domingo, 1 de junio de 2008

Un experto revela que entre el 10 y 20% de las personas con problemas de drogodependencia tienen otras ´adicciones´

España - Un experto revela que entre el 10 y el 20 por ciento de los pacientes con tratamientos por adicciones a las drogas, el alcohol o el juego son casos de "policonsumos" en los que existe una dependencia a varias sustancias o incluso a las denominadas "adicciones comportamen- tales", como pueden ser las de tipo sexual, la compra compulsiva o el abuso de las nuevas tecnologías.
EUROPA PRESS Según el psiquiatra Gerardo Flórez, responsable de la Unidad de Conductas Adictivas de Ourense, por donde pasan unas 50 personas al año con problemas de las denominadas adicciones sin sustancia (de las que entre 30 y 40 son casos de ludopatía), suelen ser frecuentes los casos donde se combinan diferentes dependencias, dado que la persona que padece algún tipo de ellas "tiene su capacidad de control más afectada" y, por tanto, es "más vulnerable".
En declaraciones a Europa Press, puntualizó que las adicciones al juego o a las compras y algunos episodios de abuso del teléfono móvil aparecen en individuos que previamente presentan problemas con drogas como la cocaína o la heroína, o con el alcohol.
Además, también hay casos donde confluyen las drogodependencias con adicciones al sexo, de personas con problemas de ludopatía que se exceden en la utilización de las nuevas tecnologías (como ocurre con los casinos 'on-line') o que comienzan una adicción al tabaco.
PSICOPATOLOGÍAS.
Así, cada vez son menos frecuentes las personas que presentan adicciones puras, lo que dificulta los tratamientos. En este sentido, también son complejos los casos de pacientes con psicopatologías severas, como la esquizofrenia o los trastornos bipolares, quienes "experimentan con mayor frecuencia adicciones".
En todo caso, los individuos que padecen este tipo de enfermedades mentales suponen un pequeño porcentaje en el total de la población. Para estos individuos la posibilidad de rehabilitación es más compleja y a veces no se consigue, si bien algunos de ellos experimentan una evolución favorable con los tratamientos que se les suministra para las psicopatologías que presentan.
TRATAMIENTO.
Debido a las situaciones de policonsumo, cada vez es más frecuente que los centros en los que se tratan las adicciones tradicionales reciban casos de personas con otro tipo de dependencias, normalmente presionados por sus familiares, que son quienes se suelen percatar de que existe un problema.
Normalmente, las personas que llegan a los centros con problemas de contención del gasto, como la ludopatía, las compras o el abuso del teléfono, acuden cuando han perdido grandes cantidades de dinero, mientras que en el caso de las adicciones sexuales, muchos acuden cuando su problema "se mezcla con el dinero", y comienzan a recurrir a profesionales del sexo, o cuando aparece alguna enfermedad venérea.
El tratamiento de las adicciones del comportamiento comienza por una primera fase de motivación y conciencia de cambio que "se puede alargar incluso durante años" y que, una vez que la persona admite su problema, pasa a un proceso de intervención psicológica y adaptación a la realidad, puesto que las personas con problemas de dependencia suelen aislarse de su entorno.
Esta segunda fase suele estar entre los 6 meses y el año y, en ella, se pasa de un primer estadio de abstinencia total de aquello que le provoca la adicción a, de ser posible, racionalizar el uso.
Finalmente, durante los dos años siguientes se establece un seguimiento para prevenir el control de los estímulos y evitar recaídas.
A este respecto, Flórez destacó que los casos de nuevas adicciones suelen ser incluso "más complejos de tratar" porque la persona que los padece "tarda más tiempo en darse cuenta" de su problema y, debido a ellos, la fase de concienciación es muy larga. Esta situación se complica aún más cuando se combinan varias adicciones, puesto que el individuo debe admitirlas todas y no sólo la principal.
NUEVAS TECNOLOGÍAS.
Por su parte, el director terapéutico de la Asociación Gallega de Jugadores de Azar (Agaja), Juan Lamas, aseguró que en los últimos años, debido al auge de las nuevas tecnologías, "están aumentando los casos de uso abusivo especialmente en la franja de edad entre los 14 y los 30 años".
En este sentido, incidió en que el grado de descontrol de los jóvenes puede llevarles a tener incluso una "necesidad a nivel emocional" de utilizar el móvil o de comunicarse a través del chat, lo que les lleva a sufrir incluso momentos de ansiedad.
Así, explicó que entre los problemas que causa el abuso o mala utilización de las tecnologías como los chat o los videojuegos está el hecho de que crean en el dependiente un "mundo idílico" donde "nadie es feo ni tiene problemas". Según explicó, una vez que el joven se encuentra con la realidad, le produce un "desfase anímico" que puede llegar a tener serias repercusiones.
En Agaja, con sede en Vigo, actualmente se tratan unas 75 personas con problemas de ludopatía, además de una decena de personas con casos de compra compulsiva y abuso de las nuevas tecnologías, en este último caso, con cada vez pacientes más jóvenes. El abuso y la dependencia "siempre se desarrollan a partir de un uso normal, por lo que cualquier niño puede terminar con un problema de este tipo", advirtió Lamas.
Aún así, explicó que de la población que emplea móvil, los casos de uso abusivo están entre el 25 y el 20 por ciento del total, y que, de ellos, entre el 2 y el 3 por ciento son casos patológicos.
Según explicó, el objetivo de las terapias que se imparten es que las personas puedan utilizar el teléfono dentro de unos parámetros de normalidad, siendo conscientes de cuándo el uso está justificado y evitando perder el control.
Esta solución, que se puede aplicar en casos en los que hay una buena respuesta a la terapia, también es válida para la compra compulsiva, si bien en otras adicciones como la ludopatía se opta por la abstinencia, puesto que "no es una necesidad meter una moneda en una tragaperras", añadió.
Lamas incidió en la importancia de la educación para fomentar el uso responsable de las nuevas tecnologías entre los más jóvenes, que son los más expuestos a ellas. Así, apuntó ciertas medidas preventivas como que los padres controlen el gasto telefónico del móvil de los menores mediante tarjetas prepago o que procuren ubicar los ordenadores en habitaciones compartidas y no en la de los hijos, ya que esta segunda opción fomenta el aislamiento.
Fuente: farodevigo

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