Autoexcluidos en la Provincia

Argentina - YA HAY MAS DE 1.700 ANOTADOS EN UN PROGRAMA CONTRA LA LUDOPATIA.
Agobiada por una irracional necesidad de jugar, Nora M. (53) decidió ponerse una peluca y anteojos para eludir un obstáculo que ella misma se había impuesto: la autoexclusión de las salas de bingo de la provincia. "No quería que los empleados me reconocieran. Y tampoco que me vieran amigos porque temía que mis hijos se enteraran que volvía a jugar en medio del tratamiento", reconoció la mujer. El episodio ocurrió hace un mes en La Plata. Un documento firmado por Nora, con foto y datos personales, expresa que las autoridades del local deben impedir su ingreso a las salas. Como ella, otros 1.756 bonaerenses ingresaron al programa de autoexclusión del Gobierno para alejar a los jugadores de bingos, hipódromos y casinos.
El documento es un pacto simbólico que el ludópata acepta como parte de una terapia que intenta alejarlo de la compulsión a jugar. "Lograr un control estricto resulta complicado, pero la firma del acta de autoexclusión tiene valor cuando el paciente está convencido de su intención de abandonar la adicción", explicó a Clarín, Analía Ungaro, asesora del programa para la Prevención del Juego Patológico del Ministerio de Salud provincial. Según datos oficiales, las tragamonedas son las máquinas que provocan mayor adicción. El 59% de los que se anotaron jugaban a las máquinas electrónicas. El 20% no podía controlar el impulso de apostar en ruleta y el 9% desesperaba por el bingo. La patología no diferencia por género: el 54% son hombres y el 46% mujeres.
La masiva habilitación de bingos con tragamonedas, casinos y otros juegos determinó un notable crecimiento de las consultas. En dos años se cuadriplicaron los llamados al 0800-444-4000, donde atiende el programa de Asistencia al Jugador Compulsivo. En marzo pasado hubo 122 llamados, 22 de los cuales fueron para pedir planillas de autoexclusión.
Fuente: clarín