Bares instalan inhibidores de móvil para evitar el saqueo de tragaperras

España - Bares y salas de juego de la provincia han comenzado a instalar en sus locales inhibidores de frecuencia de teléfonos móviles para tratar de poner freno al saqueo de sus máquinas tragaperras.
Al menos cinco establecimientos pontevedreses han recurrido a este dispositivo ante la merma de su recaudación por culpa de jugadores profesionales que siempre obtienen el premio gordo. Los botines que se llevan, no bajan de los 200 y 300 euros. ¿Cuestión de suerte? Algunos hosteleros creen que hay algo detrás, más allá de una buena racha.
La empresa viguesa Indetec, experta en sistemas de blindaje de presentaciones de proyectos comerciales, ha vendido ya casi media docena de inhibidores de móvil. Un dispositivo similar al que utiliza la Policía para neutralizar las bombas por control remoto.
La agencia sospecha que los jugadores, en su mayoría ciudadanos chinos, se valen del teléfono móvil para detectar la secuencia de premios de la tragaperras. A través del terminal, envían la señal a una furgoneta o lugar cercano donde otra persona maneja un ordenador con un software especial.
Combinaciones de la suerte
El sistema manipula la memoria de la máquina de azar y provoca que la tragaperras empiece a escupir los premios gordos. «Tiene que haber una furgoneta cerca o un software de apoyo, de otra manera no es posible que logren realizar este tipo de operación», aseguró ayer un agente de la compañía Indetec.
No obstante, los fabricantes de máquinas tipo B, víctimas del supuesto fraude, aseguran que estas tragaperras no pueden ser manipuladas a través de ondas electromagnéticas como las de los teléfonos móviles. No obstante, muchos hosteleros consideran que los fabricantes jamás reconocerán que sus dispositivos se pueden trucar.
Sea como sea, lo cierto que la presencia de jugadores, en su mayoría chinos, que emplean varias horas y buenas cantidades de dinero hasta que revientan, literalmente, la máquina, ha disparado la psicosis entre numeroso los propietarios de bares y salas de juego.
Algunos llegan a apagar las tragaperras cuando ven a un oriental acercarse al aparato y pedir 50 euros de cambio. Quizá haya que hacer la prueba, inhibir la señal de móvil, y si el jugador sigue ganado premio tras premio, será que realmente es su día suerte. Suerte china.
Fuente: lavozdegalicia