USA - Tallahassee reportó $124.7 millones menos de lo esperado en 2007 por impuestos al juego.
El tema sobre la autorización para instalar máquinas tragamonedas en el circuito de carreras de perros Flagler Dog Track, el hipódromo Calder Race Course y el local de los juegos de frontón Jai Alai, entra esta semana en su recta final.
El alcalde de Hialeah, Julio Robaina cuestiona que se presenten las máquinas como si estas fueran la solución a los problemas económicos del condado.
“¿Cuántos empleos pueden generar 1,500 máquinas?”, preguntó Robaina, recordando los bajos resultados económicos de esas máquinas en Broward.
Como parte de sus objeciones a la propuesta a favor de las máquinas tragamonedas en Miami-Dade, el alcalde de Hialeah recalcó que según la Ofina de Investigación Económica y Demográfica de la legislatura de Tallahassee, en su “Educational Enhancement Trust Fund Financial Outlook Statement” del 2007, los ingresos por las máquinas de juego en Broward estaban estimados en $172.9 millones, pero solamente se obtuvieron $48.2 millones, con una diferencia de $124.7 millones menos de lo vaticinado.
Esta es, para Robaina, una de las pruebas evidentes de que los estudios presentados por los promotores de los juegos, no son garantía.
Ambas partes, a favor y en contra, intensifican sus campañas en los medios de comunicación, correo directo y llamadas telefónicas, para convencer a los votantes de Miami-Dade. Los pronósticos sobre el resultado de la voluntad ciudadana son reservados, y ninguna de las partes se atreve a demostrar mucho optimismo. La última palabra la tienen los votantes.
Los dueños de los locales en los que se instalarían las máquinas participan de manera notoria apoyando la campaña a favor, y su argumento descansa en un estudio ordenado a The Washington Economics Group, sobre el supuesto impacto económico que tendría la aprobación de la propuesta. Según dicho estudio el primer año los juegos generarían más de 6 mil nuevos empleos, $689 millones en utilidades comerciales adicionales, $210 millones de nuevos ingresos al estado de la Florida, y $26 millones para Miami-Dade y las ciudades de Miami Gardens y Miami.
Sin embargo los autores del estudio establecen al inicio de su informe que “simulaciones computarizadas…” indican los beneficios netos, sin especificar el nivel de certeza de las mismas.
En visita a Diario las Américas, el alcalde Robaina manifestó que también se realizó un estudio económico para la votación sobre los juegos en el condado de Broward, y que los supuestos beneficios no se han cumplido, comentando que las expectativas de asistencia a los juegos han sido tan pobres que ni siquiera han abierto todos los lugares programados. Para Robaina, lo que aumentará son los gastos en policías, bomberos y servicios de rescate.
Los promotores de los juegos aducen que los impuestos generados por la aprobación de las máquinas favorecerían al sistema escolar público del condado, y se promovería la creación de empleos. Sin embargo quienes se oponen, como Robaina, destacan que los hechos demuestran que los juegos no ayudarán a la comunidad. “La misma promesa se hizo con la Lotto…, que todo era para la educación, pero no se dice que los impuestos van al estado para distribuirse entre los 67 condados de Florida, y que no van para Miami-Dade”, dice Robaina. La misma campaña a favor de los juegos, en sus “preguntas mas frecuentes”, advierte que “la constitución de Florida garantiza que 50% de los impuestos irán al presupuesto de educación del estado. Cómo serán usados esos fondos en el presupuesto de educación, depende del Gobernador y la Legislatura estatal.”
Por su parte la Cámara de Comercio Hispana de Hialeah emitió su apoyo a Barbara Havenick, propietaria del Flagler Dog Track, “los residentes y las empresas de Miami-Dade están en una encrucijada, y un futuro más brillante estriba sobre la creación de nuevas fuentes de ingresos…”, reza el documento firmado por su presidente Vicente Rodríguez. En similares términos se expresó Liliam M. López, presidente de la Cámara de Comercio Hispana del Sur de la Florida.
En la oposición se encuentran los grupos Unidos por los Valores Familiares (United for Family Values), Coalición Cristiana del Sur de la Florida, Grey2K y el Consejo de Florida para la Política Familiar (Florida Family Policy Council). El ex gobernador de Florida Jeb Bush, el ex senador Bob Graham y el representante estatal Marco Rubio, también están en contra.
Fuente: diariolasamericas
miércoles, 23 de enero de 2008
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