lunes, 23 de junio de 2008

Clases para contar cartas ganan adeptos

USA - La suerte no fue el único factor que dio ayer a los jugadores ventaja cuando el Seminole Hard Rock Hotel and Casino en Hollywood se convirtió en el primero del estado en tener blackjack (veintiuna) y otros juegos de mesa.
Como preludio de los miles de jugadores que se espera prueben su suerte en distintos juegos como blackjack, baccarat, pai gow, Let It Ride y Three Card Poker --todos nuevos en los casinos de la Florida-- dos ex estudiantes del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) enseñan a algunos jugadores de blackjack varias forma de ganarle a la banca.
Los expertos, en cuya época universitaria y carreras de jugadores se basó la película 21, enseñan a los jugadores cómo contar las cartas, una técnica que es parte matemática, parte memoria, y rechazada por los propietarios de los casinos.
En realidad, es precisamente ésta la causa por la Mike Aponte, de 37 años, residente en Los Angeles, y David Irvine, también de 37 años, y vecino de Naples, Florida, no son bien recibidos en la mayor parte de los casinos, sobre todo en Las Vegas: ambos crearon un negocio para enseñar a otros a contar las cartas.
Aponte e Irvine realizaron el 14 de junio un seminario para aprender a contar cartas en un lugar no identificado de Miami --a un costo de $900 por persona-- y no permitieron que asistiera la prensa porque, dijeron, los estudiantes deben proteger su identidad a la hora de usar sus nuevos conocimientos en el Hard Rock. El casino puede prohibir la entrada a cualquiera que sea sospechoso de contar cartas.
En el 2004 Irvine y Aponte crearon el Instituto Blackjack, donde se dictan cursos que cuestan desde $135 por persona hasta sesiones privadas que cuestan $7,000. Los dos afirman que hasta ahora han capacitado a unas 250 personas de todo el país.
Aponte dijo que la teoría de contar cartas es relativamente simple, una suerte de ``matemática de escuela intermedia: sumar, restar. Lo más complicado es la división, como por ejemplo dividir 14 entre 2 ½''.
''No es el caso de cuando uno memoriza las cartas y hay que tener una memoria fotográfica'', afirmó. ``El principal factor que determina si alguien aprende bien a contar cartas es la seriedad con que tome el asunto''.
El principio fundamental es que cuando un grupo de naipes tiene una gran proporción de cartas altas (10, jack, reina, rey y un as) hasta cartas bajas, el jugador tiene una ventaja, mientras que lo contrario favorece al casino.
Según las reglas aplicadas al blackjack --y en función del método de juego del jugador-- la ventaja de la casa sobre los jugadores que no cuentan las cartas puede oscilar entre medio y dos y medio por ciento, tal vez más.
El Hard Rock tendrá un estimado de medio por ciento de ventaja sobre un jugador que use la estrategia básica perfecta de blackjack, sin contar las cartas, indicó Howard Dreitzer, vicepresidente de juegos de mesa de la tribu.
Cuando se cuentan las cartas es difícil calcular con precisión cuánta ventaja tiene el jugador, apuntó Aponte. Lo que es más, ''va a tener rachas perdedoras'', señaló. ``Habrá momentos en que el croupier logra el blackjack porque tiene tantas probabilidades de conseguirlo como el jugador''.
''La gran diferencia'', añade, ``es que cuando la mesa gana no se le paga 150 por ciento, como ocurre cuando gana el jugador''.
Sin embargo, una persona que sepa contar cartas puede tener una ventaja de aproximadamente uno por ciento sobre la banca. ''Eso podría parecer una pequeña ventaja'', dijo Irvine, pero cuando se acumula durante un mes, un año o más, y se suma a apuestas máximas cuando favorecen al jugador, eso puede representar mucho dinero.
Aponte e Irvine calculan que su equipo MIT ganó unos $10 millones jugando blackjack, principalmente en Las Vegas, pero también en otras partes, desde 1992 hasta el 2000. De igual modo, Aponte ganó en el 2004 la Serie Mundial de Blackjack, un torneo televisado que creó la cadena de televisión por cable GSN.
Los dos mayores errores de los jugadores nuevos, afirma Aponte, es que no tienen una estrategia básica --como parar cuando la mesa saca un seis, o dividir ases y ochos-- y apuestan demasiado a manos individuales vinculadas a sus fondos.
Muchos jugadores tienden a pasar por alto lo aprendido y caen en supersticiones, hábitos y corazonadas, aunque conozcan la técnica apropiada, agregó Aponte.
Además, en un casino los contadores de cartas también tienen que hacer un esfuerzo para ocultar sus habilidades.
Irvine sonríe por la forma en que se interpretó al equipo MIT en la película 21. ''No usamos las pelucas sofisticadas ni los falsos acentos de la película'', expresó. ``Pero al mismo tiempo éramos personas diferentes cuando jugábamos en los casinos''
Parte de la razón por la que el equipo MIT tuvo tanto éxito, manifestó Irvine, es que jugaron en equipos de cinco o seis y porque ''lo hicimos como si fuera una carrera'' jugando con mucha frecuencia y durante muchas horas.
Los contadores individuales de cartas ''no van a ganar millones de dólares como hicimos nosotros'', sostuvo Irvine, pero pueden mejorar su juego y por lo tanto divertirse más.
Es decir, si el Hard Rock no los atrapa.
Dreitzer no quiso abundar sobre si la seguridad de Hard Rock tiene una lista de los contadores de cartas conocidos, pero el casino dependerá de una amplia gama de métodos para desanimar a los que quieran ponerla a prueba, como capacitar a los empleados para detectar a los contadores de cartas y numerosas técnicas de vigilancia electrónica.
¿Qué ocurre si el casino sospecha que un jugador está contando las cartas? ''A diferencia de la película, no se lleva a nadie a una habitación'', dijo Dreitzer. Lo más probable es que se le pida al jugador que se marche.
Fuente: Miami Herald

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