Argentina - Omar Viviani es, en teoría el secretario general del Sindicato de Peones de Taxis; sin embargo, en los hechos parece resultar el más expansivo empresario de la actividad autotransportista urbana. Protegido por Hugo Moyano, secretario general de la CGT a quien apoya, Viviani estaría incurriendo en una práctica irregular aunque muy rentable (para él).
El comentario ya es generalizado entre los taxistas porteños: las paradas de taxis tienen un dueño. Y ese propietario de paradas de taxis sería Omar Viviani, al frente del Sindicato de Peones de Taxis.
Controlar una parada de taxis puede resultar un negocio muy rentable: no tiene el costo fijo de una licencia de radiollamada, ni paga el canon que el alquiler de un vehículo deben pagar los peones, ni paga algún alquiler a la Ciudad por la explotación de un negocio que consiste en la ocupación de un espacio público (¿dónde está Juan Pablo Piccardo?).
Una vez que Viviani y los suyos se apoderan de una 'parada' de taxis, según explican los conocedores del negocio, el Sindicato de Peones de Taxis comienza a cobrar un 'peaje' no oficial, varible según la práctica convenida, habitualmente, con quien les asegura la 'parada'.
De acuerdo al relato de muchos taxistas, cada 'parada' de taxi se encuentra gestionada por un delegado del sindicato. Ellos controlan el derecho de admisión y la recaudación diaria.
Por ejemplo, en el caso del Hipódromo de Palermo, donde hay 4.000 máquinas tragamonedas en funcionamiento durante las 24 horas del día, el Sindicato cobra $ 0,50 por viaje.
En el caso del casino flotante, en la Costanera Sur, que en el pasado fue una parada muy frecuentada aunque los problemas sindicales han mermado el público, también se aplica el $ 0,50 por viaje.
La suma de ambas paradas convierte a la empresa kirchnerista Casino Club en un decidido 'protector' de Viviani, quien tiene sus argumentos: según su gente, la 'parada' consigue que los taxistas sean identificables.
En verdad, esto también se logra con cualquier sistema de radiotaxis, pero Viviani pretende ignorarlo.
Precisamente en esos lugares públicos hay empresas de radiotaxis, que le cobran una cuota semanal por el servicio a los choferes. Hay taxistas que no utilizan el servicio de esa compañía de radiotaxi pero, de todos modos, recibieron el reclamo perentorio, bajo amenaza de expulsión, de $ 35 por semana.
Entonces, ¿para que pagarle a los Viviani?
En la Terminal de Ómnibus de Retiro y en la estación Constitución, se cobra un canon fijo diario que oscila entre $ 5 y $ 8.
Debe recordarse que otra parada muy famosa, harto polémica pero controlada, aparentemente, por otos beneficiarios es la del Aeroparque Metropolitano Jorge Newbery.
Desde un punto de vista comercial, es un negocio 'redondo': No existe inversión y a mayor cantidad de público se multiplican las ganancias. Pero, ¿en qué le conviene a los peones de taxis este negocio del Sindicato de Peones? ¿Cuál es la aplicación de esos fondos no registrados?, sería la pregunta a Viviani, quien fue sentenciado recientemente a realizar tareas comunitarias por los incidentes ocurridos el año último en el Hotel Sheraton.
En verdad, las 'paradas' supuestamente pertenecen al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires pero esto no está ocurriendo. Otra vez: ¿dónde está Juan Pablo Piccardo?
Gabriela Michetti le dijo al diario La Nación que en los 100 días de gestión de Mauricio Macri, ellos "han marcado la cancha", pero la frase es desafortunada porque esto puede ser para bien o para mal. En casos puntuales como el mencionado -y no es el único-, Macri ni siquiera 'marcó la cancha' sino que aceptó el orden preestablecido cuando la gente lo votó para cambiar lo que venía de Grosso/De la Rúa/Ibarra/Telerman.
Fuente: urgente24
jueves, 20 de marzo de 2008
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