miércoles, 18 de junio de 2008

La apuesta de la tribu

USA - Es difícil imaginar el tamaño del Casino Turístico Foxwoods.
Sus salas de juegos, hoteles, teatros y centros comerciales están por encima de los espesos bosques de esta esquina -alguna vez apacible- del estado de Nueva Inglaterra.
A esta brillante ciudad, situada en una colina, llegan 40.000 personas al día provenientes de Nueva York, Boston y otras ciudades para jugar en las más de 7.000 máquinas tragamonedas y cientos de mesas de apuestas.
Sin embargo, la casa siempre gana -o casi siempre- y esta es la notable historia de cómo una pequeña tribu de Connecticut, a punto de extinguirse, se convirtió en una de las más ricas en Estados Unidos al apostar a un pantano...
Genocidio cultural
Durante la llamada Guerra de los Pequot de 1636-37, los ingleses masacraron a cientos de integrantes de la tribu Pequot y enviaron por barcos a las colonias a mujeres y niños, convirtiéndolos en esclavos.
"Los Pequots tienen la triste satisfacción de ser la primera tribu del este de Estados Unidos que sufrió el genocidio cultural a manos de los ingleses", dijo Kevin McBride, director de Investigaciones del Museo Mashantucket Pequot.
Los que sobrevivieron lo lograron al refugiarse en un pantano.
Para la década de los 70´s del siglo pasado, Elizabeth George Plouffe era la única persona que quedaba en la reservación, que ahora sólo se limitaba a 200 acres.
"Mi abuela fue una visionaria", señaló Theresa Bell. "Si no se hubiese quedado y convencido a sus nietos de regresar...la reservación hubiese sido convertida en un parque estatal".
Theresa y su hermano, Skip Hayward, estuvieron entre los nietos que respondieron al llamado de su abuela para volver a la tierra.
Theresa vive ahora en un quinta grande con un auto deportivo lujoso y un vehículo adicional estacionado al frente.
Pero cuando llegaron por primera vez, vivieron en casas rodantes y trataron de ganarse la vida criando cerdos, vendiendo jarabe de arce, e incluso montando una venta de pizzas en la autopista.
Notable retorno
Skip Hayward se dio cuenta que esos negocios no podrían mantener a las familias que estaban luchando para sobrevivir.
Y entonces tuvo una idea. "¡Bingo!", literalmente.
Con la ayuda de un abogado activista, Thomas Tureen, fundó una sala de bingo en 1986.
Dos años más tarde se expidió la Ley de Juegos Indian Regulatory.
La ley buscó sacar a los nativos estadounidense de la pobreza al permitirles abrir casinos en sus tierras, si el estado en donde se encontraban basados también los permitía.
Connecticut no tenía casinos y estaba decididamente en su contra.
Sin embargo, Thomas Tureen descubrió que sí permitía las llamadas "Noches de Las Vegas".
"Alguien apuntó que Connecticut permite apuestas a menor escala para recaudar fondos y alguien de la tribu dijo: '¿quién nos está deteniendo?" Bueno, nadie realmente", señaló.
Fue así que, con dinero de inversionistas de Malasia, el Casino Turístico Foxwoods abrió sus puertas en 1992.
No ha cerrado sus puertas desde entonces y se rumorea que perdieron las llaves.
La tribu tiene un sistema para compartir las ganancias entre su cada vez más creciente número de miembros, que llega ahora a las 900 personas.
Nadie reveló a cuánto equivalen los pagos pero se dice que cada miembro desde que cumple 18 años tiene garantizado por lo menos US$100.000 al año de por vida.
"El pecado del hombre blanco"
La enorme riqueza ha generado problemas, ya que algunos miembros se han negado a estudiar o trabajar, prefiriendo las drogas y los autos rápidos.
También han aumentado las solicitudes de membresía, lo que ha generado discusiones sobre quién es y quién no un Pequot.
Algunas tribus -como los Hopi en Arizona- han rechazado los casinos muchas veces argumentando que está mal beneficiarse de las debilidades o del "Pecado del Hombre Blanco".
Sin embargo, otros se han inspirado a copiar el ejemplo y en este momento hay más de 300 casinos en reservaciones indias en todo Estados Unidos.
Y apenas a 8 kilómetros, al otro lado del río, se ven las relucientes torres de vidrio del Monegham Sun, que se ha convertido en el segundo centro de casinos más grande del mundo.
Pero mientras los Mashantucket Pequot están bien financieramente, en otros aspectos son pobres.
Un paseo por el Museo Pequot de US$200 millones es revelador.
Una sala está dedicada a los mitos de la creación de distintas tribus, pero el de los Pequot no está ahí.
Ya no quedan narradores que los cuenten.
Después de unos días, lo que me impresiona más es la paradoja que está en el centro de la identidad de los Pequot: inevitablemente la tribu es conocida por sus casinos, una polémica empresa capitalista.
Pero la tribu busca reconocimiento buscando apelar a un origen nativo estadounidense, que tiene que ver con la naturaleza y la espiritualidad.
Herencia perdida
Su piel blanca y pelo rojizo reflejan más su herencia escocesa que su nativa, pero James Walker -cuyo nombre nativo es David Flecha de Fuego- está haciendo todo lo que puede para recobrar algo del pasado.
Sostiene reuniones semanales en su casa para enseñarles danzas tradicionales a los niños y cómo fabricar joyas y tejer cestas a los adultos.
James piensa que sus ancestros estarían contentos con el casino: "Realmente esperaría que estuviesen orgullosos de lo que estamos haciendo", dice.
"Esto nos permite estar aquí como una familia extendida: somos todos primos, hermanos y hermanas".
Sin embargo, las tensiones familiares inevitablemente salen a la superficie y aquí se han convertido en una pelea.
El hombre, principalmente responsable de la reconstrucción de la tribu y el casino, Skip Hayward, fue despedido de su cargo de presidente.
Hayward se negó a darnos una entrevista y -dependiendo del la personas que me dio el testimonio- se trata de un ermitaño amargado o un visionario, que ya empezó su próximo proyecto en el sector de la construcción.
Sus hermana, Theresa Bell, también abandonó el consejo.
Bell lamenta haberse metido en el negocio de los casino: "Hubiese preferido ver el parque estatal y creo que mi abuela también lo hubiese preferido... en lo que a mi respecta, el casino puede hundirse en el pantano".
La tribu obviamente enfrenta sus retos. Aparte de los enfrentamientos, también está la situación económica actual que ha reducido las ganancias y ha obligado a despidos.
Pero eso no ha impedido que el liderazgo siga mirando hacia adelante. Una expansión de US$700 millones de Foxwood acaba de ser inaugurada.
Los Mashantucket Pequot la pagaron y están acompañados en sociedad con el MGM Grand, basado en Las Vegas.
La tribu también se está ramificando hacia otros negocios en estados lejanos.
Y todo es gracias a un pantano que una vez sirvió de refugio para escapar de los inglese y ahora es el acuífero que surte a un casino gigante que le complace aceptar libras esterlinas.
Fuente: Jane Little - BBC

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