Argentina - Podrán abrir desde las 14 y no están permitidos los cajeros automáticos. La ludopatía y la posibilidad de despidos, los ejes de la polémica. El debate no atrajo público. Sólo un gremialista increpó a Breide y casi terminaron a los golpes.Los casinos de esta ciudad deberán atrasar en cuatro horas el horario de apertura al público y no podrán albergar cajeros automáticos dentro de sus instalaciones, según lo dispone una ordenanza sancionada ayer por el Concejo Municipal.
La propuesta de regular las salas de juego generó un larga confrontación que se inició a fines del 2006 y obligó a introducir numerosos cambios sobre el texto inicial. Aun así, a la hora del examen definitivo en la mesa del Deliberante las posiciones estuvieron divididas.
La ordenanza fue aprobada en general por 5 votos a 3, mientras que el artículo más polémico (el de la limitación horaria) registró un empate de 4 a 4, que desniveló el doble voto positivo del presidente del cuerpo, Andrés Martínez Infante.
La nueva regulación también establece que cualquier nuevo casino, anexo o sucursal sólo podrá ser habilitado por ordenanza y crea el Fondo Municipal de Prevención de Adicciones a fin de ofrecer tratamiento a los caso de ludopatía.
Otro artículo agregado en la última reformulación requiere a los gobiernos nacional, provincial y municipal que restrinjan el ingreso a los casinos de Bariloche "a aquellas personas beneficiarias de subsidios del Estado".
La defensa más rotunda del proyecto fue asumida por el concejal Diego Breide (Encuentro), quien recordó que el proyecto inicial imponía a los casinos un funcionamiento exclusivamente nocturno, pero luego aceptaron recortar el horario de apertura sólo de las 10 a las 14.
El cambio se debió a la presión ejercida por la empresa y sus trabajadores, quienes aseguraron que la restricción provocaría despidos masivos. Pese al cambio en el texto del proyecto los reclamos no cesaron porque el casino quería mantener a toda costa el turno matutino.
Breide aseguró que la concesionaria del casino "no tiene ningún justificativo para amenazar con la reducción de puestos laborales" y denunció que "estos empresarios tienen a sus empleados de rehenes".
También dijo que si por él fuera promovería el cierre del casino de Onelli, cuyos mayor clientela está compuesta por personas de bajos recursos. Dijo que "la plata que recauda del casino sale del circuito económico productivo y provoca un daño enorme a la ciudad".
La sesión sólo fue seguida por una decena de personas y a pesar de los temores previos y de la custodia policial que pidieron los concejales no hubo incidente alguno.
Pero una media hora después, cuando los concejales ya abordaban otro proyecto, un sindicalista del casino se acercó a increpar a Breide, que no rehuyó el desafío. A punto estuvieron de tomarse a golpes pero no pasaron de unos "pechazos", hasta que los separaron.
Entre las opiniones favorables a la regulación también contaron las de Alicia Grandío (UCR) y Silvina García Larraburu (PJ), quien describió con crudeza "la enfermedad que provocan las maquinitas tragamonedas". Dijo que esto último queda en evidencia con "las mujeres de los planes haciendo cola" para entrar al casino.
"No hay razón para que el empleador nos apriete diciendo que esta reducción de de pocas horas provocará despidos argumentó. Si la empresa tiene voluntad y reordena los turnos nadie se queda sin trabajo".
Hugo Cejas (SUR) dijo que esa era una pretensión "declamativa" y dijo estar "seriamente preocupado por la gente que puede quedar en la calle".
Previamente había fundado el rechazo de su bloque al proyecto, tras describir largamente el fenómeno de la adicción al juego desde los postulados de la psicología conductista y la psicoanalítica, para concluir que la limitación propuesta por la ordenanza "no alcanza la solución buscada".
Martínez Infante (Encuentro) reconoció que el texto definitivo de la ordenanza es sólo un paliativo, pero valoró que atienda "un reclamo muy fuerte de la comunidad" para que el Estado regule los casinos. "Esto pone en marcha un cambio que no va a volver atrás", aseguró.
También dedicó parte de su intervención para fustigar a Lotería de Río Negro, que en todo momento desacreditó el proyecto y alegó que el municipio estaba inhabilitado para legislar en cuestiones de juegos de azar.
"Es muy preocupante saber que la provincia recauda cifras importantísimas con el juego y no destina ni siquiera una parte a la prevención de la ludopatía criticó Martínez Infante. Además nos dicen que sólo ellos tienen atribuciones para reglamentar, pero no reglamentan nada. El gobierno provincial está ciego y no ve lo que está pasando en Bariloche".
La posición más controvertida fue expuesta por la concejal Beatriz Contreras (Encuentro), quien figura como autora del proyecto inicial, pero ayer se mostró en desacuerdo con la restricción horaria.
Reivindicó el texto original porque proponía "una limitación más estricta" y dijo que el reformulado "no da una solución y no está a la altura". Pero al mismo tiempo se mostró contraria a cualquier alternativa que afecte las fuentes de trabajo.
