al ser preguntado por el nombre de una compañía dedicada a los juegos de azar. Hoy, su contestación sería “Bwin”, “Miapuesta” o “Pokerstars”. Lo dice Laura Guillot, portavoz de AEDAPI (Asociación Española de Apostadores por Internet) y no le falta razón. Aunque las primeras salas de juego online aparecieron a finales de los años 90, no fue hasta 2002 cuando el fenómeno socioeconómico del juego por internet comenzó a recortar terreno al modelo tradicional. Estos cibercasinos ofrecen la posibilidad de jugar desde casa a la ruleta o el blackjack, realizar apuestas deportivas o echar unas manos de póquer. La fuerte inversión publicitaria que están realizando estas compañías en nuestro país, la comodidad de internet y la predisposición del español medio a dejarse los cuartos en una apuesta han allanado el camino un mercado emergente que ha pasado de la novedad a la madurez en sólo seis años.
Muchas de estas compañías cotizan en Bolsa. En España, lo hace Codere, con resultados no muy buenos —los 21 euros iniciales por acción han pasado a ser 8—. Party Gaming, que ha facturado 50.000 millones en el primer tercio de 2008, llegó a superar en capitalización a British Airways en su salida a bolsa. La presencia en los parqués viste de seriedad un negocio al alza en el mundo, pero el dinero se está quedando en paraísos fiscales o países con una tributación más relajada. España no es una excepción.
Sin fiscalizar
Con un volumen creciente de unos 200.000 jugadores habituales, las arcas del Estado no ingresan un céntimo por lo que los españoles juegan en el ciberespacio. Los casinos tradicionales, por ejemplo, aportan más de la mitad de sus beneficios a la Agencia Tributaria. De ahí sus quejas.
O las de Loterías y Apuestas del Estado (LAE), que ha pasado de la intolerancia con esta nueva competencia a exigir la regulación. De hecho, algunas se están adaptando a los nuevos tiempos: ya se puede comprar Lotería o echar la Quiniela por internet.
Los jugadores deben declarar sus ganancias, también si son obtenidas en la Red, pero muy pocos lo hacen, al no existir ningún control. Sólo algunos profesionales tributan a Hacienda. Su figura se ha agrandado en estos años, al existir la posibilidad de ganar consistentemente tanto al póquer como en las apuestas deportivas, algo imposible en los juegos de casino.
La situación del juego por internet es de alegalidad. Por un lado, no está incluido en el catálogo de juegos de ninguna comunidad (la competencia en esta materia está cedida a las autonomías) pero por otro lado, cuando se juega por internet, ¿dónde se está jugando en realidad? ¿En España? ¿O en islas del Caribe, Gibraltar o la reserva de Kanahwake, donde estas compañías tienen sus licencias?
La UE, favorable a la liberalización, se ha puesto manos a la obra. De hecho, hace pocos días se han reunido representantes de los 27 para avanzar en esta dirección, aunque algunos países como Italia, Francia o Noruega —Bruselas ya ha adoptado medidas contra ellos— aún sostienen que es su competencia. Según Guillot, esto “no beneficia ni a las operadoras, ni a los estados ni al jugador. Por imagen, fiscalidad y seguridad jurídica”. Inglaterra y Estados Unidos presentan posturas antagónicas: los primeros tienen, con la Gambling Act, la mejor regulación mundial sobre juego, mientras que los estadounidenses han prohibido el uso de cualquier casino digital.
Comunicación de Bwin cree que es importante “asegurar que el juego se desarrolla en un entorno seguro y controlado”. En España, la reciente Ley de Medidas de Impulso a la Sociedad de la Información obliga al Gobierno a presentar en un plazo indeterminado un proyecto de ley para regular el juego interactivo. De momento existen intenciones, pero pocas soluciones.
La cara y la cruz
Otro de los problemas del vacío legal que existe es el difícil control sobre posibles adicciones, siempre a la sombra del aspecto lúdico del juego, como el alcoholismo está presente en el sector vinícola. Aún así, asociaciones como AEDAPI o las propias salas online ofrecen consejos para evitar la ludopatía o, en el peor de los casos, reconocerla y tratarla médicamente. Hablamos de un porcentaje de jugadores inferior al 5%.
