martes, 5 de febrero de 2008

Apuestas y adicción suben en California

USA - De la lotería a la internet y las carreras de caballos, la industria de los juegos de azar va por más adeptos.
Todo luce normal en el supermercado, pero a Lucía González le sudan las manos y el corazón le palpita con rapidez. Siente que esta vez sí, que su estrategia para el triunfo —21 boletitos de Fantasy 5, 11 escogidos por ella y 10 por la máquina expendedora— la llevará a "pegarle al gordo".
"Hay semanas en las que no gano nada y nomás me la paso pensando de cuál tarjeta de crédito voy a sacar el dinero para jugar, pero no puedo parar, estoy segura de que en cualquier momento voy a tener mi golpe de suerte", narra nerviosa y confiesa que ha llegado a gastar hasta 500 dólares en un mes en boletos de SuperLotto Plus, "raspaditos" y el Mega Lotto.
Mientras miles de californianos posan sus ojos en la posible expansión de cuatro casinos en el sur del estado en virtud de otras tantas proposiciones electorales a decidirse este martes, otros juegos de azar como la lotería, los casinos de la internet y las carreras de caballos, continúan una lucha sigilosa en busca de más apostantes, en una industria estatal que genera ganancias superiores a lo que se gasta actualmente en DVD, música y libros juntos.
"No hay apuestas inocentes. Los ‘raspaditos’, las carreras de caballos, todos ellos contienen un riesgo para la sociedad y todos quieren más", declaró Keith Whyte, director ejecutivo del Consejo Nacional Contra Problemas del Juego (NPGAW).
El mundo de las apuestas de California ha crecido de manera espectacular en los últimos 10 años: de 3,000 millones de dólares en 1996 a 14,000 millones en 2006, según la Encuesta sobre Problemas de Juego en California de 2006.
Aunque para muchos resulte difícil de creer, entre todas las opciones de juegos de azar, la lotería es la que registra la mayor participación con un 43% del total y ganancias de casi 4,000 millones de dólares por año.
"La accesibilidad a estos juegos los vuelven los reyes de las apuestas. Están en casi todas las tiendas, en la gasolinera, a la vuelta de la esquina. Algunos de sus boletos llegan a costar hasta 20 dólares y hay personas que, sin darse cuenta, gastan 300 dólares en un día" indica Whyte.
La Lotería de California sabe eso, pero busca más. Este año, y hasta 2010, implementará la estrategia de extensión más intensa en su historia.
El plan incluye el lanzamiento de un nuevo programa de televisión, un incremento a sus 19 mil puestos de venta actuales, una nueva página de internet y hasta cabildear por enmiendas legislativas que eliminen las actuales restricciones actuales al monto de los premios. Todo esto, para antes que finalice el año 2008.
"La base principal de estos cambios es proporcionar más ayuda a la educación. Nuestras ganancias se destinan en su mayoría a escuelas, y es por ellas que buscamos mejorar. No se nos puede acusar de contribuir al problema de adicción al juego, porque nuestra agencia es desde 1998 la que más ingresos aportó para eliminar posibles adicciones al juego", explicó Olga Gallardo, portavoz de Comisión Estatal de la Lotería de California.
Pero esos esfuerzos "son mínimos comparados con lo que representará la extensión de los juegos de azar", indicó Robert Bruce, director ejecutivo del Consejo de California para Problemas de Juego (CCPG).
"La realidad es que la mayor parte [de los ingresos de la Lotería] se utiliza para pagar por su publicidad y cubrir los premios, no para la educación. La lotería es una industria de miles de millones de dólares, pero el año pasado sólo contribuyó con 400 mil dólares para combatir la adicción al juego. Es una suma ridícula", afirmó Bruce.
A la imparable ruleta de las apuestas californianas se suman los casinos como segunda tendencia, con el 28%, y ganancias de casi 7,000 millones de dólares al año.
El gobierno estatal está impulsando la extensión de cuatro casinos, ya que el estado necesita angustiosamente dinero y los casinos podrían pagar entre 150 y 200 millones de dólares anuales, según el gobernador Arnold Schwarzenegger.
Sin embargo, los costos sociales no están siendo analizados, indica el estudio titulado El juego en EU: Costos y beneficios, el cual revela que un casino después de llevar varios años operando aumenta en un 2% el número de bancarrotas locales, en comparación con las ciudades que no tienen casinos y sostiene que el crimen, los fraude, el suicidios y la desintegración familiar se multiplicarían con la expansión de los casinos.
