Argentina - Cristóbal López está en todos lados, pero no está en ninguno. Su nombre es sinónimo de Néstor Kirchner, pero su rostro supo guardarse en el anonimato. En Comodoro Rivadavia, cuna de sus negocios, basta con nombrarlo para que resurjan una incalculable número de historias.
Mendoza, tierra de oportunidades. Fueron necesarios nueve meses de deliberaciones, marchas y contramarchas para que el gobierno de Celso Jaque le permita al empresario kirchnerista Cristóbal López, un nuevo desembarco en Mendoza. El zar del juego se benefició con la adjudicación del área petrolera Río Diamante, que fue otorgada por U$S 66 millones a Oil M&S, la segunda oferta más importante de las once que se concretaron. Oil M&S es la empresa que lidera el dueño de Casino Club y uno de los empresarios con más llegada a los despachos de Puerto Madero y Balcarce 50.
Corrían los primeros meses de 2007 y la figura de Julio Cobos crecía para ser el hombre que se adjudicaría finalmente el buzo de vicepresidente. En el medio de las negociaciones con el gobierno central, la adjudicación de las áreas petroleras no dejó dormir al gobierno cobista. Un proceso que prometía ser el “más exitoso de la historia” terminó en fracaso. Las ofertas fueron consignadas como “inadmisibles” y el concurso licitatorio se cayó. “Se venían las elecciones y Cobos no se podía jugar a regalar las áreas. Toda la lupa estaba sobre él” aseguró a este medio uno de sus principales asesores. “López ya estaba sondeando el terreno, y presionaba con Kirchner para que no le embarren la cancha”, continuó la misma fuente. Mientras tanto, el ex presidente de Racing, el menemista Daniel Lalin, representante de Oxipetrol, se peleaba cabeza a cabeza con las empresas de José Luis Manzano y el empresario de medios Daniel Vila, que se vieron beneficiadas con la suspensión de la primera licitación.
Sin embargo, el permiso para la exploración y eventual explotación del área petrolífera mendocina no es la primera ficha que pone López dentro de la provincia. El juego es la principal espada de López y en ese esquema, Mendoza cumple un rol preponderante en la planilla de ingresos. Casino Club administra el casino del Hotel Tower de San Rafael y los anexos del Casino de Mendoza de Rivadavia, San Martín, Alvear y Malargüe. Además, en conjunto con el holding español Cirsa, una parte de los ingresos por los tragamonedas del casino de la capital mendocina también van a las arcas de López.
López, el visionario. Cristóbal López supo aprender desde su infancia el riesgo de ganar, apostar e invertir. A los 18 años quedó huérfano y busco repetir la historia de sus padres, jóvenes andaluces de la localidad española de Almería, que buscaron en la cuenca del Río de la Plata la tierra de oportunidades. En 1991, sus negocios tuvieron el golpe de suerte buscado y encontraron el punto de inflexión. Apostó a todo o nada, compró casi 50 camiones Scania para la recolección de basura y los estacionó frente a la Municipalidad de Comodoro. La estrategia fue certera y Clear S.R.L se quedó con su primer contrato millonario.
Más de quince años después de esa licitación la empresa de López también incursiona en el negocio petrolero, explotando yacimientos secundarios de la provincia de Chubut. Antes ya había probado con Almería Austral, una empresa de servicios petroleros que sucumbió sin pena ni gloria. Un año después de ganar el negocio de la basura, abrió su primer casino: Casino Club.
Ahora la empresa cuenta con 28 casinos y 6.360 maquinas tragamonedas repartidas en nueve provincias. El último decreto de Néstor Kirchner permitió que López aumentara en más de 4.804 millones de dólares sus ganancias en el próspero negocio de las máquinas tragamonedas instaladas en el hipódromo de Palermo de la Ciudad de Buenos Aires. Luego del decreto, López pasó a ganar 6.283 millones de dólares.
Antes, el beneficio era de 1.479 millones de dólares. “No hay otra alternativa, Kirchner o es ingenuo o es socio”, remarcó Carrió en cuanto el decreto salió a la luz y cuestionó que el ex presidente prorrogó de antemano hasta el año 2032 la concesión, a pesar de que el contrato entre la empresa y el Estado vencía en 2017. En un informe de la Coalición Cívica, figura que López “a sus 18 años vendía pollos y verduras en Comodoro Rivadavia, aunque de la mano de Bombón Mercado -ex esposo de Alicia Kirchner-, lo tocó la varita mágica de la obra pública y las concesiones con el Estado que le permitieron acumular la fortuna que hoy ostenta”. Pero la ex candidata a presidente fue más dura: "Kirchner es Cristóbal López. Ya nadie puede pensar que tenemos un ex presidente ingenuo". Haciendo cálculos con la suma declarada por Casino Club, según la Coalición Cívica los números son mayores, López gana anualmente más de 1.600 millones de pesos sumando todos sus salones de juego.
