lunes, 7 de enero de 2008

Apuesta virtual

España - Psicólogos alertan del auge de casos de jóvenes enganchados a casinos on line. El fácil acceso propicia la adicción.
INTERNET se ha convertido en una sencilla puerta de entrada a los juegos de azar. Una peligrosa vía de acceso sin filtros ni trabas que, según advierten los psicólogos, está animando a muchos adolescentes a tantear el peligroso mundo de las apuestas. La red de redes facilita el contacto con casinos virtuales, juegos de cartas y máquinas tragaperras cuyas partidas sólo exigen un número de tarjeta de crédito. Las asociaciones que rehabilitan a los jugadores de azar alertan de la proliferación de casos de menores que agotan el crédito de sus padres a golpe de apuesta virtual.
Niños y adolescentes, en un 90% de los casos pertenecientes a familias acomodadas, han encontrado en las páginas de Internet un medio para flirtear con entretenimientos de adultos. Una vez que lo prueban, la red les echa sus garras, los atrapa y les lleva a dedicar hasta ocho horas y media al día 'quemando' el dinero de sus padres.
«Es lo más sencillo del mundo. Los jóvenes cogen la tarjeta de su padre y dan el número. Así de fácil. En Internet no hay filtros. Los casinos virtuales ni te piden la clave personal», explican desde la Asociación malagueña de Jugadores en Rehabilitación (Amalajer).
Por curiosidad
Pero esta nueva puerta al universo de los juegos de azar no sólo llama la atención de los adolescentes. Como indican desde Amalajer, los adultos de entre 30 y 35 años también están desarrollando conductas de juego patológicas a golpe de ratón. «En los últimos meses hemos visto tres casos de hombres con nivel de formación alta que, después de haber navegado mucho por Internet, han probado los casinos on line por curiosidad y han terminado enganchándose», indica la psicóloga de Amalajer, Carolina Casado quien detalla que la comodidad del ordenador y el anonimato que brinda son sus grandes bazas.
Una vez desarrollada la adicción, los expertos sostienen que el ludópata suele aislarse totalmente de su familia y amigos, abandona los estudios o el trabajo y «se convierten en un ser solitario, con muy malos modos, agresivo y violento». En el caso de los jóvenes lo que enciende la alarma en los padres, no es su conducta, sino el saqueo de la cuenta bancaria.
Fuente: diariosur.es

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