lunes, 19 de noviembre de 2007

Howard Hughes en Las Vegas

Me gusta pensar en Las Vegas en términos de hombres bien vestidos, en una cena con chaqueta, ver a hermosas mujeres bajar de un auto caro.
Creo que es lo que la gente espera aquí, codearse con estrellas y personas importantes. Posiblemente vestidos con ropa deportiva, pero de buena calidad. Creo que no se debería permitir degradar este lugar a la categoría de parque de atracciones como Coney Island.
Bob, hay diez nuevos casinos proyectados. El que más me preocupa es el nuevo Holiday Inn que se está por construir frente al Sands. Para peor planifican un Showboat en un enorme lago artificial.
Un Showboat con un lago de agua estancada e infestada. Están considerando la posibilidad de utilizar el agua del lago Mead, un afluente de agua de alto olor. Jesús! Cuando pienso en ese lago de aguas residuales también pienso en los mosquitos ya que sería el lugar ideal para criarlos.
Si este proyecto no se puede detener, tendríamos a la brevedad, que vender al Sands incluso con pérdida.
Memo de Howard Hughes a Robert Maheu, 1967.
Cuando Howard Hughes llegó a Las Vegas en un tren especial de la Unión del Pacífico en la noche del 27 de noviembre de 1966, y se instaló en el último piso del Desert Inn, desde allí y a través de un ejército de agentes continuó manejando su fortuna y monopolio empresarial. Para esa época Hughes ya se había convertido en un excéntrico y misterioso solitario.
Su idea de Las Vegas fue reflejada en su producción cinematográfica de 1952 The Las Vegas Story con Jane Russell, Victor Mature, y Vincent Price.
Había usado el Flamingo, como relata Alan Hess, "para representar todo lo que era glamoroso y emocionante acerca de Las Vegas”.
Howard Hughes regresó a Las Vegas en el 1966, a esconderse de citaciones y los medios de comunicación, y para construir un imperio en el desierto.
El glamour del Flamingo era un engaño del pasado.
Hughes estaba viviendo otra realidad, en 1966 una corte de asesores mormones, manejaba la comunicación con sus lugartenientes e incluso con su jefe de operaciones de Nevada.
Cuenta la historia que Hughes compró el Desert Inn, porque no podía obtener una habitación allí, y así pudo ocupar toda la planta superior. Su suite contaba con vistas al casino Silver Slipper situado al otro lado de la calle y el cual tenía un enorme cartel giratorio cuyas luces y sombras se reflejaban directamente en el cuarto de Hughes. El cartel lo molestaba tanto que Hughes también decidió comprar el Silver Slipper y ordenó que arreglaran el cartel para que no lo molestara más.
Luego pasó a comprar el Sands, el Frontier, el Castaways y el Landmark, entre otros, en su mayoría pertenecientes a la mafia que encontraron en Hughes la oportunidad de poner fin a la incesante investigación que Bobby Kennedy y el Departamento de Justicia ejercían sobre ellos, sus socios y sus negocios.
Durante otra de sus decisiones curiosas, Hughes compró el canal de televisión KLAS-TV, afiliado a CBS, el cual pertenecía al antiguo publicista del periódico Las Vegas Sun, Hank Greenspun, por $3.6 millones. La compra fue hecha porque Hughes, a quien le gustaba quedarse despierto durante la noche, quería controlar las películas trasmitidas a esas horas. A continuación, Hughes estableció su propio horario con tres películas una tras otra trasmitidas todas las noches. El excéntrico cineasta y aviador muchas veces dudaba tanto antes de elegir las películas que quería ver, que el canal de televisión no podía ni siquiera anunciar la programación con anticipación.
Las excentricidades de Hughes iban más allá de sus negocios. Durante sus cuatro años en Vegas, su penthouse en el Desert Inn nunca fue limpiado, y Hughes guardaba sus desechos fecales en botellas de vidrio cerradas dentro de un closet. Hasta la partida de Hughes de Vegas fue un evento inusual. El 25 de noviembre de 1970, Hughes salió del hotel cargado en una camilla y partió a toda velocidad a bordo de un avión hacia las Bahamas. Pasó toda una semana antes de que la gente de Vegas se diera cuenta de que su celebridad más excéntrica había dejado de vivir en la ciudad.
Enviado por: Carlos Mollo - Caracas

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