Para la oposición chubutense sus negocios fueron construidos mediante redes irregulares. Otros afirman que la visión del empresario fue la gran carta debajo de su manga. En 2001, López vio en Santa Cruz un caudal sin explotar y se quedó con los casinos que manejaba la empresa local Inter World, Ahí, conoció al gobernador Néstor Kirchner y juntos construyeron una gran amistad.
Primero fue Caleta Olivia y la red de Casino Club se expandió casi por decantación por el interior de la provincia pingüina. En plena campaña presidencial de 2003, López inauguró el casino de Río Gallegos. Cristina y Néstor fueron los invitados de privilegio. En esa velada Kirchner no paró un segundo de recordar que cada vez que viajaba a Caleta Olivia se escapaba a los salones de juego que López ya tenía en Comodoro. Kirchner ganó y Casino Club lo felicitó con una gran solicitada en el diario “La Opinión Austral”: “Ahora tenemos futuro. Tenemos un nuevo Presidente”, aseguró Casino Club. El último local que abrió el zar del juego fue en Calafate: “El lugar en el mundo de Cristina”, pero el matrimonio presidencial no asistió a la inauguración.
Ricardo Benedicto es uno de los socios de López en Casino Club S.A y además disfruta el pergamino de ser uno de los pocos que integran la mesa chica del empresario chubutense. La historia cuenta que Benedicto fue el que convenció a López para que ingresara en el negocio de los Casinos. Casualmente, Benedicto era el representante de Burgwardt S.A una de las principales competidoras en los primeros años de López como dueño de Clear S.A. Benedicto vio en la licitación del casino de Comodoro un verdadero negocio e invitó a su ex contrincante para formar una sociedad y pelear por la adjudicación.
Costó pero lo convenció y López puso en sus manos su parte accionaria, corría el año 1992, y López ya consideraba un hombre de suerte. Más negocios. La pasión de López por los negocios también conoce la diversidad. Además del petróleo, la basura y el juego, el chubutense invierte en lo que le gusta. La Begonia es uno de sus campos donde cría equinos y los presenta en las competencias de ganado. El dueño de Casino Club vive en Rada Tilly, una localidad balnearia entre la ciudad de Comodoro Rivadavia y la santacruceña Caleta Olivia.
Ahí disfruta de la vista al mar y de la pileta de natación de su mansión de dos plantas. “Esa residencia es un lujo. Es una casa inteligente, tiene toda la tecnología que existe”, aseguró uno de los pocos que pudo ingresar a esas paredes. Ahora, la justicia chubutense se decidió a investigar a López por “defraudación a la administración pública”. Es que en 2001, compró 4.000 hectáreas de bosques nativos cuya venta fue autorizada por una ordenanza de la municipalidad de Alto Río Senguer que violó la Constitución de Chubut.
Por cada hectárea de bosque, el empresario pagó 44 pesos con 53 centavos. Algo así como un verdadero regalo. Cristóbal también está en Brasil. Además de los millones que las empresas de López recaudan en suelo argentino, también decidieron invertir fronteras afuera. Por 284.000 dólares compró 43 zonas de explotación gasífera y petrolera del norte brasileño.
Si la exploración tiene suerte, el riesgo corrido puede convertirlo en un par de Petrobrás, un negocio para nada despreciable. "Hay un riesgo. Toda actividad petrolera siempre tiene un riesgo", le dijo al diario LA NACION el brasileño Marcelo da Fonseca, representante en Brasil de Oil M&S. "Pero si todo sale bien, nos podemos convertir en una gran empresa independiente de explotación gasífera on shore de Brasil."
"La estrategia fue ofrecer el precio mínimo por cada bloque de explotación ofertado", explicó. En el negocio brasilero, López volvió a apostar al juego que mejor le salió: la especulación. Eligió aquellas áreas que se sabía que podían no tener interesados. Por cada bloque, ofertó 10.001 reales (1 real más que el precio base) y así Oil M&S se quedó con 22 áreas de explotación en torno del río San Francisco, en el centro, y 21 áreas linderas al río Solimões, en el norte del país carioca.
Fuente: MDZ Online
martes, 20 de mayo de 2008
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