
Explicó que cuando un pequeño inicia con este tipo de adicciones, cuando es mayor de edad puede perder hasta su familia, ya que constantemente apuesta por el sueño de ganar y hacerlos feliz.
Esta situación consigue también que consiga malas calificaciones debido a que la adicción lo obliga incluso a faltar a clases para ir a jugar.
Explicó que conoce el caso de un pequeño que regularmente acudía hasta 5 veces a jugar a una tienda de abarrotes, y para jugar, le pedía dinero a su madre que era estilista y ésta, con el afán de que estuviera entretenido mientras ella trabajaba le deba hasta en 3 ocasiones.
Luego el pequeño le pedía a los amigos de su madre y no se lo negaban y de esta forma acudía en más ocasiones a jugar, lo que se le convirtió en una adicción; cuando el niño no conseguía el premio que buscaba, se enojaba y para sacar su estrés golpeaba el cajón de donde se colocaba la maquina, sin embargo, dijo que esa actitud es repetitiva y la manifiesta en su hogar, es decir, se convierte en un pequeño con depresión y agresivo.
Para complementar la información dijo, que una pareja que acudió a una terapia, tenía problemas precisamente por la adicción de jugar del hombre del hogar, ya que por el vicio perdió la casa, su auto y la familia.
El problema de este hombre es que cayó en una crisis económica, alguien lo exhortó a jugar en las maquinas de azar y ganó en tres ocasiones, pero entró en él la fantasía de querer tener dinero y precisamente lo que había ganado lo volvió a jugar y lo perdió, pero quería seguir intentando y esa fue la razón que se quedó sin ningún bien.
Fuente: elmexicano
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