Reino Unido - Por algo fueron el imperio más grande del mundo. No solamente, conquistaron territorios en todos los continentes del mundo, sino cuando no pudieron hacerlo, armaban a las llamadas repúblicas bananeras donde secuaces, con nombres anglosajones heredados, declaraban guerra a sus vecinos para beneficio de las empresas en industrias de extracción. Con una sonrisa en los labios y alturada labia, los caballeros de tongo y corbata sellaban acuerdos beneficiosos para la corona e ínfimos dividendos a sus asociados.
Es que son cientos de años de experiencia en hacer y deshacer negocios los que sirven para que empresarios británicos puedan desempeñarse con holgura en materia de hacer y deshacer leyes también. En estos menesteres, juegan cartas elementales los clubes, asociaciones abiertas y secretas, el compañerismo del colegio representado por el uso de ‘la corbata de la vieja escuela’, y sobre todo ese famoso dicho “Tú me rascas la espalda y yo te rasco la tuya”.
No nos sorprendió, entonces, que las principales empresas operadoras de casino en el Reino Unido no se asociaran con los gobiernos locales para poder postular a una de las licencias del ‘mega’ casino que el proyecto de Ley de Juegos 2005 pretendía. Mientras, empresas de los cuatro continentes pudientes invirtieron millones en proyectos para las capitales comerciales como Londres, Manchester, Glasgow, y otras tantas grandes ciudades del Reino, los operadores locales forjaron su estrategia en base a la Ley de Juegos de 1968, vigente entonces.
Según la referida Ley, los casinos requerían de autorización de magistrados locales para los establecimientos donde funcionaria el casino, principalmente, mediante un Certificado de Consentimiento. Antes del inicio de la nueva legislación en septiembre pasado, empresarios y operadores locales realizaron los trámites correspondientes para la apertura de casinos según la Ley de 1968, presentando 125 solicitudes para abrir casinos a lo largo y ancho del Reino Unido.
En una magistral lección de ‘jugar con las leyes’, los operadores de casinos británicos se antepusieron a la flamante nueva Ley del 2005, y ahora se sienten cómodos viendo como abren sus casinos, además de los 16 nuevos casinos grandes y pequeños que la nueva legislación autoriza. Por supuesto que no abrirán 141 casinos más en el país, pero esa es la proyección real. La nueva ley sin embargo, ha puesto un tope de 150 casinos, sin tomar en cuenta que ya funcionan 144 casinos debidamente autorizados.
Ante los suspiros de políticos de oposición, religiosos y curiosos de toda índole que se oponen a la apertura de más casinos en el país, la Ley es la Ley, y ambas antigua y nueva ha permitido esta situación. Va a ser interesante ver como se desenvuelven empresarios y políticos dentro del sector de juegos británico.
Por lo pronto, operadores de salas recreativas han empezado a quejarse por la mejor oferta de casinos que según la nueva legislación pueden pagar mejores premios y en mejores ambientes y condiciones. Años atrás, cuando empezaban a independizarse las colonias británicas, y el país había abandonado su pasión hegemónica global, alguien dijo: “Ahora que no pueden joder a nadie, me imagino que se sacarán la mierda entre ellos”.
Definitivamente, algo va a suceder en el sector, porque esas 125 solicitudes han costado dinero, y las 16 nuevas licencias autorizadas por la nueva Ley, más los 144 casinos suman un poco más de los 150 que pretende la administración de Gordon Brown. “¿Alguien dijo Recurso de Amparo? Bueno, tan cojudos no son. En el Reino Unido no existe una Constitución y los derechos del ciudadano se rigen por la Carta Magna y subsiguientes leyes, pero derechos constitucionales, más fácil es contarle los huevos al gallo”.
Fuente: Ricki Chavez Munoz - casinocompendium
viernes, 22 de febrero de 2008
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