domingo, 7 de diciembre de 2008

30 años del regreso del juego al Casino

España - En diciembre de 1978, la ruleta volvió a girar en los salones del blanco edificio que fue inaugurado en el año 1916.
Hace treinta años, el primero de diciembre de 1978, el juego volvía al Gran Casino del Sardinero. La ruleta giraba de nuevo y las cartas del black jack retornaban al tapete. El juego fue prohibido en 1924, en la dictadura del general Primo de Rivera. Con su legalización, en la democracia, Santander vio la oportunidad de que el Casino, el juego y la diversión fueran un imán para la atracción de turismo. En estos últimos treinta años, el Casino del Sardinero ha sido punto principal en la celebración de reuniones, banquetes, entregas de premios, exposiciones, actos sociales y culturales.

El edificio del Gran Casino que hoy conocemos es el tercero que se construyó en idéntica parcela de la Plaza de Italia, frente a la Primera Playa. A Juan Pombo Conejo, uno de los prohombres del desarrollo del Sardinero, se debió la construcción del primer Casino, en 1870, en una de las mejores fincas de su propiedad en la zona. El Casino era complemento indispensable de las playas, cuyos asiduos no buscaban solamente la acción benéfica del baño en la mar, tan recomendado para toda clase de achaques. Buscaban la diversión, el juego y el baile, el paseo y el descanso.
En este 2008 se cumplen 138 años de la apertura del primer Casino santanderino. Para 1898, a punto de acabar el siglo, el primer Casino del Sardinero se había convertido en uno de los locales por excelencia para la celebración de conciertos de música clásica. El Casino era corazón de la vida musical de la ciudad de Santander durante la temporada de verano (de junio a septiembre) con animadas veladas y un amplio repertorio de obras musicales de cámara, ópera, zarzuela, recitales de obras de Mozart, Albéniz, Verdi, Lizst, el cántabro Jesús de Monasterio, etc.
El segundo Casino, como ampliación y mejora del primero, fue construido en 1901 por la Sociedad Amigos del Sardinero S.A. y era más completo y de bonitas proporciones que el primero. Se celebraban en él animadas fiestas y excelentes conciertos, según recogía la prensa de la época. El edificio del segundo Casino era radicalmente diferente del primero en sus líneas estructurales. En el exterior, la verja era de hierro y montada sobre mampostería servía de cierre a la finca.

Pero Santander necesitaba un edificio más grandioso para su Casino, acorde con el despegue que había iniciado en el mundo del turismo. Cuando en 1913 llegaron a veranear a Santander los Reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia, al palacio regalado en La Magdalena, se comprendió la urgencia de dotar al Casino del esplendor arquitectónico que la prosperidad del veraneo exigía. La guerra mundial había acabado con la alegría y frivolidad de Biarritz, Niza, Ostende, Deauville, Estoril y Baden-Baden y el conglomerado de afortunados ociosos se refugió en las playas españolas, especialmente en Santander, en una nación preservada de la guerra gracias a la política de difícil neutralidad española.

