martes, 25 de marzo de 2008

Las casas de apuestas deportivas podrán abrir en la Comunidad a finales de año

España - Los valencianos mayores de edad podrán apostar en breve en un derbi entre el Valencia y el Villarreal sin tener que recurrir a internet. Según ha confirmado ABC, la Conselleria de Economía y Hacienda está redactando el borrador de la futura normativa que regulará la instalación de casas de apuestas deportivas en la Comunidad Valenciana, texto que se prevé aprobar a finales de este año.
La Generalitat llevaba dos años meditando la elaboración de una normativa al respecto. Durante este tiempo, responsables de la Conselleria de Economía han recibido a representantes de las principales casas de apuestas del mundo interesadas en introducirse en el mercado valenciano.
Aunque no se tiene todavía un borrador definido, estas mismas fuestas desvelaron que, entre los requisitos que se exigirán a las empresas interesadas, constará la exigencia a éstas de una solvencia demostrable. Lo que ya se tiene decidido, al igual que en el resto de autonomías que ya se ha regulado el sector, es que, en principio, sólo se permitirá la realización de apuestas deportivas.
El resto de apuestas, aparcadas
El objetivo es el de ir «poco a poco», según apuntaronn las mismas fuentes. Según señalaron, es necesario que la población valenciana vaya familiarizándose con esta nueva modalidad de juego para poder llegar a la situación del Reino Unido, donde se hacen apuestas sobre todas las situaciones donde va a haber un resultado cierto (como, por ejemplo, en las elecciones o en situaciones aún más excepcionales como la elección de un nuevo Papa).
Desde la Conselleria de Economía se espera tener el borrador definitivo cerrado en verano; por lo que, según calculan, la nueva norma podría estar aprobada antes del fin de 2008. Para cumplir los plazos se han mantenido distintos contactos tanto con las casas de apuestas -procedentes de países como Reino Unido, Italia o Grecia- como con representantes del sector del juego español para recabar su opinión. Es más, tras la tramitación de la regulación, estas empresas podrán presentar alegaciones.
El principal aliciente con el que se encuentra la Generalitat estriba en el importante incremento recaudador que se derivará de la concesión de licencias y de los impuestos que se fijarán. En 2007, la Administración autonómica recaudó por el juego -bingos, casinos y máquinas recreativas son de su competencia- alrededor de 280 millones de euros.
Las expectativas de la Conselleria de Economía respecto a los ingresos que resultarán, aunque son extremadamente positivas, son difíciles de cuantificar: no se sabe cuánto negocio puede desarrollarse porque no existe una «cultura de la apuesta» en la Comunidad, es una incógnita cómo reaccionará la población y se desconoce con qué rapidez se van a extender los nuevos establecimientos por la región.
El otro aspecto que todavía no se ha concretado al detalle es el de la tributación. A los impuestos por volumen de negocio se añade la tasa fiscal que se aplicará al «win» (un porcentaje sobre lo que recaudan las empresas cuando ya se ha restado lo que éstas devuelven en premios), la cual rondará el 10 por ciento. Igualmente, estas mismas fuentes resaltaron su positivo impacto sobre el empleo, ya que se crearán nuevos puestos de trabajo.
Por ahora, el sector del juego instalado en la Comunidad ha recibido la noticia con disparidad de opiniones, según afirman desde la Conselleria. Mientras que unos ven a las casas de apuestas como una amenaza a su negocio, otros consideran el nuevo modelo como un complemento para su oferta que les puede beneficiar y en el que pueden asomar la cabeza.
Un modelo alejado de los fallidos aragonés y vasco
Las casas de apuestas, de gran arraigo en el Reino Unido, se están introduciendo en España por etapas, ya que las competencias sobre este ámbito recaen el las Comunidades Autónomas. Tras una mala experiencia en Aragón -donde se tuvo que retirar un concurso-, que derivó en un paréntesis de cuatro años, la Comunidad de Madrid y el País Vasco aprobaron recientemente sus regulaciones. Se basan en dos modelos distintos: el vasco es de concesión -se han otorgado tres licencias a tres compañías de nueve aspirantes, lo que ha desembocado en pleitos-; y el madrileño es de autorización -se establecen unos requisitos serios para operar, sin límite en el número de empresas-. El modelo valenciano va a seguir el de Madrid, aunque diferirá en algunos matices que se han variado. Así, todas las empresas que demuestren solvencia económica podrán operar en la Comunidad Valenciana.
Fuente: Abc Valencia

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