sábado, 15 de noviembre de 2008

Ejecutivos mentirosos y pillados

USA - Terrence Lanni, uno de los hombres más poderosos de la industria del juego en EEUU (considerado la mano derecha de Kirk Kerkorian en sus inversiones en el sector) acaba de presentar su dimisión.
El ejecutivo deja la empresa en un momento en que los casinos de Las Vegas están sufriendo por la caída de la demanda (que reduce sus ingresos) y por las restricciones del crédito, que están obligándoles a paralizar sus proyectos de expansión. Pero Lanni no se marcha por ninguna de estas razones. Según publica hoy el diario The Wall Street Journal, la salida del ejecutivo está impulsada por su deseo de retirarse, pero también ha influido el hecho de que el propio periódico iniciara una investigación al conocer que Lanni había mentido en la formación que incluye en su biografía. Así, el directivo de MGM aseguraba que tenía un MBA por la Universidad del Sur de California. Pero un detective privado estadounidense (Barry Minkow) especializado en investigar la formación de los altos ejecutivos, descubrió que Lanni había mentido y que nunca terminó el MBA. A petición del periódico, la universidad preguntó a la empresa si su consejero delegado tenía el título y la empresa dijo que sí. Pero el centro se puso a buscar en sus registros, sin encontrar ningún estudiante con un MBA llamado Lanni. Ante esta aseveración,el directivo ha confirmado al periódico que es verdad, que no tiene el MBA. Sostiene que empezó el MBA pero no lo acabó por falta de tiempo y que su dimisión no tiene nada que ver con esta mentirijilla. De momento, sigue en el consejo.
El ejecutivo ha sido cogido en una falsedad que ya protagonizaron otros directivos, como Gregory Probert (HerbaLife), David Edmondson (RadioShack) o Gene Shen (A.T Kerney).
La competitividad máxima que existe por los puestos de la alta dirección debe ser uno de los motivos que impulsa a mentir a estos ejecutivos que deben creer, imagino, que pierden posibilidades sin tener un MBA. Pero mentir en algo tan trascendente me parece muy triste y más todavía mentir al consejo de administración de una compañía y a sus accionistas (MGM cotiza). Si no tuvo tiempo de terminarlo porque se incorporó a trabajar, que lo hubiera dicho. Y me da lo mismo que esta no haya sido la única causa de su dimisión. Su actitud es deshonesta.
Fuente: expansion

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