jueves, 12 de junio de 2008

La psiquis de la persona necesita oxigenación para que no aparezcan enfermedades

Argentina - En tiempos donde el cuidado del cuerpo interesa tanto a hombres y mujeres, y el gimnasio o los cosméticos intentan disimular tantas horas de trabajo o estudio, muchos omiten dedicarle a su cerebro una correcta oxigenación que les permita también mantenerse activos intelectualmente.
El querer ser primero en cada aspecto donde uno se desarrolla tiene un costo bastante caro. Al respecto, el psicoterapeuta Carlos Bordoni comentó que «el propio stress que genera no poder satisfacer las exigencias establecidas, hace que nuestros pensamientos no se renueven ni transformen».
«Por tal motivo -agregó- la psiquis de la persona necesita oxigenación porque cuando no podemos hacer un alto en nuestras vidas es cuando aparece la enfermedad».
Una de las enfermedades que más creció en los últimos años a causa del stress mental es la adicción sin sustancias, personas que en forma compulsiva y patológica se vuelcan al juego o las compras, entre otras cosas.
Carlos Bordoni, Couseling Internacional en el Tratamiento de Adicciones en la Universidad de Miami, comentó a La Ciudad que «a lo largo del día, son muchas las ocasiones que existen para implicarse en el juego de azar, todo está al alcance de la mano».
«Lo podemos comprobar con solo salir a la calle y detectar fácilmente agencias de juego, bingos o máquinas tragamonedas que con sus luces y sonidos parecen invitar a una persona a cambiar sus vidas mediante el azar», aseguró Bordoni.
Según explicó el prestigioso psicoterapeuta, ni siquiera se puede estar a salvo dentro del hogar porque «la televisión bombardea con publicidad sobre juegos de azar y sobre los premios que nos esperan en los numerosos concursos».
«Los juegos de azar, aceptados socialmente, siempre disponibles y legalizados, provocaron que ciertas personas que no son capaces de controlar los impulsos de jugar, lo hagan de manera totalmente desadaptativa y problemática, afectando sus relaciones familiares, laborales y sociales», remarcó Bordoni.
Asimismo, se refirió a la «incondicionalidad al juego» que nace en el momento en que la persona se entrega en forma total a su adicción, sin tener la capacidad de programar cuánto tiempo va a jugar ni cuánto dinero va a gastar.
Con respecto a cómo es visto un jugador patológico por la sociedad, Bordoni afirmó que «lo consideran como un vicioso, consecuencia de un espíritu egoísta y desconsiderado que hace sufrir a los seres más queridos sólo por procurarse un momento de placer y diversión, pero la realidad dice que es un enfermo, un adicto al juego, y que es una adicción muy fuerte de revertir».
«Afortunadamente las cosas van cambiando y se está generalizando una concepción más realista e integral del problema -enfatizó Bordoni- y la sociedad va entendiendo que el juego es una enfermedad».
Consultado sobre si esta problemática tiene cura o no, el especialista aseguró que, como toda adicción, no existe una curación sino una recuperación. Bordoni sostuvo que «en su enfermedad, el jugador trata de encontrar placer pero se le esfuma de las manos, trata de evitar dolor y lo aumenta; pero a partir de asumir su gran sufrimiento puede enfrentarse a la realidad y ver, desde su sentimiento de desdicha, una crisis, una esperanza».
«Los chinos nombran a la palabra crisis con dos símbolos cuyo significado son: problema y oportunidad; hay un problema que resolver y una oportunidad para cambiar», remarcó Bordoni.
Finalmente, aseguró que una de las peores enfermedades en la actualidad es «el temor al cambio» y que el hombre cree encontrar la solución a esa crisis en distintas adicciones que no implican sustancias.
En ese sentido, en su consultorio de Avellaneda muchos pacientes se acercan para tratar sus adicciones al juego, a las compras compulsivas, a Internet, al amor, al sexo, a las comidas o a las amistades tóxicas.
Luego de solicitar turnos al 15-3267-4166 ó 15-4412-6337, aquellos que quieran salir de sus crisis podrán encontrar una terapia adecuada, que puede llegar a ser grupal o individual de acuerdo a las circunstancias. Además de adicciones, Carlos Bordoni trabaja con sus pacientes sobre distintas fobias, soledad, timidez, baja autoestima, stress, angustia y miedo.
«Algo que hay que remarcar –expresó Bordoni- es la importancia de la familia de cualquier adicto sobre todo del jugador, la cual debe colaborar mucho en su recuperación en calidad de coadictos».
«Por cada adicto hay aproximadamente seis coadictos, es decir el núcleo de familiares y amigos que tienen una relación cercana con el enfermo, y éstos también deberán ser atendidos para aprender el nuevo rol que tienen que asumir para la recuperación del enfermo», concluyó Bordoni.
Fuente: laciudadavellaneda

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