martes, 20 de mayo de 2008

Zonas populares, atestadas de máquinas tragamonedas

México - Pese a la problemática, la Intendencia no realizará el decomiso de las máquinas de juego.
Las máquinas tragamonedas proliferan en tiendas, bazares, cabinas telefónicas, peluquerías, entre otros lugares de sectores vulnerables de la ciudad, a pesar de que existen leyes y ordenanzas que prohíben su uso fuera de casinos y bingos legalmente constituidos.
Los aparatos son instalados de manera clandestina por personas que ofrecen una ganancia del 30% del rendimiento quincenal (entre US$ 10 y US$ 15), aquello lo hace un negocio atractivo para las personas de escasos recursos económicos.
Pero los propietarios de los locales que reciben las tragamonedas ignoran el daño que estos aparatos pueden causar a los infantes quienes por la atracción (adicción) provocada por el juego pueden llegar a tomar dinero de sus padres. A esta costumbre se la denomina ludopatía, comenta la sicóloga infantil Ana Barcia.
Barcia recomienda a los padres de familia tener precaución y controlar las actividades que realizan sus hijos, además de enviarlos con el dinero justo para evitar la tentación de jugar en las máquinas cuando visitan la tienda.
Es recomendable que los padres controlen las actividades de sus hijos, en especial el dinero que les dan.
Amelia Aristega, propietaria de una despensa ubicada en la Playita del Guasmo, afirma que aunque tiene las máquinas desde hace un año en su local, ignoraba que los aparatos son ilegales y más aún que su uso enferma a los menores. Ella dijo que los conserva porque el ingreso que recibe quincenalmente es significativo y le ayuda a sufragar ciertos gastos.
Comparte ese criterio Rocío de Pilataxi, dueña de una tienda en la Cooperativa Libertad y Conciencia, pero menciona que ahora son muchos los locales que tienen un tragamonedas.
Según Esteban Delgado, subsecretario de Turismo, aunque la Ley de Turismo prohíbe la importación de las máquinas tragamonedas existen empresas que traen las piezas y las ensamblan en el país, nacionalizando el producto final que se distribuye en zonas como el Guasmo, Suburbio, Bastión Popular y Prosperina. Sectores populosos que se prestan para evadir a las autoridades.
El subsecretario asegura que las grandes salas de juegos forman compañías anexas que se encargan de alquilar las máquinas tragamonedas que ya no les sirven, siendo estas las que terminan en los sectores vulnerables.
Marcela Pacas, administradora de Piko Fino, empresa que distribuye máquinas tragamonedas, argumenta que solo vende su producto a las salas de juegos que cuentan con los permisos de funcionamiento, por lo que deslindan su responsabilidad en el aumento de los aparatos en las zonas urbano marginales.
Delgado afirma que le corresponde al Ministerio de Gobierno o Intendencia de Policía controlar el crecimiento de este negocio ilegal.
Se conoce que a pesar de la problemática la Intendencia de Policía no planea realizar operativos para decomisar las máquinas, ya que las autoridades están cerca de terminar sus funciones, aseguró Marcos Intriago, secretario jurídico de la institución.
Fuente: eltelegrafo

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