España - "El que es ludópata lo va a ser toda su vida, esto no se cura. Lo que sí se puede es aprender a controlarlo y a vivir con ello".
Una moneda tras otra frente a la maquina tragaperras. Francisco Pizcueta entiende a la perfección el mundo del juego, no sólo por su experiencia personal, sino por ser el presidente de la Asociación de Ayuda a Jugadores de azar de la Región (Asmujer).
- Abordemos el tema poco a poco. Uno detecta su ludopatía, acude a la asociación y, ¿cuál es el primer paso que se debe dar?
-Bueno la primera medida que debe aceptar el enfermo es no disponer de dinero. La segunda es firmar la autoprohibición de entrar a salones de juego, bingos...
- ¿Y eso cómo funciona?
-Es un impreso de la Consejería. Uno lo rellena, lo firma y ya está. El problema es que no se ponen todos los controles que deberían y cada vez hay más menores ligados al juego.
- ¿Sí?¿Qué edades son las más comunes?
-Es que el tramo de edad va cambiando. Fijese, yo empecé a jugar a los treinta, pero es que ahora nos llegan chavales a la asociación que tienen entre 18 y 25 años. Empezaron a jugar a los 15 o 16 años.
- ¿Madre mía! Oiga, y ¿cuándo se traspasa la barrera que separa la diversión y la ludopatía?
-Cuando la persona piensa mucho en el juego y en recuperar el dinero que perdió ayer. También es detectable cuando se hace un propósito de jugar sólo media o una hora y no lo cumple.
- Pero, ¿cree que existe el juego controlado?
-Yo creo que no. Cuando se entra en este mundillo ya no hay forma de control. Al principio perder 50 euros puede ser un destrozo, pero cuando ya ha sucedido varias veces, se ve de otra forma y las cantidades suben. La idea de recuperar es constante.
- ¿Ahí radica el peligro?
-Sí, pierdes dinero y piensas constantemente en recuperar lo que has sacado del bolsillo de tu madre, de la caja del jefe o simplemente de la ventanilla del banco. Pero cuando tienes el pellizco el chip cambia totalmente y entonces piensas: 'Estoy en racha, a ver si duplico'.
- ¿Cree usted en las buenas rachas, en la suerte?
-No, la suerte no existe. ¿Dónde está la suerte? Es un ente etéreo que se utiliza únicamente para embaucar.
- Oiga, y ¿existen características diferentes dependiendo del tipo de jugador?
-Sí, claro. El jugador de bingo, por ejemplo, se suele fijar mucho en los números. Ven, por ejemplo, un autobús con su número de la suerte y piensan: 'Hoy es mi día'.
- Vaya...
-A los que se inician en las tragaperras, en cambio, suele coincidir que les toca siempre un premio importante. Es lo que me pasó a mí. Me llevé tres veces lo que ganaba en un mes trabajando. Perdí totalmente el control. Pero claro, las consecuencias siempre vienen después. Cuando estás ahí tienes todo lo que necesitas: dinero para jugar.
- Y el tiempo pasa volando, ¿no?
-¿Claro! ¿Nunca se ha fijado en que los casinos no tienen relojes, ni ventanas? Además, abren 24 horas como las funerarias.
- ¿La ludopatía tiene cura?
-No, tú vas a ser ludópata toda tu vida, esto no se cura. Lo que si se puede es aprender a controlarlo.
- Que no es poco.
Fuente: laverdad
viernes, 1 de febrero de 2008
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