México - Deudas millonarias, desintegración familiar e inseguridad son algunas de las consecuencias de la adicción a los juegos de azar, conocida como ludopatía.
Este padecimiento es considerado por la Organización Mundial de la Salud como “un trastorno de los hábitos y el control de los impulsos” y de acuerdo con el grupo de autoayuda Jugadores Anónimos “es una enfermedad incurable, que se puede controlar”.
Ante el incremento de salas de juego en el DF y la falta de información existente sobre el tema, el riesgo de que las personas se conviertan en jugadores compulsivos “es muy alto”, señaló Carlos del Moral, fundador de Jugadores en Recuperación.
Explicó que en los últimos años las salas de juego se urbanizaron al encontrarse dentro de los centros comerciales y cerca de zonas de vivienda, lo que facilita el acceso de las personas a ellos y a la posibilidad de convertirse en adicto.
Según el especialista, la ludomanía puede ser comparada con una adicción: “cada vez apuesta más, juega más, involucra áreas de funcionamiento del cuerpo y daña las relaciones familiares, de trabajo y lleva a una situación económica precaria”.
Distrito Federal— Ante la falta de estudios que permitan dimensionar la problemática, Carlos del Moral, del grupo Jugadores en Recuperación, señaló que hasta hace unos años los juegos de azar eran considerados exclusivos de los hombres, sin embargo, en la actualidad existe un incremento de mujeres en las salas de apuestas.
“Yo me atrevería a decir que del universo de jugadores compulsivos entre el 60 y 65 por ciento son mujeres”; además de que los adultos mayores acuden con frecuencia “con el afán de socializar, pero muchas veces lo único que consiguen es perder sus pensiones”.
Según las leyes de la probabilidad, en los juegos de azar las posibilidades de ganar son menores a las de perder, sin embargo, los ludópatas osan desafiar ese principio.
En los salones de juego “se comercializan sueños, la gente se ve con el dinero multiplicado cumpliendo lo que siempre ha querido”, dijo del Carlos del Moral.
Alfredo Estrada, médico del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina de la UNAM, explicó que el azar estimula al cerebro, el cual libera sustancias como la dopamina o endorfinas que dejan una sensación de placer y relajamiento, debido a ellas la persona regresa al juego, pues inducen la dependencia al mismo.
Fuente: eldiario
domingo, 24 de agosto de 2008
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