México - Un nuevo capítulo se abre en torno al polémico Zar de los casinos: el empresario estadunidense William A. Graven, denunció que Juan José Rojas Cardona lo defraudó con tres millones de dólares que le había entregado para desarrollar una red de casinos en diferentes estados de la República.
En entrevista, el director general de la empresa ABS Aviation Development Inc, con sede en Arizona, reveló que el 11 de agosto de 2006, conoció a Rojas Cardona a través de un empresario en común.
Luego de que el Zar de los casinos le presumió sus contactos con el gobierno mexicano, su permiso federal para operar casas de apuesta y hasta una Biblia firmada por el cardenal Norberto Rivera, Graven decidió invertir en el negocio.
“Uno entiende que en cualquier parte del mundo tener un permiso federal significa que se es alguien legal, o sea, que no ha sido convicto, que no tiene antecedentes”, explicó, “Pepe era demasiado persuasivo, pero de mala fe”.
El 7 de noviembre de ese año, Graven y Rojas firmaron el contrato para desarrollar 18 casinos en México, a través del permiso federal DGAJS/SCEVF/P-06/2005, otorgado por la Secretaría de Gobernación cuando estaba a cargo de Santiago Creel Miranda.
El documento muestra a Graven como director de la empresa Gameful Fiesta LLC, mientras que Rojas Cardona fue representado por su hermano Arturo, en la empresa Entretenimiento de México SA de CV. Como testigos, fungieron Ehlma Rodríguez de la Fuente, Sergio Aguilar y David Jiménez.
Según el contrato, Graven se comprometió a aportar la mitad de los 180 millones de dólares necesarios para el proyecto, que incluye casinos en Guadalajara, Reynosa, Querétaro, Aguascalientes, La Paz, Hermosillo, Cabo San Lucas, Morelia, Mazatlán, Acapulco, Culiacán, San José del Cabo, Puerto Vallarta y Mérida.
Rojas le mostró a Graven dos adendos al permiso, con los que -según prometió- podía abrir hasta 300 casinos. “Con ellos, se podían desarrollar diez casinos con el permiso para uno, porque estaban conectados a un solo servidor”, dijo el empresario, “pero dijo que después del 1 de diciembre, ya era seguro sacarlos públicamente”.
Graven le envió a Rojas entre el 7 y el 30 de noviembre de 2006, tres millones de dólares en cinco entregas. Y sin embargo, antes de que Felipe Calderón tomara posesión de la Presidencia de México, Rojas canceló el contrato.
“Estaba esperando que, en un día o dos, pudiera tener la copia de los adendos así como el balance del dinero”, expresó, “pero en noviembre 30 me dijeron: “gracias por tus tres millones y adiós”.
¿Lo demandó?
“No. Por varios meses, yo esperaba ver que me llamara para platicar y arreglar las cosas.
Realmente no me gustan los litigios. Solamente quería que las cosas se arreglaran”.
Para el empresario, el hecho de que Rojas ni siquiera hubiera utilizado el permiso de Gobernación para operar sus casinos, demuestra que goza de protección del gobierno federal.
“De alguna manera, él estaba protegido en esa área, mi impresión del presidente Calderón es que está tratando de hacer un buen trabajo, pero vale la pena que Mouriño explique por qué José Rojas pueda tomar dinero de la gente, operar casinos, no pagar impuestos. Alguien tiene que responder”, refirió.
Fuente: milenio.com
jueves, 1 de mayo de 2008
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario