Tres delincuentes armados con pistolas automáticas asaltaron en la madrugada de ayer el casino del Parque Paraguayo. Como si fuera una broma macabra del destino, entraron jugados, dispuestos a todo o nada.
En la puerta de acceso se toparon con la mujer policía que custodiaba el lugar y de milagro no protagonizaron un enfrentamiento a puro plomo, de fuego cruzado, que habría desencadenado una verdadera tragedia en la vereda del edificio de la casa de apuestas.
La sargento ayudante alcanzó a desenfundar la pistola nueve milímetros y apuntó hacia el maleante, que tomó similar actitud.
Ambos quedaron de frente, con el dedo tenso en el gatillo.
Pero la intervención de un tercer sospechoso definió el pleito a favor de los delincuentes. El hombre apoyó su pistola automática en el cuerpo de la mujer y a esta no le quedó otra alternativa que rendirse.
Con la situación bajo control, los asaltantes ingresaron en el casino y tras una raid delictivo que no duró más de cinco minutos, se alzaron con una suma cercana a los 40.000 pesos para desaparecer de escena caminando, hacia la avenida Costanera de Posadas.
El atraco se produjo alrededor de las 3 de ayer en el casino del Parque Paraguayo y elevó la sensación de inseguridad a su máxima potencia.
No fue un episodio común; más bien de una gravedad preocupante.
Una mujer policía hasta pudo haber perdido la vida en cumplimiento del deber. El hecho no ocurrió en la periferia de la ciudad, sino a metros de la avenida Costanera, donde a esa hora había mucha gente disfrutando de un momento de esparcimiento.
Ni hablar de los apostadores que se encontraban dentro del casino. Fuentes de la investigación indicaron que había unas 40 personas en el local. Muchas de ellas fueron despojadas de dinero, joyas y otros objetos de valor.
¿Qué hubiera pasado si alguien se resistía y dentro del edificio se registraba una balacera?
Es el segundo asalto de estas características en Posadas, en poco más de 24 horas. El primero ocurrió a las 0.20 del viernes, en la Parrilla céntrica Kelo’s (ver Idéntica modalidad), situada en avenida Corrientes 2055, donde sustrajeron poco más de 4000 pesos.
Justamente, los investigadores ataron cabos y no dudaron en vincular ambos hechos. Es más, a esta altura de las circunstancias la Policía no tiene dudas de que se trata de la misma banda.
En el robo calificado en el restaurant actuaron dos delincuentes. Uno de ellos, sindicado por las víctimas como el líder, tenía acento porteño, un tatuaje en el brazo derecho y una cicatriz en la mejilla del mismo lado.
Ambos salieron caminando del comercio. Tomaron la avenida Corrientes, doblaron por La Rioja y desaparecieron de la zona.
Se sospecha que subieron a un automóvil con un tercer cómplice que los estaba aguardando.
Precisamente, los detectives creen que este sujeto fue el que se sumó al grupo en el golpe de ayer al casino del Parque de la Ciudad.
En la casa de juegos
Tras reducir a la policía, los criminales ingresaron en el casino, apoyando el arma de fuego en la cintura del personal policial.
Al grito de “no se muevan, esto es un asalto, el que se mueve lo matamos”, se dirigieron sin escala previa a la caja de pago de apuestas donde se apoderaron de dinero.
Luego tomaron cautivo al gerente del casino y lo condujeron al tesoro.
Después de que el directivo abriera el cofre, lo arrojaron al suelo.
Ahí se alzaron con el grueso del dinero sustraído, que alcanzó a unos 40.000 pesos, entre dinero en efectivo, alhajas, relojes, celulares y otros elementos.
El trío dividió funciones. Mientras una parte se apoderaba del dinero del tesoro, la otra despojaba a los apostadores de sus objetos de valor.
Con el botín y la pistola reglamentaria de la mujer policía en su poder, los maleantes desaparecieron de escena sin dejar rastros.
Dicen que habrían cubierto su partida usando como escudo humano a una de las víctimas del robo a mano armada.
Testigos del episodio indicaron que los autores del golpe tipo comando salieron caminando en dirección a la avenida Costanera de Posadas, por una escalinata que desemboca en esa arteria.
Los detectives creen que pueden ser de Buenos Aires, Rosario o Santa Fe.
Un relato desde adentro
“Fue un momento de terror, una mujer de avanzada edad y una joven se desmayaron. La gente se escondía debajo de las mesas para ponerse a salvo, porque los tipos apuntaban con sus armas continuamente a todas las personas que estaban en el salón”.
La frase pertenece a una mujer que estuvo dentro del casino y que incluso fue amenazada con una pistola por el delincuente que estaba en la puerta de acceso, al intentar huir del lugar.
La testigo, que por razones de seguridad pidió mantener su nombre en reserva, contó la manera en que comenzó la pesadilla. “Eran más o menos las 3.15. Un hombre irrumpió en el salón con una pistola y apuntando a una mujer policía. Gritaba que le dijera al cajero que entregara el dinero. Otro se quedó en la puerta y el restante en la vereda. Uno de ellos amenazó ‘no se muevan porque los vamos a matar, esto es un asalto’”, consignó.
“Todos estábamos asustados y la gente comenzó a correr hacia todos lados, tratando de salvarse. Yo lo hice hacia la puerta de salida y el ladrón que estaba ahí me apuntó con el arma mientras me gritaba ‘entregame lo que tenés’”, recordó.
“En un momento me agacho debajo de una mesa y lanzó mi cartera al piso, para que no me robaran mis cosas. Fue un horror, pero en la confusión un hombre alcanzó a escapar”, señaló la mujer.
“Fue todo muy rápido. En un momento dado, uno de ellos apareció con una bolsa y comenzó a gritar ‘listo, listo, vamos, vamos’. Cuando salían creo que tomaron a una persona como rehén para escapar ”, subrayó.
La mujer expresó también su apreciación respecto de los asaltantes: “No tenían tonada de la zona, pero tampoco la voz del típico porteño. Más bien como hablan los chicos de la villa del conurbano. Escaparon hacia los escalones que llevan a la Costanera”.
Fuente: territoriodigital
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