España - El terrible accidente, de hace unos días, en el aeropuerto de Madrid Barajas, ha sido motivo para una reflexión sobre el azar. Hubo quien salvó la vida por que llegó tarde y no le dejaron entrar en el avión, que despegaría algún tiempo después. Y ¿qué es el azar?
Recientemente se ha publicado un libro con un título provocativo, “El andar del borracho. Cómo el azar gobierna nuestra vidas”. Lo ha escrito un físico por la universidad de California en Berkeley, Leonard Mlodinow. Se intenta explicar o, al menos, reflexionar sobre el azar.
Un noble, Antoline Gonbaud, cuyo título aristocrático era chevalier de Méré aficionado a juegos con apuestas fuertes, buscó la ayuda de Pascal para saber cómo ganar. Y Pascal inició el estudio de azar. De ahí surgió el cálculo de probabilidades, que es una rama del conjunto de las ciencias matemáticas.
El primer tratado importante sobre la probabilidad fue escrito por el matemático suizo Jacobo Bernouilli y publicado póstumamente en 1713. Llevaba por título “El arte de la conjetura”. Pero el gran libro sobre estas cuestiones fue la “Teoría analítica de las probabilidades” , escrito en 1812 por el astrónomo y matemático francés Pierre Laplace.
A partir de mediados del siglo XIX, el estudio sobre la probabilidad se inclinó cada vez más hacia el concepto estadístico. Representantes de esta evolución fueron, en Alemania Richard von Mises y Hans Reichenbach y en Inglaterra Robert Aylmer Fischer. Y el gran economista británico John Maynard Keynes escribió en 1921 un “Tratado de la probabilidad”. Ante esta situación una de las figuras m ás importantes de la escuela filosófica del empirismo lógico, Rudolf Carnap, escribió que Bernouilli, Laplace y sus seguidores “pretendían lograr una teoría de la probabilidad inductiva que, una vez desarrollada por completo, proporcionase los medios de evaluar la aceptabilidad de afirmaciones hipotéticas en cualquier campo de la investigación y en las decisiones racionales relativas a los asuntos de la vida práctica".
"Hay que decir que entre su ambicioso objetivo y sus logros reales mediaba un buen trecho. En el marco de la sobria atmósfera cultural de finales del siglo XIX y principios del XX, su idea fue descartada como una utopía. Sin embargo, hoy día no faltan quienes creen que estos precursores no eran unos simples soñadores”.
Estas reflexiones llevaron a Graunt y a su amigo William Petty a fundar la estadística. Estudiaron la probabilidad Cardano, que era médico, Fermat, que era jurista, pero Graunt no era más que un vendedor de artículos de mercería.
En cierta línea, a Petty se le considera también el precursor de la economía clásica. No hay que olvidar la figura del belga Adolphe Quetelet que recolectó y analizó, por primera vez, una serie de datos demográficos, centrándose en los registros de actividad criminal, que el Gobierno francés empezó a publicar en 1827.Se dio cuenta de que el número de asesinatos eran relativamente constante. Descubrió otra serie de 'pretendidas regularidades'.
Los procesos aleatorios son fundamentales en la naturaleza, pero la mente humana funciona de tal modo que necesita identificar una causa concreta para una acción determinada.
Cuando tomamos una decisión, normalmente no pensamos en el papel que juega, o que desempeña, el azar, que es el elemento permanente de nuestras vidas, al que los matemáticos se han aproximado para intentar medirlo y, en algún sentido, explicarlo. Por eso, el éxito o el fracaso, no proceden, en multitud de ocasiones de una voluntad racional, sino de circunstancias fortuitas y erráticas, como el andar de un borracho.
Fuente: americaeconómica
domingo, 31 de agosto de 2008
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