lunes, 10 de noviembre de 2008

Bienvenidos a la capital del juego mundial

China - Macao ya factura más que la mítica ciudad de Las Vegas.
Esta ex colonia portuguesa situada en el Sur de China se ha convertido en la capital del juego a nivel mundial. Porque la en otro tiempo llamada 'Montecarlo de Oriente' ya factura más que la mítica ciudad de Las Vegas. ¿Sus clientes? Sobre todo chinos de Hong Kong y de la China continental. Un paseo por los casinos de Macao nos descubre alguna de las claves y contradicciones de la nueva superpotencia económica.
Después de 450 años de administración portuguesa, Macao pasó a ser en 1999 una de las dos regiones administrativas especiales de la República Popular China (la otra es Hong Kong). En estos nueve años Macao ha asistido a un boom económico sin precedentes. Dos factores son claves para entender esta bonanza: Macao es el único lugar de China donde el juego está legalizado.
Existe una emergente clase media china, cuyas rentas se han triplicado en los últimos años, que se ha convertido en la clientela habitual de este paraíso del juego.
La variedad de lugares para probar suerte es enorme, Casino Lisboa, Casino Macau Place, Casa Real Casino... así hasta contabilizar un total de 28 casinos. Los neones salpican la noche de la pequeña ciudad, y todo este colorido contrasta con los monumentos aún visibles del legado portugués, como la fachada de la catedral de San Pablo.

¿Pero qué se esconde tras este mundo de aparente sofisticación?
En el restaurante donde degustamos un delicioso 'Bacalao a Lagareiro', su dueño, Antonio, un castizo portugués afincado en Macao desde hace mas de una década, nos da las primeras claves: "¿Veis ese grupo de ahí? Son empresarios de Hong Kong. Vienen al menos una vez al mes, cenan aquí y luego se van a jugar a alguno de los casinos hasta el amanecer. Ésta es su forma de pasárselo bien". "Hoy ya llevan más de 2.000 euros en vino, son muy buenos clientes".
Y tras la cena, llega el momento de explorar el mundo del juego y de las apuestas. Elijo uno de los casinos con más solera de la ciudad, Casino Lisboa, abierto las 24 horas del día. Construido en los años 60, es uno de esos lugares rancios que, evidentemente, ya pasaron por su mejor época. Aun así, sus 146 mesas de juego siguen hoy abarrotadas por rostros ceñudos, concentrados en la carta mágica o en la bolita que gira en la ruleta. Pero, un momento… ¡esto no es lo que yo me esperaba!
¿Dónde están los vestidos 'palabra de honor', los elegantes trajes oscuros, el moño de rigor en cualquier buen evento que se precie?
En vez de eso abundan los pantalones de chándal. Sí, de chándal, de esos con las dos rayitas en los laterales, el calzado deportivo y camisetas con los más variados mensajes existenciales: 'My father is a ATM' ('Mi padre es un cajero automático'), 'Same, same but different'… Y no es que a mí me importe, pero no sé, siempre había imaginado que un casino era algo así como un oasis de glamour...
"Pero es que la clase media china glamour, glamour no tiene mucho. Hace una década eran todos campesinos, así que, ¿qué esperabas?", me dice Nuno, uno de los pocos portugueses que aun quedan en la Administración de Macao, no sin cierto retintín en sus palabras. Estoy a punto de decirle lo clasista que me ha parecido su comentario, cuando a escasos pasos de mí se oye un sonoro escupitajo. Afortunadamente el esputo (que proviene de un chino con pinta de acabar de salir de la estepa de Mongolia) ha sido depositado dentro de una de las papeleras. Reparo en un cartel en el que se pide encarecidamente que no se escupa en el suelo. Bueno, tenemos que admitir que el chico no se ha saltado las reglas.
Pero todo el mundo me dice que, para entender la verdadera dimensión del lujo y juego en Macao, debería visitar el Venetian Macao Resort. Inaugurado en agosto de 2007 y operado por Las Vegas Sands, este casino-hotel tiene 3.000 habitaciones y cuenta con el espacio de juego mayor del mundo, con 3.400 máquinas tragaperras y 800 mesas. Todo un festival para los amantes del juego.
La llegada a este macrocomplejo es ya de por sí un espectáculo, cuando quien te abre amablemente el taxi es un chino vestido de gondolero, y de pronto, como por arte de magia, te encuentras en plena Plaza de San Marcos de Venecia. Bueno, en una copia de la plaza, porque sí, de ahí su nombre, el Venetian Macao Resort es ni más ni menos que una réplica de la ciudad de Venecia.

Una horterada increíble, donde es posible pasear en góndola por uno de los tres canales del complejo, a ritmo de las Cuatro Estaciones de Vivaldi. Vamos, que los chinos, ni cortos ni perezosos, acaban de importar Venecia a su país. Y están encantados, a la vista de la cantidad de autobuses que cada pocos minutos 'desembarcan' en la puerta del hotel y de los numerosos flashes procedentes de las cámaras de los muchos curiosos deseosos de hacerse una foto en el puente Rialto, o sacar una instantánea de la cúpula decorada con los 'frescos' de algún ilustre pintor veneciano. Si el pobre Tintoretto levantara la cabeza…
Y las salas de juego, a rebosar: hay para todos los gustos, bacará, blackjack, ruleta... Sin embargo, me cuentan, la parte más lucrativa no está aquí. "Aquí está la gente que puede gastar una limitada cantidad de dinero", "entre un 90 y un 95% del negocio se hace en salas privadas, reservadas para 'peces gordos' (y de éstos en China parece que hay bastantes, se calcula que ya existen unos 30 millones de ricos en el país"). Me pregunto si irán también con el chándal con rayitas laterales que parece causar furor esta temporada en los casinos de Macao. Por supuesto, no me dejan entrar a ninguna de las famosas salas para comprobarlo.
Pero el Venetian Macao Resort no es sino el principio de una futura 'ciudad del juego' proyectada por Las Vegas Sands, que tendrá 14 hoteles y cuyo costo aproximado ascenderá a unos 11.000 milones de dólares. "¿Cómo esperan atraer tanta gente como para mantener todo esto?", es la pregunta que instivamente me viene a la cabeza. La respuesta es muy fácil: actualmente, en China existen 100 ciudades con más de un millón de habitantes. Unas 50 tienen ya acceso a un visado expreso para visitar Macao. Cada año más ciudades se sumarán a este trámite especial y, así, el incremento del número de visitantes está automáticamente garantizado.
Un grito de júbilo resuena por entre las mesas de juego, algunos levantan la cabeza para inmediatamente volver al obstinado coqueteo con la Diosa Fortuna.

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