viernes, 14 de noviembre de 2008

Gran Casino Las Palmas

España - La actual situación de crisis económica global, tiene una especial y dramática incidencia en el sector del ocio en general y en la actividad de Juego en particular, toda vez que ésta constituye un elemento fundamental del ocio, y es precisamente en este sector en donde se aprecia con más nitidez cualquier situación de inestabilidad económica, pues, no en vano, y pese a ser el mismo uno de los más importantes motores de la economía, el consumidor prescinde de él como primera medida de ahorro o reducción del gasto y para poder afrontar mejor la negativa coyuntura económica.
Tales circunstancias, notorias y evidentes en la actualidad, hacen caer, de una forma estrepitosa, los ingresos de actividades específicas como los Casinos de juego, Bingos, máquinas recreativas y los juegos en general y cuya gestión lleva la empresa privada, generadora, ésta, de muchísimos puestos de trabajo e importantes recursos económicos.
Curiosamente aunque la afluencia de público a los locales destinados al Juego sea más o menos la misma, lo cierto es que al reducirse la capacidad económica y los recursos con que cuenta dicho público, igualmente se ha reducido considerablemente el importe que el mismo destina a dichas actividades, por lo que, del mismo modo, se reducen los ingresos percibidos por las empresas del sector del Juego, mientras que, por el contrario, los gastos de éstas se han incrementado considerablemente.
Los estragos de la crisis en este sector son tan fuertes y evidentes, que las diferentes asociaciones de juegos del país están solicitando, a las respectivas Comunidades Autónomas y al Estado, un aplazamiento en el pago de los impuestos y tasas que gravan o traen causa en dicha actividad, ante la imposibilidad manifiesta de hacer frente a los mismos, situación ésta que desgraciadamente se acentúa en nuestra Comunidad Canaria, con una fuerte incidencia del sector del Juego en nuestra economía un verdadero pilar en la financiación económica, generadora de muchos puestos de trabajo y que, desgraciadamente están muy preocupados ante la casi segura posibilidad de una reducción de los mismos, o, peor aún, el cierre total de su actividad.
En el particular caso del Gran Casino de Las Palmas, la situación actual no hace más que ahondar, y agravar aún más si cabe, la crisis que ya padecía desde hace varios años, pues el volumen de negocio de dicha actividad está muy lejos de las expectativas que se habían propuesto inicialmente con el ilusionante proyecto puesto en marcha hace ya más de veinte años, máxime si tenemos en cuenta que la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, como primera ciudad de Canarias, tanto por población como por generación de riqueza y siendo un referente turístico mundial, exigía y merecía la implantación de un Gran Casino de primer nivel, proyecto éste que supuso una auténtica apuesta de futuro para una empresa canaria, pero que tras la vertiginosa evolución del sector desde la implantación de nuestro Casino en el Hotel Santa Catalina de esta ciudad, ha hecho ilusoria e inalcanzable cualquier apuesta de futuro y de viabilidad de dicha actividad, pues el altísimo coste que representa el arrendamiento de los locales destinados al juego de Casino en el citado Hotel, que actualmente representa un importe anual de seiscientos setenta y siete mil euros (677.000 ?), lo que supone un canon arrendaticio desproporcionado e irracional toda vez que de un casino provisional por unos años, ya que el definitivo se iba a instalar en el parque de Santa Catalina, edificio Elder, se estipuló una renta de 420.000 euros y que pasado el tiempo se ha convertidos en los 677.000 euros mencionados (ciento trece millones de las antiguas pesetas) y que se debe abonar al Ayuntamiento de la ciudad, pese a que nos es imposible abonarlo en estos momentos. (En mis negocios he tenido que rebajar los alquileres a mis arrendatarios hasta un 50%, para darles un respiro y que puedan salir adelante en la espera de una situación mejor, que no dudo que esta cris la pasaremos como en otras situaciones hemos hecho).
Ello unido a la imposibilidad de mejorar y ampliar la oferta de servicios complementarios a la actividad principal de juego, y cuya implantación se ha tornado imprescindible, pero de imposible ejecución, por motivos de exclusiva limitación física del espacio útil disponible en dicho Hotel. Si a ello añadimos el coste que supone la existencia de una plantilla de más de cien (100) trabajadores directos, además el coste de los impuestos anuales directos a la Administración del Casino, es aproximadamente el 50% de los ingresos brutos junto con los Bingos que abonan al Estado un 20%, dejando sólo para la empresa un 10% para pagar todos los gastos de explotación y amortización, llevando al cierre de algunos bingos en n/.comunidad, todo lo cual nos ha llevado a una verdadera situación de resultado negativo, terminando el presente ejercicio económico con importantes pérdidas.
Para intentar salvar la situación estamos intentado desde el año pasado conseguir desde los diferentes organismos, el traslado del Casino a otro lugar más idóneo y comercial, con un esfuerzo inversor muy importante, pero desgraciadamente la única traba está en el Ayuntamiento, pendiente de un pleno que hasta ahora no se ha realizado.
Evidentemente el Casino de Las Palmas no es la única actividad o negocio que está en estas circunstancias, toda vez que la actual coyuntura económica negativa es general y afecta a todos los sectores productivos, pero lo que es incuestionable es que el ocio ha sido, es y será, el sector productivo de mayor generación de riqueza y el más importante para Canarias, y dentro de él, junto con el turismo, y de forma inseparable, la actividad de juego y en especial la actividad de Casino y sus complementarias, deben ser un auténtico referente como son otros países donde la mayor preocupación es dar una oferta de ocio turístico, como "Las Vegas, etc., con unos impuestos mucho más razonables (16%), que permiten a los empresarios ofrecer una mayor calidad.
Es intención del Casino seguir siendo útil a la promoción turística de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, por tal motivo continuaremos haciendo verdaderos esfuerzos para que nuestra ciudad cuente con el más exquisito Casino de Canarias y se constituya éste como un orgullo del saber hacer al más alto nivel de calidad y acorde con la categoría de la ciudad y conforme su condición de municipio turístico de primer orden.
Fuente: laprovincia.es

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