Argentina - Buenos Aires - El ex apoderado que alegó una ludopatía seguirá bajo arresto domiciliario en su casa de Gonnet.
Sólo tiene permiso para salidas laborales a una distribuidora. Dos jueces se excusaron por amistad con el coimputado Sotés, ex titular de la Curaduría. Designaron a otros magistrados para el juicio.
El Tribunal Oral en lo Criminal n° III de La Plata rechazó el pedido de libertad formulado por la defensa de Juan Carlos Fortuny, que será juzgado por el insólito robo de los 600 mil pesos que faltaron de la Curaduría de Alienados de la Procuración de la Suprema Corte bonaerense.
En la resolución, el TOC III dispuso que Fortuny siga bajo el régimen de excarcelación y no de una libertad plena.
Desde que salió de la cárcel, el ex apoderado de la Curaduría de Alienados cumple con una morigeración de la prisión preventiva en su casa de Gonnet con la modalidad de arresto domiciliario con salidas laborales.
Fuentes judiciales informaron que el imputado cumple todos los días con la misma rutina: va de su domicilio a trabajar a una distribuidora y de allí regresa a su casa.
Además, de cara al juicio oral que tendrá a Fortuny en el banquillo de los acusados, dos de los jueces del TOC III -Omar Luis Pepe y Ernesto Domenech- se excusaron alegando una relación de conocimiento y amistad con otro de los imputados en la causa: el ex titular de la Curaduría Ricardo Sotés.
De modo que de la integración original sólo estará presente en el juicio oral Elva Demaría Massey. Junto a ella fueron designados Claudio Bernard y Liliana Torrisi. El expediente quedó radicado hace 15 días y se aguarda que a fines de 2009 puedan comenzar las audiencias de debate.
En la etapa de instrucción, la Fiscalía de Delitos Complejos logró establecer que Fortuny realizaba tareas contables en la Curaduría y, abrumado por las pruebas en su contra, decidió confesar la maniobra ante la Justicia: dijo que por padecer una afección lúdica y adictiva, sacaba el dinero y lo apostaba en el casino flotante de Puerto Madero.
En rigor, Fortuny no era contador pero cumplía funciones de tesorero. Dentro del escalafón judicial era “oficial mayor”, indicaron las fuentes consultadas. Ante los fiscales, el imputado admitió que había creado un software casero que le permitía en la computadora de su casa, en Gonnet, llevar un control del dinero que retiraba de la Curaduría y que debía luego devolver o, al menos, disimular.
Pero cuando los fondos sustraídos superaron el millón de pesos, Fortuny, antes de su desesperada confesión, inventó la versión de una supuesta extorsión.
La Fiscalía pudo constatar la falsedad de esa denuncia y el funcionario de la Procuración quedó contra las cuerdas.
En esa confesión, para la Fiscalía se acreditó aquella versión de las planillas de Excel donde Fortuny llevaba un listado con los fondos sustraídos.
Y además, los peritos psicólogos descartaron toda posible afección a los juegos de azar y las apuestas. Según la Fiscalía, Fortuny cometía fraude o malversación, descartando la versión de las apuestas como afección psicológica.
Así lo plantearon al juez de Garantías Néstor de Aspro cuando elevaron la causa a juicio oral a mediados del año pasado.
El delito endilgado a Fortuny es malversación de caudales públicos en su forma dolosa.
En tanto, el coimputado Sotés, ex titular de la Curaduría, había sido sobreseído junto al contador de ese organismo Daniel Serpa por el juez De Aspro.
Sin embargo, luego la Cámara Penal revocó el procesamiento de Sotés -desplazado de su cargo en abril de 2005-, y confirmó la desvinculación del contador Serpa.
En aquella resolución, el juez De Aspro también criticó, por no ejercer los debidos controles, a la Procuración General de la Corte bonaerense.
Fuente: diariohoy
lunes, 22 de junio de 2009
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