Argentina - Todos parecen tener algunos fundamentos acertados acerca del peligro de mayor presión tributaria porteña.
El ex jefe de Gobierno municipal y hoy legislador, Aníbal Ibarra, propuso gravar las tragamonedas de Cristóbal López, que Mauricio Macri no desea tratar impositivamente como otros distritos (aunque Aníbal tampoco lo hizo cuando fue jefe de Gobierno y dependía de Néstor Kirchner). También tiene razón el macrista Cristian Ritondo cuando se queja que los porteños pagan desde hace años parte de la electricidad de los santacruceños. El debate está que arde.
El legislador porteño (neo kitchnerista, jefe del bloque Diálogo por Buenos Aires) Aníbal Ibarra, criticó la propuesta del Gobierno de Mauricio Macri de aplicar el impuesto al sello en tarjetas de crédito, compra y venta de autos usados y seguros, y aseguró: "Yo atravesé la crisis del 2001 y 2002 y nunca hubo incremento impositivo. Saquen el dinero de otro lado".
Néstor Grindetti, ministro de Economía porteño, fundamentó la aplicación del impuesto a los sellos a las tarjetas de crédito, la compra y venta de autos usados y seguros a la necesidad de financiar los gastos de la Ciudad con recursos propios, el ex Jefe de Gobierno porteño remarcó que dichos ingresos deberían provenir de otros sectores y no del consumo de la clase media.
"No estoy de acuerdo con estos impuestos. Estamos hablando de cosas que afectan a gente de clase media. Esto lo que hace es retraer en el consumo. En vez de tener plata y consumir, se la saco. Está contraindicado además y la verdad es que esto es innecesario", resaltó Ibarra.
Ibarra recordó que "el impuesto al sello se implementó en el 2002 en inmuebles que no eran para viviendas", y propuso: "Si quieren, pongan un impuesto al juego, a las transferencias de jugadores de fútbol", reclamó por Radio 10.
Ibarra, además, dijo por FM Global Station: "La Ciudad de Buenos Aires depende poco de las transferencias del Gobierno nacional, la Ciudad tiene un ABL que no se paga en ninguna provincia, entonces no se puede decir que porque otras provincias cobran ciertos impuestos nosotros también los cobramos".
Sin embargo, el ministro Grindetti afirmó que no se puede conseguir crédito local y tampoco es posible contar con el respaldo del Gobierno Nacional para avanar en el plan de obra pública de la Ciudad. Según él, la Ciudad necesita $1.000 millones.
La propuesta consiste en que el Impuesto a los Sellos será extendido con diferentes alícuotas a las compras de autos usados, a las primas de seguro y a los consumos con tarjetas de crédito, uno de los ítem más controvertidos. También subirá la alícuota y la base de Ingresos Brutos: se duplica para construcción y se extiende a la industria manufacturera, bancos, hipermercados, otros comercios y hasta jubilados (por la supresión de exenciones). ABL también daría un salto del 20%, aunque acotado a los grandes productores de residuos, como los restaurantes.
Pero es cierto que en el plan impositivo de Macri no aparece el juego de azar, que en la Ciudad de Buenos Aires explota en forma casi monopólica Cristóbal López, denunciado recientemente por Elisa Carrió, de Coalición Cívica, como un integrante de la red de supuestas corrupciones de Néstor Kirchner.
¿Qué tiene que ver Macri con Cristóbal López? Es una buena pregunta que nadie logra responder, y que ahora Ibarra reflota, aunque como jefe del Gobierno porteño ni siquiera avanzó en aplicar todas las funciones del Instituto del Juego de la Ciudad.
Cristian Ritondo, legislador porteño por el macrismo pero con origen peronista, salió obviamente en defensa de su gente, y es lógico su reproche al Frente para la Victoria: los porteños pagan gran parte del subsidio (injustificado) a la energía eléctrica de Santa Cruz; y han pagado la interconexión de esa provincia al Sistema Nacional que se terminó pagando con dinero del Presupuesto Nacional pero no se le devolvió a los consumidores porteños el dinero que habían girado a Santa Cruz.
Lo interesante que, más allá de la guerra de chicanas, pudiera modificarse la propuesta impositiva de Grindetti en aquello que la oposición más cuestiona, incorporarse algunas de las propuestas de Ibarra y, en lo posible, que los consumidores no sufran gravámenes adicionales.
Luego, algo importante: Macri no será candidato a Presidente porque tenga un plan de obras públicas sino porque gestione bien la Ciudad, y Ritondo en esto deberá coincidir -si es honesto en su análisis- que la gestión de Macri hace 'agua' por varios lados. Ni siquiera logra mejorar la de Ibarra, que fue muy mala.
Fuente: urgente24
martes, 18 de noviembre de 2008
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