España - El vicio no compensa como antes. La recesión mundial ha sido brutal para Macao y Las Vegas, los mayores centros de juego con apuestas del mundo. Ahora que los ingresos derivados del juego descienden y la construcción se paraliza, las empresas de ocio mundiales temen un futuro en el que las esfinges falsas acumulen polvo y los canales interiores de estilo veneciano se sequen. No hay solución rápida, pero la capital de los casinos de China tal vez tenga las probabilidades a su favor.
Las Vegas y Macao comparten algo más que el gusto por las luces de neón y las barrigas abultadas. Ambos dependen de los grandes apostadores, cuyo número está disminuyendo. Los ingresos brutos procedentes del juego caían en Macao un 10% entre el segundo y el tercer trimestre. El Estado en el que está ubicada Las Vegas, Nevada, publicaba que los ingresos derivados del juego habían caído en septiembre por noveno mes consecutivo.
Los magnates escasos de dinero también están congelando los proyectos en ambas ciudades. Las Vegas Sands ha abandonado la construcción de nuevas fases en su gigantesco complejo de Macao. MGM Mirage y Boyd Gaming tenían recientemente dificultades para financiar los proyectos en el Strip de Las Vegas.
Sin embargo, es posible que las perspectivas de Las Vegas y Macao no coincidan por completo. Los problemas de Las Vegas parecen una consecuencia más directa de una recesión económica. Eso golpea con especial fuerza al complejo estadounidense, ya que una creciente parte de sus ingresos procede de actividades cíclicas como congresos y recepciones. Macao, por su parte, sigue dependiendo más del juego propiamente dicho.
Además, los problemas de Macao dependen en parte de un esquema político. Ciertamente, los grandes apostadores no nadan en dinero después de que la Bolsa china perdiera dos tercios de su valor este año. Pero el Gobierno chino, escandalizado por la corrupción local, ha restringido las visitas de sus ciudadanos. Los residentes en la vecina provincia de Guangdong tienen en la actualidad un límite de una visita cada dos meses, mientras que colarse con un visado de Hong Kong está ahora descartado.
Eso significa que buena parte de la desaceleración de Macao es, como su versión de la plaza de San Marcos, artificial. Al relajar el régimen de visados o disminuir los impuestos sobre el juego -un 39%, que sigue siendo de los más elevados del mundo-, los gobiernos de China y Macao podrían todavía cambiar la situación, e indirectamente elevar los ingresos de los propietarios de casinos. Es probable que eso suceda cuando miles de trabajadores chinos de la construcción regresen a casa sin trabajo.
Fuente: elpais
martes, 18 de noviembre de 2008
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