domingo, 23 de noviembre de 2008

Hank Rhon da una lección en México

México - La casa siempre gana y siempre paga también.
Casi todo el mundo conoce el estribillo sobre los casinos que dice que 'la casa gana'. Pero lo que también deben saber es el otro más importante que dice: "La casa paga". Es decir, la casa paga a todos los ganadores, y si por error de su sistema en operación o pobre supervisión de su personal, también debe pagar. Lo esencial es satisfacer las expectativas de sus clientes, quienes van a un casino a ganar.
Es decir,"El cliente es rey", y se le debe cuidar como tal. En una de las salas de la más grande empresa del juego mexicano Caliente, y quizás una de las más antiguas empresas del mundo del juego, un cliente ganó en una máquina de bingo 300 mil pesos (US$29.000) el mismo Día de La Raza, 12 de octubre pasado. Cuando sonaron las campanas de la máquina anunciando el gran premio, el personal técnico y gerencia se dieron cuenta que la máquina había pagado por error.
La celebración del ganador se vio empañada en la controversia de la máquina malograda, y se armó la de San Quintín. Ante la disponibilidad de los operadores de pagarle lo que la máquina debía pagar, el cliente se puso bravo y reclamó el premio en su totalidad. La gerencia debía llamar a la casa matriz para aprobar el pago, pero como era pasada la medianoche, se debía esperar al día siguiente.
En una visita a Monterrey, el presidente de Caliente, Hank Rhon confirmó que Caliente había pagado el premio de 300 mil pesos: "No había ganado, era un error de la máquina, pero se lo liquidamos de todos modos, y le reclamamos a los de las máquinas, porque la máquina tiene un problemita que de repente se traba y se queda con la jugada anterior. De todos modos el error es nuestro y obviamente pagamos".
Por ahí dicen que el cliente se había dado cuenta que la máquina del premio estaba que caminando como chencha, con problemitas técnicos y de repente pagando y no pagando lo usual, y que el jugador aprovechó de la inconsistencia de la máquina para cobrar 'el gordo'. Es que los clientes van al casino a ganar, y quienes lo hacen en forma muy regular, se las ingenian para usar todos los márgenes de error a su favor, y si lo hacen y ganan, pues la casa debe pagar.
Porque es función del operador ver que sus herramientas de trabajo estén en buen orden y funcionen al 100%. Y si una máquina no está del todo bien, pues a repararla se ha dicho. Hemos visto cómo en salas de juego y casinos en todo el mundo, los operadores rehúsan pagar cuando existe un error técnico o humano. Pueden no hacerlo, porque después de todo están en su derecho por el aviso que llevan las máquinas que dice que 'Todo malfuncionamiento invalida el juego', pero lo hacen a un gran costo.
Cuando se desata una controversia por falla de máquina, quien pierde más es el casino, porque la buena voluntad y prestigio se van a raudales. No existe cliente quien cree que hay premio malo, y por eso, inclusive en situaciones de trampa, los clientes se ponen de lado de quien reclama el premio.
Lo peor que le puede pasar a un casino es que la gente diga que no paga cuando alguien gana, y esto lo sabe muy bien Hank Rhon, por eso, y a pesar de que la máquina había pagado por error, pagó el premio de 300 mil pesos. Imagínense como va a subir el juego en esa sala por el hecho de Caliente 'siempre paga'. Ahora bien, le toca al operador entenderse con el fabricante de la máquina y su personal técnico, porque cuando se paga por error alguien tiene que pagar por esto !Que tal raza!
Fuente: casinocompendium

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