En el polémico artículo 1º Contreras sumó su voto al oficialismo, que aun así no alcanzó a frustrar la aprobación del proyecto.
La ausencia del intendente Alberto Icare por razones de salud también aleja cualquier posibilidad de veto (como pretendieron en algún momento los trabajadores del casino), ya que el concejal a cargo de la intendencia, Marcelo Cascón (UCR), fue también uno de los principales impulsores de la regulación.
La ordenanza fue aprobada en general por 5 votos a 3, mientras que el artículo más polémico (el de la limitación horaria) registró un empate de 4 a 4, que desniveló el doble voto positivo del presidente del cuerpo, Andrés Martínez Infante.
La nueva regulación también establece que cualquier nuevo casino, anexo o sucursal sólo podrá ser habilitado por ordenanza y crea el Fondo Municipal de Prevención de Adicciones a fin de ofrecer tratamiento a los caso de ludopatía.
Otro artículo agregado en la última reformulación requiere a los gobiernos nacional, provincial y municipal que restrinjan el ingreso a los casinos de Bariloche "a aquellas personas beneficiarias de subsidios del Estado".
La defensa más rotunda del proyecto fue asumida por el concejal Diego Breide (Encuentro), quien recordó que el proyecto inicial imponía a los casinos un funcionamiento exclusivamente nocturno, pero luego aceptaron recortar el horario de apertura sólo de las 10 a las 14.
El cambio se debió a la presión ejercida por la empresa y sus trabajadores, quienes aseguraron que la restricción provocaría despidos masivos. Pese al cambio en el texto del proyecto los reclamos no cesaron porque el casino quería mantener a toda costa el turno matutino.
Breide aseguró que la concesionaria del casino "no tiene ningún justificativo para amenazar con la reducción de puestos laborales" y denunció que "estos empresarios tienen a sus empleados de rehenes".
También dijo que si por él fuera promovería el cierre del casino de Onelli, cuyos mayor clientela está compuesta por personas de bajos recursos. Dijo que "la plata que recauda del casino sale del circuito económico productivo y provoca un daño enorme a la ciudad".
La sesión sólo fue seguida por una decena de personas y a pesar de los temores previos y de la custodia policial que pidieron los concejales no hubo incidente alguno.
Pero una media hora después, cuando los concejales ya abordaban otro proyecto, un sindicalista del casino se acercó a increpar a Breide, que no rehuyó el desafío. A punto estuvieron de tomarse a golpes pero no pasaron de unos "pechazos", hasta que los separaron.
Entre las opiniones favorables a la regulación también contaron las de Alicia Grandío (UCR) y Silvina García Larraburu (PJ), quien describió con crudeza "la enfermedad que provocan las maquinitas tragamonedas". Dijo que esto último queda en evidencia con "las mujeres de los planes haciendo cola" para entrar al casino.
"No hay razón para que el empleador nos apriete diciendo que esta reducción de de pocas horas provocará despidos argumentó. Si la empresa tiene voluntad y reordena los turnos nadie se queda sin trabajo".
Hugo Cejas (SUR) dijo que esa era una pretensión "declamativa" y dijo estar "seriamente preocupado por la gente que puede quedar en la calle".
Previamente había fundado el rechazo de su bloque al proyecto, tras describir largamente el fenómeno de la adicción al juego desde los postulados de la psicología conductista y la psicoanalítica, para concluir que la limitación propuesta por la ordenanza "no alcanza la solución buscada".
Martínez Infante (Encuentro) reconoció que el texto definitivo de la ordenanza es sólo un paliativo, pero valoró que atienda "un reclamo muy fuerte de la comunidad" para que el Estado regule los casinos. "Esto pone en marcha un cambio que no va a volver atrás", aseguró.
También dedicó parte de su intervención para fustigar a Lotería de Río Negro, que en todo momento desacreditó el proyecto y alegó que el municipio estaba inhabilitado para legislar en cuestiones de juegos de azar.
"Es muy preocupante saber que la provincia recauda cifras importantísimas con el juego y no destina ni siquiera una parte a la prevención de la ludopatía criticó Martínez Infante. Además nos dicen que sólo ellos tienen atribuciones para reglamentar, pero no reglamentan nada. El gobierno provincial está ciego y no ve lo que está pasando en Bariloche".
La posición más controvertida fue expuesta por la concejal Beatriz Contreras (Encuentro), quien figura como autora del proyecto inicial, pero ayer se mostró en desacuerdo con la restricción horaria.
Reivindicó el texto original porque proponía "una limitación más estricta" y dijo que el reformulado "no da una solución y no está a la altura". Pero al mismo tiempo se mostró contraria a cualquier alternativa que afecte las fuentes de trabajo.
En el polémico artículo 1º Contreras sumó su voto al oficialismo, que aun así no alcanzó a frustrar la aprobación del proyecto.
La ausencia del intendente Alberto Icare por razones de salud también aleja cualquier posibilidad de veto (como pretendieron en algún momento los trabajadores del casino), ya que el concejal a cargo de la intendencia, Marcelo Cascón (UCR), fue también uno de los principales impulsores de la regulación.
Fuente: Río Negro Online
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