Pero en cuestión de apuestas, California esconde otras jugadas bajo la manga: las carreras de caballos y los juegos por la internet.
Esta última opción es la favorita de los jugadores de entre 16 y 25 años, quienes llegan a realizar transacciones de entre 60 y 90 dólares por hora frente a sus computadoras pesonales.
Desde su hogar, se vuelven parte de la segunda industria más redituable en el ciberespacio, después de la pornografía. Dos de cada 10 adictos al juego en California utilizan la internet para apostar y juegan más de cinco horas a la semana, según la firma de mercadeo Nielsen Entertainment.
La contraseña de Esteban Carreño para ingresar a las jugadas de póker por internet es "luk6667y". Usando ese nombre, este joven de Rancho Cucamonga ha llegado a apostar hasta 1,500 dólares por día y juega simultáneamente con otras 15 personas otros lugares del país.
"No lo veo como un vicio, es mi trabajo. Hago más dinero aquí en un día bueno que trabajando en un McDonalds", comenta.
Pedro Carreño, el padre de Esteban entiende poco de tecnología, sin embargo, su pasión son los caballos y las apuestas deportivas. A su empresa en la ciudad de Industry, cada día llega un mensajero de la firma UPS con hojas para que los empleados realicen "pequeñas" apuestas clandestinas.
Carreño juega de 15 a 30 dólares y, como él, docenas de empleados de otras fábricas reúnen una bolsa de hasta 40 mil dólares por día.
"Empecé jugando un dólar, pero entre más dinero tienes en juego, mayor es la emoción", comentó Pedro, de 59 años, y quien comenzó a jugar a los 17.
Jugadores como Carreño son también los fieles asistentes a las carreras del hipódromo, una industria que registra ingresos estatales superiores a los 3,000 millones de dólares por año.
El enorme y rápido crecimiento económico de la industria de las apuestas es sólo comparable con el aumento registrado también en el número de adictos al juego.
Timothy Fong, director del Programa de Estudios de Jugadores de la Universidad de California Los Ángeles (UCLA), ha notado que éstos cada vez son más jóvenes y pertenecen a minorías étnicas de escasos recursos.
Actualmente existen alrededor de 589 mil adultos adictos a las apuestas en California. La mayoría no recibe ayuda. Otros 333 mil presentan problemas patológicos graves, afirma Fong.
"Los adictos al juego pueden sentir tanta ansiedad y desesperación como los adictos a las drogas. Nuestras investigaciones han demostrado que la adicción a las apuestas es un problema mental, pero si ponemos más oportunidades de juego frente a estas personas, las consecuencias son terribles. Recibimos llamadas desesperadas de gente a punto del suicidio o de otros llorando porque lo han perdido todo", explica Fong.
La prevalencia es mayor entre los hombres que en las mujeres, pero en los últimos años, la adicción de las mujeres ha subido considerablemente.
"Son lo que llamamos jugadoras pasivas, pero también a las que les resulta más difícil reconocer que tienen un problema de adicción", expresó Fong, y agregó que en un día promedio, muchas mujeres pierden hasta 100 dólares en los juegos de bingo caritativos.
Los latinos, en especial aquellos que no hablan inglés, son el grupo de más rápido crecimiento para la industria del juego y a su vez los más desprotegidos.
Con cifras y estadísticas en mano, Robert Bruce ha intentado varias veces contactar a los legisladores hispanos para pedir ayuda y advertir sobre el gran problema de adicción al que se enfrenta esta comunidad.
"Nadie ha querido escucharme", expresa este activista cuya pasión por el póker lo llevó en el pasado a empeñar su casa nueve veces y estuvo a punto del suicidio.
Tan sólo el mes pasado, de las 460 llamadas de auxilio que recibió el CCPG, 190, más del 41%, eran de jugadores hispanos que lo habían perdido todo.
"Lo triste es que no hay ayuda para ellos y los políticos no quieren enterarse del problema. El crecimiento de los casinos ha levantado polémica, pero en California el problema es más grande y nadie quiere ver la magnitud. No es justo que el estado busque fondos para cubrir su déficit a costa del sufrimiento de los adictos", afirmó.
Fuente: laopinion.com

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