Argentina - Tendrá ruleta y tragamonedas. Los vecinos polemizan sobre los pros y los contras del emprendimiento.
Uspallata comenzará las clases con tres turnos que comparten un solo edificio escolar. Pero el mes que viene tendrá un casino en la esquina cabecera de la villa (ruta provincial 52 y ruta nacional 7).
A pesar de que en el cartel de obra sólo se hace referencia a la ampliación de la terminal y la construcción de un centro comercial, el edificio que se está levantando albergará máquinas tragamonedas y mesas de ruleta de lo que será un anexo más del Casino de Mendoza. Terminal y locales comerciales quedarán para después.
La inminencia de su apertura tiene nerviosos a muchos de los pobladores. Algunos porque no quieren un centro de juegos en el tranquilo pueblo. Otros porque creen que existen otras prioridades. Pero también hay quienes creen que se trata de una forma de progreso y una nueva fuente de trabajo.
Muchos de los pobladores temen dar la cara por miedo a perder algún beneficio social, alguna chicana política o, simplemente, por vergüenza. Otros, en cambio, hablan a toda voz (ver testimonios).
En líneas generales le temen al casino. Dicen que será una perdición para el pueblo o que, al menos, habría que atender otros problemas más urgentes. Por ejemplo: un nuevo edificio escolar, pavimentación de las calles o casas del Instituto Provincial de la Vivienda.
"En Uspallata hay pobladores de toda la vida que tienen que alquilar", aseguró una mujer que trabaja en tres lugares del distrito lasherino y vive en una casa prestada pero no quiso dar su nombre.
En la misma línea crítica, Gabriela Torres, presidenta de la Asociación Unión de Comerciantes de Puente del Inca y Alta Montaña, opinó que el casino será para que los lugareños pierdan el poco dinero que tienen.
"Pero se evitará el juego clandestino", retrucó una vecina uspallatina.
También es cierto que en Uspallata hay quiniela clandestina, se apuesta en las carreras cuadreras y hay quienes sostienen que hasta se organizan timbas en casas particulares en las que los lugareños se apuestan hasta el último peso.
"El casino tendrá sus pros y sus contra. Yo lo veo como un adelanto. Es una fuente de trabajo y creo que puede ser un atractivo turístico más", argumentó Gianina Agüero, empleada de una empresa de micros.
En la vereda de enfrente una comerciante relativizó que los trabajos vayan a ser para los pobladores de Uspallata: "Tengo entendido que traerán gente de otros lugares", indicó.
"No va a ser así. Los uspallatinos tendrán la prioridad en estos puestos laborales que se generen con la apertura del anexo", aseguró Daniel Pereyra, titular del Instituto de Juegos y Casinos.
Fuente: diariouno
domingo, 2 de marzo de 2008
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