España - El sector de las máquinas recreativas se pone al día.
Incorpora en Extremadura los últimos adelantos técnicos (pantallas de vídeo y premios más sustanciosos) y se somete a una reglamentación autonómica completa como la ya aprobada para bingos y casinos. Esta actividad intenta recuperar tiempos mejores después de una década sin apenas novedades técnicas que ha llevado el «aburrimiento» a los jugadores.
El Consejo de Gobierno aprobó el viernes pasado un decreto que reglamenta las máquinas recreativas y salones de juego en aplicación de la Ley del Juego de Extremadura, igual que han venido haciendo el resto de comunidades para actualizar el real decreto nacional que desde hace 11 años regula el sector.
Aquel decreto, nacido en el ocaso de la era analógica, no contemplaba la incorporación de las nuevas tecnologías a esta maquinaria, que seguía sometida a la antigualla electrónica y mecánica pasada de moda que según uno de los gerentes empresariales «ya tenía aburridos a los clientes».
La nueva normativa extremeña saca a la luz ahora una actividad desconocida en sus entresijos pero al alcance de cualquiera por los soniquetes que las máquinas esparcen en bares, cafeterías y restaurantes en busca del aficionado.
Muy controlado
Se trata de un sector muy regulado tanto técnica como fiscalmente, y que rinde a la Hacienda autonómica extremeña un gran rendimiento. La última recaudación anual por el juego en la Comunidad asciende a 34 millones de euros, de los que 19,5, la mayoría, proceden de las máquinas recreativas, y el resto de los salones de bingo y del único casino autorizado hasta ahora en la Comunidad.
Sólo el tributo de las máquinas ingresa en las arcas de la Junta el doble que los impuestos por el alcohol y la cerveza juntos, ya que éstos suman apenas 10 millones en la estimación presupuestaria de este año.
No es extraño puesto que cada máquina paga a Hacienda una licencia anual de 3.480 euros.
Hay hasta cinco tipos distintos de máquinas recreativas y de azar, que se pueden encontrar en cuatro clases de locales: los de hostelería (bares, restaurantes), salones de juego, bingos y casinos.
Según el acceso al tipo de máquina, y la modalidad de juego y tamaño de los premios, se las puede encontrar en un sitio u otro. Todo un mundo, muy desconocido para el ciudadano no aficionado, pero lleno de posibilidades y ganchos para el amigo de jugarse el dinero.
El escalón más amable de máquinas son las tipo 'A', las puramente recreativas que sirven para pasar el rato y no dan premio en metálico, si acaso partidas; los comecocos, marcianitos, etc.
Luego están las del tipo 'B' o 'premio preparado', que son la inmensa mayoría y de ellas hay 5.660 repartidas por bares, salones de juego y bingos. A su vez se dividen en B-1, B-2 y B-3. Las primeras son las tragaperras normales de los bares, que dan un premio cada equis número de partidas; las segundas o B-2 son especiales para salones de juego, pueden dar premios mayores, y su uso está más controlado, y finalmente las B-3 quedan reservadas a los salones de bingo, imitan de manera electrónica los cartones y en estos locales el acceso está aún más regulado que en los salones.
Esta última, relativamente nueva, es la primera vez que se autoriza en Extremadura.
Máquinas de casino
En la cúspide de las máquinas de azar se sitúan las de tipo 'C' que sólo pueden estar ubicadas en casinos, en el caso de la Comunidad el único es el Gran Casino de Extremadura en Badajoz. Su mecanismo no tiene un premio preparado por un programa informático sino que la fortuna está totalmente ligada a la suerte y puede darse el caso de que otorguen dos premios en sendas jugadas seguidas.
El nuevo reglamento autonómico, pendiente aún de publicarse en el Diario Oficial de Extremadura, contempla y autoriza los nuevos tipos de máquinas de juego, no previstos en el real decreto nacional hasta ahora vigente, nuevos modelos que sí estaban llegando a la mayoría de las comunidades autónomas.
Por ejemplo las B-3 pensadas de manera específica para los bingos, y sobre todo las de tipo B básico, las más extendidas, que incorporan desde hace años, pero no se podían implantar en Extremadura, pantallas de vídeo digital, partidas triples simultáneas que dan más premio, y varios juegos intercambiables.
Además el reglamento autonómico permite que haya salones con máquinas tipo B pero con otro tipo de productos, como el 'jack pot', «que ya no es el típico premio máximo de seiscientos euros sino que puedes ganar hasta dos mil», explica Juan Puerto, secretario técnico de la Asociación de Empresarios Extremeños del Automático (Aemexa).
Ya era hora
Antonia Cerrato, directora general de Hacienda, reconoce que la Comunidad necesitaba ya una reglamentación propia y completa, que incluye no sólo las nuevas técnicas aplicadas a las máquinas sino las condiciones de los locales o los procedimientos administrativos (plazos, el silencio de la Administración...).
Esta actividad está muy regulada de manera que una máquina no puede funcionar si no ha sido homologada por cada Comunidad Autónoma, y su funcionamiento detallado en el reglamento correspondiente.
Hasta ahora como el antiguo reglamento nacional de 1998 no las contemplaba, no las había en Extremadura, sí en las comunidades que habían ido aprobando su propia normativa.
Para el sector es un respiro ya que las recaudaciones se venían resintiendo en los últimos años por falta de novedades, a lo que se ha sumado en los últimos trimestres la crisis económica general.
Fuente: hoy
miércoles, 3 de junio de 2009
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