España - La lotería, entendida según el diccionario de la Real Academia de la Lengua, como el juego público de azar en el que se premian con diversas cantidades varios billetes o números sacados a la suerte entre un gran número de ellos que se ponen a la venta, es tan vieja como el mundo.
De las culturas antiguas hay numerosos testimonios de juegos de azar, que de una u otra forma se practican entre los romanos y durante toda la Edad Media. En la época moderna, lo iniciaron los italianos y más o menos al mismo tiempo los franceses hacia el siglo XV.
Lotería real (similar a la actual Primitiva)
En España fue Don Leopoldo de Gregorio, Marqués de Esquilache, Ministro de Hacienda de Carlos III quien, tras traer a un experto italiano implantó la lotería. Bien es verdad que antes ya se celebraban durante el siglo XVIII rifas de todas clases para sufragar gastos extraordinarios pero el 10 de diciembre de 1763 se celebró el primer sorteo, sólo para Madrid, de la llamada “Lotería Real”, en las oficinas de la Plaza de San Ildefonso. Era muy similar a la actual Lotería Primitiva y consistía en la extracción de cinco números de los noventa posibles. La primera combinación de la historia fueron los números 18 - 34 - 51 - 80 – 81 y se recaudaron 187.500 reales, de los que 133.600 fueron a las arcas de la Hacienda Pública.
(Los niños del Colegio de San Ildefonso participan en ella desde el sorteo del 9 de marzo de 1771, en el que un niño, vestido a la manera napolitana, con túnica blanca y peluca rizada, escogido entre los internos del colegio, sacaba las cinco bolas con los números. El niño Diego López, de siete años, tuvo el honor de ser el primero de ellos).
(No está claro si este procedimiento para aumentar los dineros públicos tuvo que ver con la tarea tradicional española de los llamados “arbitristas” pero bien pudiera ser. Éstos eran personajes, conocidos o desconocidos, que hacían al Estado propuestas, a veces alocadas pero otras con buen tino, para esa finalidad recaudatoria. Más que técnicas, pues no solían incluir complejidades numéricas ni estudios de rentabilidad, solían ser ingeniosas y en algunos casos muy acertadas.
Las pólizas que hasta hace no mucho eran obligatorias para dirigirse a la Administración Pública son, por ejemplo, el resultado de una propuesta así. De esta tarea, que duró siglos y empezó con el reinado de Carlos I, ha derivado el adjetivo arbitrario como el de una persona que, mientras toma café, resuelve todos los problemas del mundo en un momento. El ejemplo de más aspavientos que se ha dado es el siguiente: si los dos problemas de España son el paro y los terroristas, pues pongamos a los parados a buscar a los terroristas y asunto resuelto).
La “lotería real” fue suprimida en 1862, después de 99 años de existencia y de haber celebrado 1.340 sorteos. Convivió con la lotería moderna durante 50 años.
Lotería Moderna o Nacional
La lotería llamada actualmente “Nacional” nació durante la “Guerra de la independencia”, como un instrumento para “aumentar los ingresos del erario público sin quebranto de los contribuyentes”, es decir, una forma de aumentar el dinero público sin utilizar para ello los impuestos.
El ministro Ciríaco González Carvajal hizo la propuesta aprovechando un precedente que ya existía en Méjico desde 1771 y que había sido aprobado por Carlos III, hizo la propuesta a las Cortes de Cádiz y esta especial institución la aprobó en la sesión del día 23 de noviembre de 1811. Fue denominada “lotería moderna” para diferenciarla de la anteriormente citada. El día 4 de marzo de 1812, quince días antes de la aprobación, el 19, de la Constitución (llamada “la Pepa”) El sorteo, dada la situación política del momento, cuando el ejército francés dominaba el territorio español y reinaba José I, sólo pudo celebrarse en Cádiz y allí se mantuvo hasta el año 1814 en que pasó a Madrid. Su éxito fue tal en comparación con la que ya existía que motivo la supresión, como ya queda dicho arriba, de la “real”. Según cuentan los expertos en este tema, a diferencia de la primitiva, el Estado se reservaba el 25% del importe total de los billetes, dedicando el resto a premios, mientras que aquélla llegó a tener un premio acumulado de 85 millones de reales, que hubiera puesto en un grave aprieto a las arcas reales en caso de existir acertantes.
En muchas ocasiones y más de un pensador ilustre se ha planteado a discusión la posible inmoralidad de la lotería. Aduciendo que los valores implícitos que predica no son éticos ni educativos y que favorecen y estimulan comportamientos alejados de las virtudes del trabajo, la disciplina y otras similares, más de una vez se propuesto su desaparición. Unna muestra de su incidencia en la política se produjo, por ejemplo, en el último tercio del siglo XIX. Los liberales intentaron en vano suprimirlas tras largos debates sobre su moralidad, llegando a sostener algunos oradores que había hijos que pasaban hambre por la afición de sus mayores al juego, o que había españoles que no creían en Dios pero no los había que no creyeran en la Lotería.
Sin embargo y pese a esta oposición, que de alguna manera no ha decaído nunca, la lotería pública no sólo sigue presente en la vida de los ciudadanos sino que podría afirmarse, vistas las encuestas del nivel de participación, cada día está más pujante.
(Resulta curioso y sorprendente de todas formas –lo que no es un juicio negativo ni mucho menos- que en medio de la compleja y extremadamente difícil situación en que vivía España, los constituyentes de Cádiz tuviesen humor, tiempo, ganas y decisión para ocuparse de un asunto tan baladí comparado con la construcción de un país y de un Estado, mientras los reyes españoles están en Francia y hay sobre la mesa una serie de movimientos políticos, militares e ideológicos de tanta trascendencia.)
(Jorge Luís Borges, el gran escritor argentino, escribió una curiosa e inteligente “Lotería en Babilonia”, publicada dentro de “Ficciones”, un conjunto de varias narraciones). P.t. JCL
"INSTRUCCIÓN DE LA LOTERÍA NACIONAL DE ESPAÑA QUE HA DE ESTABLECERSE EN CÁDIZ"
"Las Cortes Generales y Extraordinarias de la Nación, enteradas del proyecto que les fue presentado de una Lotería que se ha de nominar Nacional, y ha de ser igual a la que hace muchos años se halla establecida en Nueva España; se sirvieron autorizar al Consejo de Regencia de España e Indias para que lo llevase a efecto del modo que considere más útil y conveniente. En consecuencia, S. A. considerando que este puede ser un medio de aumentar los ingresos del erario público sin quebranto de los contribuyentes, y atendiendo a que los fondos que se versen en este juego, sean manejados con fidelidad, sin agravio ni perjuicio del público interesado; para que estos fines se consigan, ha tenido por conveniente autorizar con su suprema aprobación a los señores D. Antonio Romanillos, Ministro decano del Consejo Supremo de Hacienda, y D. Ciriaco Gonzalez Carvajal, del Consejo y Cámara de Indias, para jueces conservadores del establecimiento"
Fuente: benalmadenadigital
domingo, 23 de noviembre de 2008
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario