Argentina - Tenemos una nueva gestión municipal y por ende de cada una de sus áreas, entre ellas la que hace al Turismo. Como en casos anteriores uno se ilusiona con cambios que reviertan la situación actual.
Las estadísticas son muy parecidas año a año, pero a la degradación cualitativa ahora se agrega la cuantitativa.
Un turismo que atraía visitantes por casi todo el verano, fue pasando a quincenas, luego a semanas y actualmente a un promedio de cuatro días. A lo que se debe agregar el perfil de este tipo de población, que cada vez tiene un gasto menor. La media difundida de gasto, nos dice que la mayoría debe estar por debajo de la misma (la base de la pirámide). O sea, que descontando pasajes y hospedaje, a muchos sólo les queda para un magro desayuno, algo al medio día y una cena a “tenedor libre” o pizza y gaseosas.
En enero se anunció que habían llegado 1.337.838 turistas y con una estadía promedio de cuatro días y que la población flotante fue de 328.687 personas por día. Pero si las plazas hoteleras son 51.000 y fueron ocupadas el 80%, en los hoteles habrían pernoctado 40.000 personas (día) y si de las 45.000 unidades de vivienda, sólo se alquilaron 30.000 (la mayoría de tamaño muy reducido), podrían haberse albergado otras 120.000 más. Para llegar al total, habría 178.000 turistas que deben tener vivienda propia o se alojan en casa de familiares (cosa poco probable).
Por otro lado la caída del 6% en enero no puede ser compensada por la suba del 9% en diciembre: las bases para la medición son distintas.
Se siguen dando a conocer, viene desde gestiones anteriores, el origen de los turistas y ese dato no es importante para futuras planificaciones. Lo que se debe investigar es por qué dejaron de venir ciertos turistas, de otro perfil, con una media de estadía mayor y un gasto promedio más elevado. Eso demanda un estudio de mercado fuera de la ciudad o sea en las playas de Brasil, Uruguay, etc. Hay que determinar, si antes venían a Mar del Plata, por qué dejaron de venir y cuál debería ser la oferta para que regresen.
Lo de los precios, es sólo una excusa simple, siempre es un asunto de oferta (magra en calidad) y demanda (cada vez más exigente). No se gana nada con anunciar ciertos precios en noviembre cuando ya en septiembre habían aumentado (caso unidades turísticas) a casi el doble de lo expuesto. Por otro lado, los costos de las prestaciones e insumos, no podían estar por debajo del 25% (cerca de la inflación real, en promedio).
Hay que repensar la ciudad y su oferta, más si se quiere convertir en realidad el slogan “Mar del Plata todo el año”. Las Vegas es una ciudad de todo el año, pero un solo hotel vale en dólares más que todos los que cuenta Mar del Plata (y con sólo ocho de ellos se tienen más plazas que los cientos de Mar del Plata). Ni decir nada del lujo, confort, entretenimiento, etc.
Pero algo más afín a Mar del Plata sería la ciudad de Atlantic City, en New Jersey, a unos 200 kms. de New York: muy chica, con un clima más inhóspito que el nuestro y que recibe 33.000.000 de turistas durante todo el año, verano e invierno (con varios grados bajo cero).
Claro, hay 14 casinos, hoteles de gran nivel y un mundo de servicios y atractivos en su interior, etc.
En la década del ‘50 no había en Las Vegas un hotel tan lujoso como el Provincial, hoy tampoco (sería considerado una tapera). Nos quedamos en el tiempo.
En invierno, para trabajar todo el año, necesitamos hoteles/casinos de gran nivel, lejos del centro y que sean un atractivo y una motivación para el consumidor (turista). Pero no menos, lugares cerrados para cobijar a los que recorren la ciudad. No tenemos un miserable shopping, como en casi todas las ciudades del país (aún más chicas que Mar del Plata) que permitan el esparcimiento de los visitantes. El Shopping Los Gallegos es agradable pero sólo es un Patio Bulrrich, no Unicenter o el nuevo de Rosario.
Lo anterior no se ha dado por los impedimentos corporativos de asociaciones que son un sello o las que se suman en forma demagógica, agitando el fantasma de la desocupación. Pero la realidad es que esos pequeños negocios no emplean mucha gente y tienen casi el 90% de su personal en negro o con sueldos bajos.
El peligro mayor es que casinos en el Tigre, flotantes, bingos “cuasi” casinos, etc., en el gran Buenos Aires, están dejando a Mar del Plata fuera de carrera. El tiempo apremia.
El turismo puede ser que aporte el 15% del PBI local (con las reservas de las actividades económicas no contabilizadas ni detectadas) y si bien cada día es menor en función del total, todavía es un porcentual importante y necesario (en una ciudad de servicios y baja actividad industrial).
“Mar del Plata todo el año”, amerita, para que sea realidad, un análisis situacional: cómo llegamos hasta aquí, qué pasará si seguimos haciendo las cosas igual y qué se debería hacer para revertir esta realidad que día a día degrada a la ciudad más y más. Pero hay que elaborar un plan sobre la base de investigar a los consumidores perdidos y el perfil de la oferta en infraestructura y servicios que se debería tener para recuperarlos.
Fuente: noticiasyprotagonistas - Abel Felipe (Coco) Gutiérrez
lunes, 25 de febrero de 2008
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