Venezuela - Caracas - ¿Alguien se acuerda cómo eran los alrededores del centro comercial Galerías Ávila cuando éste no existía, hace muy pocos años? ¿Quién se atrevía a pasar de noche por esa boca de lobo, quién era tan valiente?
Son preguntas que Pedro Villegas, del grupo vecinal Teatro Caracas, plantea a cualquier interlocutor cada vez que se discute sobre los beneficios o inconvenientes que traería la apertura del centro comercial Sambil Candelaria, cuya inauguración nuevamente está en entredicho luego de que el presidente Hugo Chávez reiterara el pasado 11 de junio su negativa a que en ese lugar exista un local de tiendas tan gigantesco.
Ventajas o desventajas aparte, Villegas cree que en cualquier caso debe cumplirse la ley: "Ya se demostró que el centro comercial fue construido cumpliendo todos los pasos legales. Se proyectó un centro comercial y se construyó un centro comercial. Si se hace un referendo, se ganaría con facilidad, pero a mí la verdad no me parece correcto que eso se decida en una votación. Se trata de cumplir la ley, nadie puede estar por encima de la ley ni un grupo de personas ni mucho menos una sola persona", argumenta.
Por su parte Nidia Sandoval, quien pertenece a la Asociación de Propietarios del Sambil Candelaria, cree que los graves problemas de estacionamiento que existen en la parroquia serían disminuidos una vez que entre en funcionamiento el del Sambil, con capacidad de 2.500 puestos.
Además alaba el trabajo de aceras, áreas verdes y ampliación de calles que ha hecho la constructora, se emociona ante la idea de tener todo tipo de tiendas en un mismo sitio (afirma que el Galerías es demasiado pequeño, poco variado y apenas tiene puestos de estacionamiento) y piensa que todo eso elevará la calidad de vida de quienes viven en los alrededores "¿Por qué los que vivimos en el centro no tenemos derecho a disfrutar de estructuras de primera, por qué están en contra de que se active y se ilumine una zona que está muerta después de las ocho de la noche por la inseguridad?", se pregunta.
Dice además que no se trata de defender a los dueños de la constructora, pues ellos ya vendieron la mayoría de los locales (al contrario de lo que ocurrió con el Sambil de Chacao, aquí los locales fueron vendidos y no alquilados). Y que son ellos, los 300 pequeños comerciantes, los que saldrán más perjudicados si finalmente el centro comercial no llega a abrir. "Yo compré hace tres años y en diciembre tuve que vender mi local en el Doral Locatel y ya a estas alturas debía entregarlo, pero me han dado una prórroga. Uno hizo unos planes, planificó su futuro, no puede ser que todo se vaya al diablo por el capricho de una sola persona".
El centro comercial no sólo tiene el aval de las leyes sino también el de 10.283 vecinos que firmaron a favor de su construcción. Fátima Cabral, quien trabajó en la recolección de estas firmas, que fueron consignadas en la Sindicatura Municipal el 12 de marzo, se queja de que jamás ha habido una respuesta oficial a esa iniciativa ciudadana: "Actúan como si eso no existiera.
Hablan de participación y de consultar a la comunidad, y cuando existe la oportunidad de llevar todo eso a la práctica se hacen los locos porque no les conviene, porque saben que el apoyo a ese centro comercial es rotundo entre los habitantes de Candelaria", afirma.
Elena Palacios, vecina de la parroquia, llama la atención sobre la hipocresía y doble moral que existe entre quienes gobiernan: "La proliferación de bingos y casinos les tiene sin cuidado. En el antiguo hotel Waldorf están ampliando un bingo que hasta tendrá un hotel. Y resulta que nadie dice nada, no, porque el único problema parece ser el Sambil. No sé por qué se encapricharon contra él. Debe ser que un bingo es más socialista que un centro comercial".
Fuente: eluniversal/Jose Brassesco
lunes, 22 de junio de 2009
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