En aquella época un empresario avispado, y muy relacionado incluso con el Rey Alfonso XIII, acababa de inaugurar la cadena de los más lujosos hoteles, el Ritz y el Palace en Madrid, el Claridge en París y el Negresco de Niza, y patrocinó en Santander, donde se reunían cada verano decenas de adinerados, la construcción de un nuevo Casino donde ya existía el antiguo.
El actual edificio del Gran Casino del Sardinero fue construido e inaugurado en 1916 según el proyecto realizado en 1913 por el arquitecto Eloy Martínez del Valle, titulado en Arquitectura en 1897. El constructor del edificio fue Francisco Mirones y el aparejador, su hijo, José Mirones de la Colina. El arquitecto Martínez del Valle fue el autor en Santander de edificios tales como el Teatro Pereda (1916), parte de los pabellones del hospital Valdecilla (1920), el Gran Cinema (1922) y el Banco de España (1924).
Asimismo, se encargó de la remodelación (1915) del Gran Hotel, hoy Hotel Sardinero.
La inauguración del Gran Casino de El Sardinero, el viernes 14 de julio de 1916, fue un acontecimiento social. El Casino compaginó la ruleta y el bacarrá con los bailes, cotillones y la puesta en escena de obras teatrales, musicales y ópera. La vida del Casino discurrió de forma muy brillante hasta que la dictadura del general Primo de Rivera obligó al cierre. Fue en septiembre de 1924.
Desde entonces, el Casino del Sardinero fue dedicado a actividades sociales, banquetes, exhibiciones, conciertos musicales y fiestas de verano. Desde 1953 a 1961, la empresa Calzada explotó el antiguo teatro como sala cinematográfica y desde 1969 a 1975 fue sala de Arte y Ensayo, a cargo de la empresa Restegui. En los salones del Casino se celebraron en los años finales de la década de los 70 las pruebas del Concurso de Piano Paloma OŽShea y la Asociación de Amigos del Festival Internacional de Santander ofreció numerosas actividades desde 1970 a 1978.
El sábado 29 de marzo de 1975 el edificio del Casino fue comprado a su propietaria, la sociedad El Sardinero S.A., por el Ayuntamiento de Santander y la Diputación Provincial. Firmaron la compraventa el alcalde de Santander, Marino Fernández-Fontecha; el presidente de la Diputación Provincial, Modesto Piñeiro Ceballos y el presidente de la sociedad propietaria del edificio, José Ribalaygua. Se pagaron 18.174.000 pesetas, a partes iguales. Desde ese momento, el edificio pasó a ser propiedad pública con el deseo de construir un Palacio de Festivales, ampliándolo hacia atrás con expropiaciones de las fincas posteriores. Iba a ser un gran edificio, con capacidad para 3.600 espectadores, necesarios para albergar el Festival Internacional de Santander que se celebraba en las instalaciones de gradas y toldos de la plaza Porticada. Pero la idea no llegó a cuajar.
La reimplantación del juego en España en 1977 permite la reapertura de las salas y es cuando se solicita la vuelta a la vida del Casino santanderino. Las autoridades vieron enseguida que la reapertura del Casino sería imán de atracción del turismo de calidad y clase.
El primero de diciembre de 1978, siendo ministro de la UCD Juan José Rosón, el Gran Casino de El Sardinero abría de nuevo sus salones culminando la gestión del alcalde de Santander, Juan Hormaechea, y el presidente de la Diputación Provincial, Leandro Valle. El proceso de rehabilitación y consiguiente y redecoración interior fue llevado a cabo por el arquitecto santanderino Ricardo Lorenzo. La primera bola de ruleta de la reapertura del Casino, el primero de diciembre de 1978, cayó en el número 13, negro.
Desde 1978 el Gran Casino del Sardinero ha tenido efectos muy favorables en el turismo y es uno de los atractivos más importantes de Santander y centro de atracción de cuantas asociaciones y colectivos profesionales se reúnen en la capital cántabra. En el Casino se han rodado películas y ha servido de imagen y plató para anuncios televisivos, dando a conocer aún más Cantabria.
Entre las películas que se han rodado en el Casino cabe destacar 'Asalto al Casino' (1981), de Max Buolois; 'Géminis' (1981), de Jesús Garay y Manuel Revuelta; 'Supongamos Santander', cortometraje de Jesús Garay; 'Oficio de Muchachos', (1987) de Romero-Marchant, basado en la obra del escritor y galerista cántabro Manuel Arce, y 'Airbag' (1996), del director Juanma Bajo Ulloa, con los actores Paco Rabal, María de Medeiros y Karra Elejalde, entre otros.
En 1998 se privatizó la gestión del juego en el Casino del Sardinero, que fue asumida por la empresa Casinos del Atlántico (Comar), iniciando un proceso de gran mejora del edificio, en el que invirtieron tres años de obras, lográndose recuperar más de 2.000 metros cuadrados de espacio, que se han dedicado a salas de ocio y exposiciones. Los servicios de hostelería los presta la empresa Víctor Merino e hijos. En el Casino del Sardinero trabajan 73 personas y en sus salones se puede jugar al black jack y al póker. Además, hay 37 máquinas de azar y dos ruletas multijuegos. La actual sala de juego, de 652 metros cuadrados de superficie, ocupa el espacio del antiguo teatro. Comar tiene casinos en Aranjuez, La Coruña, Cádiz, León, Salamanca, Menorca, Melilla, Santander y Zaragoza. Además, tiene bingos y salones recreativos por España, siete casinos en la República Dominicana, uno en Venezuela y uno en la República Checa.
Fuente: eldiarimontañés.es

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