viernes, 1 de febrero de 2008

Hasta que la muerte o el casino los separe

El tema que voy a tocar, ahora, es un tema serio. Como serio, también, han sido en su mayoría, por no decir todos, los temas abordados en este pequeño pero educativo blog... ¡No se rían que se les van a caer los dientes! Bueno, empiezo con una pregunta: ¿Qué sucede cuando un juego, se convierte en algo compulsivo, primordial y necesario? Problemas, ¿no?
Ludopatía o ludópata, denominan los psicólogos (en el argot popular se le conoce como timberos o viciosos, a saber), y se refieren a la obsesión, de una cantidad apreciable de personas, a los juegos de azar. Es decir, un deseo incontrolable, de quienes padecen esta forma de adicción, que los obliga a jugar de manera persistente y progresiva. Todo su mundo y atención gira alrededor del juego. Todo lo demás, inclusive los afectos, quedan al margen.
Obviamente, como en todo, hay diferentes grados de dependencia, pero como yo escribo este post me voy al caso extremo... Al de aquellas personas cegadas por el centelleo de una maquinita, que ni buen cuerpo tiene, en la cual arriesgan todo, perdiendo generalmente, al azar.
Por ahí, leí que la idea de las fichas es algo premeditada, pues, la mayoría de personas no cambian las fichas por dinero y se va, sino, lo hace, después de quedarse sin fichas...
Para complementar este punto, el de la ludopatía, citaré lo que, al respecto, dicen los psicólogos: "El juego de azar es un reto a la suerte, mediante la cual las personas proyectan su esperanza de cambiar el futuro girando la ruleta o al menos vivir la experiencia de la victoria contra un potencial fracaso".
Bueno, ahora vamos a un capítulo mas de: "Mujer, casos y cosas de la patética vida real" con su conductora Beba Neumann...
Esta es la historia, breve por cierto, de una muy querida amiga (¡Ojo¡ que no es el típico cuento de la amiga de una amiga que no es mi amiga y que tampoco soy yo...); una chica lindísima, muy mimada por sus padres, alumna egregia en los mejores colegios de la capital, reina de la primavera todos los años y sin necesidad que su padre comprara todos los tickets y talonarios del concurso ¿eh? En resumen, una chica codiciable.
Dicen, que la mejor dote de una mujer es su belleza pero en su caso, ésta, se volvió en el imán de las desgracias... En el ultimo año escolar, se puso de amores con un chico muy guapo, pero chico problema, muy guapo sí, pero vago y no quiero seguir ahondando en sus "cualidades" para no darle mala reputación (hoy amanecí buena). En resumen, diré que, era un bueno para nada, pero muy guapo...
Ella, terminó a "media caña" el colegio. No pudo asistir a la fiesta ni al viaje de promoción; sus seis meses de embarazo se lo impidieron. Contraviniendo los designios de sus padres, defendiendo con uñas y dientes a su hombre logró convencer, aunque con ciertos apuros y malos ratos, a su padre para que lo acepte como a un hijo...
Se celebró una boda relámpago. Una pequeña y muy linda ceremonia que culminó cuando el sacerdote los declaró unidos por el santo sacramento del Matrimonio, hasta que la muerte los separe...
Todo lo que empieza mal, tiene un mal final... Él, no cambió, jamás lo hizo. Más bien, incrementó, y de manera desmesurada, sus defectos. Lo que pudo haber sido amor se esfumó como una leve brisa en medio del desierto. Ni el nacimiento de la pequeña, su hija, lo puso en vereda. Se hizo inquilino permanente de salas de azar y casinos, amen de otros lupanares. Se perdía por días y regresaba con el rabo entre las patas, hasta que... conseguía algo de dinero y desaparecía. Varias veces rogó, juró en nombre de su hija que todo iba a cambiar pero recayó una y mil veces.
Armada de valor, ella, y cansada de los acreedores decidió, muy valientemente y por una cuestión de profilaxis mental, cortar por lo sano. Él, amenazó matarse..., han pasado dos años; él, sigue vivo y ella comparte su vida y felicidad con otra persona que la quiere, tanto a ella como a su pequeña hija.
POR: MARILYA CREEK - bebanewmann.blogspot.com

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