Argentina -La norma no se respeta en varias sedes de la UBA, los tragamonedas del Hipódromo, todos los bingos porteños, muchos boliches y el Casino flotante. La mayoría se ampara en que dependen de la Nación y, por jurisdicción, no los alcanza la ley.
Desde que entró en plena vigencia, el 1° de octubre de 2006, la Ley Antitabaco de la Ciudad tuvo un gran acatamiento. Los porteños se acostumbraron a no fumar en edificios públicos, bares, restaurantes y shoppings. Sin embargo, en una recorrida, Clarín comprobó que hay lugares en los que, pese a la prohibición, se sigue fumando.
En los cinco bingos porteños, en los tragamonedas del Hipódromo de Palermo, en el Casino de Puerto Madero, en muchos boliches nocturnos y en algunas sedes de la Universidad de Buenos Aires (UBA) la ley no se cumple o se cumple con matices. En la mayor parte de estos lugares alegan que por cuestiones jurisdiccionales.
La Ley Antitabaco permite instalar sectores para fumadores en locales de más de 100 m2, pero éstos no pueden superar el 30% de la superficie. Además, establece que las zonas para fumar deben estar apartadas físicamente, no deben ser lugares de paso obligado para los no fumadores y deben tener sistemas de ventilación.
En los bingos, la norma se ignora. En el de Congreso hay tanto humo que se siente desde el hall de entrada. El sector fumador es mucho más amplio que el no fumador -cuando debiera ser al revés- y la separación entre ambos es casi inexistente. En los bingos Lavalle y Caballito los sectores para fumadores no están bien aislados. Por ejemplo, en el Lavalle para llegar al baño hay que pasar sí o sí por el sector fumador. El abogado de los bingos, Rubén Lombardi, argumenta: "La ley nunca fue reglamentada y cada uno se adecúa como puede. Se hicieron inversiones millonarias para cumplir".
"La norma es lo suficientemente clara para ser aplicada -afirma la diputada nacional del PRO Paula Bertol, que impulsó la ley cuando era legisladora porteña-. Su falta de reglamentación no es excusa para no aplicarla".
En los tragamonedas del Hipódromo de Palermo, una rubia juega con obsesión en una máquina llamada "Aphrodite", sobre la que tiene un atado y un encendedor. La mujer prende un cigarrillo detrás del otro. Allí se fuma en todas partes y no hay división de sectores para fumadores y no fumadores. La gente fuma mientras apuesta y también en la confitería dentro del salón. En el Casino tampoco hay sectores diferenciados y el aire está muy viciado. Los fumadores son mayoría y los que no fuman ya están acostumbrados. Clarín intentó comunicarse con representantes de las concesionarias y con Lotería Nacional -la Sociedad del Estado de la que dependen el Hipódromo, el Casino y los bingos-, pero no obtuvo respuesta.
En los boliches nocturnos, la ley no siempre se respeta. "Cuando salió la ley, en algunos boliches se pusieron exigentes e iluminaban con un láser a los que fumaban. Pero fue imposible mantenerlo porque llegaba un momento en que nadie les prestaba atención", contó Daniela Márquez (21), una habitué. Una amiga suya agregó: "En los bares que después de cierta hora funcionan como boliches se cumple un poco más y suele haber un sector separado para fumadores. Pero conozco sólo un boliche en el que no se puede fumar: es Rey Castro, en San Telmo. Si te ven con un cigarrillo te lo sacan".
Mientras, Clarín comprobó que en las facultades de Filosofía y Letras, Ciencias Sociales, Medicina y Económicas de la UBA se fuma en todos los pasillos. Varios estudiantes señalaron que los mismo ocurre en algunas clases. "La ley tuvo impacto, porque se dejó de fumar en las clases teóricas. Y en los prácticos ahora se consensúa entre profesor y alumnos, cuando antes todos fumaban", contó Florencia Díaz, estudiante de Historia.
El subsecretario de relaciones institucionales de la UBA, Ariel Sujarchuk, aseguró que no reciben quejas de no fumadores y explicó que como la universidad es autónoma no está alcanzada por la ley porteña. Igual señaló: "El Rectorado emitió una resolución el 1° de octubre de 2003 que prohíbe el tabaco en las dependencias del Rectorado y el Consejo Superior. Además, se les recomienda a las unidades académicas que adopten disposiciones similares, ya que cada facultad tiene su propio marco administrativo. Por ejemplo, Veterinaria es libre de humo".
En el Gobierno porteño, los encargados de controlar la aplicación de la ley son el Ministerio de Salud, la Agencia de Protección Ambiental y la Agencia Gubernamental de Control. Fuentes de ambas agencias admitieron que la Ciudad no tiene jurisdicción para controlar el Hipódromo, el Casino y la UBA. En los Bingos, que ya presentaron recursos de amparo para ser exceptuados de la ley, sí. "En el caso de que estén incumpliendo se los sancionará, como se hace en los bares y boliches", señalaron. Aunque lo más efectivo para que la ley se cumpla es el compromiso de la propia gente.
Fuente: clarín
lunes, 5 de mayo de 2008
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