sábado, 15 de noviembre de 2008

Divinas apuestas

España - Una casa de apuestas de la catolicísima Irlanda acaba de poner literalmente en juego la existencia de Dios con la organización de una porra sobre el Altísimo. La idea consiste en acertar si de aquí al 31 de diciembre del próximo año se descubrirán pruebas científicas de la existencia de la divinidad. De momento van ganando por cuatro a uno los creyentes frente a la opción atea de la casa.
La fecha del 31 de diciembre elegida por el casino Paddy Power no es en absoluto casual. Para entonces se espera que los científicos del Laboratorio Europeo de Partículas Elementales de Ginebra hayan logrado simular el Big Bang que según la teoría de ese nombre dio origen al Universo. El proyecto, que algo tiene de diabólico incluso en su coste de 4.000 millones de euros, permitiría encontrar -o no- la llamada partícula de Dios. Tal hallazgo demostraría al parecer la existencia de un Ser Supremo y obligaría a desembolsar varias decenas de miles de libras a los irreverentes organizadores de la apuesta. Justo castigo a su impiedad.
Decía Albert Einstein en famosa y enigmática frase que Dios no juega a los dados con el Universo, pero ya se ve que en cambio los hombres confían lo bastante en el azar como para arriesgar sus cuartos a propósito de si el Creador creó efectivamente o no las galaxias.
La costumbre de apostar e incluso decidir por votación la existencia de la divinidad viene ya de antiguo. Allá por el lejano año 1888, un Congreso Espiritista Internacional reunido en Barcelona no dudó en someter al plebiscito de sus miembros si Dios existía o no, con resultado favorable para los creyentes. Medio siglo después, sin embargo, los socios de cierto Ateneo español hicieron una votación similar y la opinión mayoritaria se inclinó esta vez por el bando de los escépticos. Se conoce que en materia de asuntos ultraterrenos el sufragio universal no es de gran utilidad.
Puede que tampoco los juegos de azar sean tan rentables en este aspecto como al parecer presuponer la empresa irlandesa que ha elevado sus apuestas hasta el mismísimo Dios. De lo contrario, su departamento de marketing debiera tener noticia de que la existencia del Altísimo ha sido científicamente probada ya el pasado marzo por Michael Heller, un filósofo y matemático polaco.
De acuerdo con las informaciones de The Times de Londres, Heller obtuvo este año el premio Templeton, dotado con la nada desdeñable suma de un millón de euros, por un estudio en el que supuestamente demostraba que las matemáticas pueden ofrecer pruebas indirectas de que Dios existe. Infelizmente, Heller agrega a su condición de científico la de sacerdote y en su día amigo personal del anterior Papa Juan Pablo II, circunstancias que sin duda alegarán los directivos de Paddy Power para no aceptar el pago de la recompensa en juego.
Este tipo de apuestas no tendría el menor sentido en Galicia, país de fuertes raíces paganas donde todo el mundo da por sentada la existencia de Dios, incluso los que no creen en él. Acostumbrados a matizar sus respuestas, muchos gallegos suelen contestar cuando se les pregunta sobre estos asuntos teológicos que "Dios es bueno? pero el demonio no tiene por qué ser malo". Es la lógica consecuencia de nuestro carácter contemporizador y templagaitas, que nos lleva a conciliar opiniones diversas bajo el principio general de que todo depende de cómo se mire. Y además, ya se sabe que conviene tener amigos e influencias hasta en el infierno. Nunca se sabe cuando los va uno a necesitar.
Si lo pusieran en el brete de apostar sobre la existencia de Dios, lo más probable es que un gallego del común arriesgase una cantidad a favor y otra en contra. Tal vez eso explique que los irlandeses del casino Paddy Power hayan tomado la cautela de permitir tan sólo una opción de juego a los apostantes. Se ve que nos conocen.
Fuente: laopinioncoruna

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