jueves, 15 de mayo de 2008

Os milhões que sonham com milhões

Argentina - Avellaneda,ciudad, al sur de la Capital Federal, tiene dos importantes clubes de futbol, Racing ("La Academia") e Independiente ("Los Diablos Rojos"), que en otras latitudes quizás calmarían las ansias de apostar de aquellos que buscan vivir sin trabajar o. por lo menos, adquirir lujos.
Sin embargo, en las últimas décadas, proliferaron aquí los locales de bingo, loterías, loto, quinielas, tragamonedas, quini-6, sale-o-sale; y, por supuesto, casinos (con ruleta, black jack, etc.), en toda la República Argentina, para "pagar"-, como lo definió el tres veces presidente Juan Domingo Perón-, "El Impuesto a los Tontos".
Algunas tías y abuelas se acuerdan de cuando las familias sólo jugaban un billetito para Navidad ("La Grande") o Año Nuevo ("El Gordo"). Hoy, esas jugadoras "maduritas llenan los bingos y casinos de todo el país.
Claro que durante gran parte del siglo pasado, el juego era cladestino, de ahí que la Lotería Nacional fuera la más importante.
Revólver, escopeta, dentista, cocinero, San Pedro o el papa, no son armas, profesionales, santos o pontífices en la Argentina, sino antiguos camuflajes empleados por los jugadores argentinos para el traspaso de apuestas; y que aún perduran como diversión.
En la prohibida quiniela de antaño, los pasadores de apuestas a los capitalistas ocultos usaban nombres de animales, alimentos, armas, etc., para recordar o identificar los números de los "soñadores". y la costumbre sigue, pese a la falta de prohibiciones para ...¡perder plata!
Fuente: port.pravda.ru

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