En el otro lado de la moneda están los jugadores profesionales, un grupo selecto de jugadores que crece paralelo al sector al que se dedican. Ganan regularmente y tienen el juego como su única fuente de ingresos. No son pocos. También existe la figura del jugador semiprofesional, que trabaja y cotiza en la Seguridad Social, pero tiene en internet una fuente de ingresos extra a fin de mes. Unos meses les va bien y otros no tanto, pero si de verdad son ganadores, la sierra de pérdidas y ganancias irá siempre hacia arriba. Se aprovechan de que en las apuestas deportivas y el póquer se puede obtener ventaja. En juegos como la ruleta o el blackjack el jugador pierde invariablemente a la larga. Gana la casa. Pero si alguien sabe más sobre un evento deportivo que la propia casa o si es mejor jugando al póquer, un juego que mezcla azar y habilidad, que sus rivales de mesa, tiene una expectativa económica positiva. Son "pacientes, inteligentes, fríos y con conocimientos matemáticos", según Juan de Diego, de Everest Poker.
Los tiburones españoles ya comienzan a verse en los mejores torneos internacionales de póquer, muchos de ellos televisados. En Estados Unidos, Reino Unido y Escandinavia están arrasando y algunos son celebridades. En España, Antena 3 y Telecinco, en sus canales digitales, y Eurosport, ya se han atrevido a retransmitir póquer. Es cuestión de tiempo que un juego tan fácil de aprender –aunque difícil de dominar- se convierta en un buen producto televisivo en España y, por tanto, llegue a muchos de nuestros hogares.
CUATRO ASES DEL PÓQUER ESPAÑOL
Raúl Mestre: “Juego por dinero, para no cobrar 1.200 euros al mes, como todos”
Raúl no duda al ser preguntado por qué juega al póquer online:
“Para ganar dinero”. Este joven valenciano, ex estudiante de Química, comenzó a jugar antes del boom de 2005 y muy pronto estaba ganando botes de varios miles de dólares dada su gran capacidad analítica y matemática. Ha ganado tanto dinero que ya juega sólo en vivo, patrocinado por Unibet. La semana pasada se embolsó 70.000 euros en un torneo celebrado en Praga. Tiene una buena cartera de inversiones y planea montar un negocio para sentirse “realizado”. Sir Donald, como se le conoce en los foros especializados, donde enseña de forma altruista a los novatos, considera clave “ser disciplinado, paciente e inteligente”. En eso, va sobrado.
Raúl Páez: “El póquer debería ser considerado como un deporte”
El Toro, como le llaman desde que ganara su primer brazalete del World Poker Open, coge el teléfono, pero no puede hablar: está jugando en Torrelodones. Este extrovertido barcelonés se dedica al póquer desde antes de la irrupción del juego online. A caballo entre Barcelona, Los Ángeles, Las Vegas y Madrid, este trotamundos del naipe es el segundo español que más dinero ha ganado y ve el póquer como un deporte porque “exige una buena condición física y mental y porque no es sólo un juego de azar”. Páez acaba de firmar un patrocinio con Full Tilt Poker y aspira a “ser el número uno en torneos, no a ganar dinero”. La única pega, que la “profesión no deja tiempo para novias, sólo tengo amigas”, dice.
María Maceiras: “Lo más importante es tener la cabeza bien amueblada”
A sus 28 años recién cumplidos, esta simpática gallega es, a su manera, una celebridad. José Ramón de la Morena o Buenafuente ya se han interesado por las andanzas de esta profesional del póquer. Le viene de familia: tanto su padre como su hermano también juegan, y muy bien, como ella. May es la imagen de la sala Everest Poker en España y se codea con los mejores del mundo en Europa y Las Vegas. Está en el top-10 de ganancias de jugadores españoles, pero no se obsesiona: “Lo más importante es tener la cabeza bien amueblada fuera de la mesa, controlar los gastos y los altibajos”, dice, pero también aspira a acaparar “todos los títulos”.
Javier Martínez: “Me enseñaron mis amigos hace tres años y ahora soy profesional”
El pasado fin de semana se proclamó campeón de España de póquer, sucediendo a Francisco López y Fernando Martín. Javier aprendió gracias a sus amigos Luigy e Isma, ambos también apasionados del póquer. Fue hace unos tres años, y en sólo este tiempo ha conseguido ser el jugador más regular en el circuito de torneos que conforman el campeonato nacional además de ganar en los niveles altos de internet. Estudia Obras Públicas, aunque tiene “la carrera algo apartada”.
Y es que no le va nada mal: con sus ganancias de este año ya se ha comprado un deportivo descapotable. Se dedica profesionalmente al póquer, sobre todo en internet, y se está “planteando muy seriamente seguir así todo lo que pueda”.
Fuente: gaceta.es
viernes, 19 de diciembre de 2008
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