España - Lichis, cerezas, uvas, kiwis, panes de toda clase, `orelletes´, flaós, pastelillos elaborados, salmón, huevos revueltos, fiambres de primera. Todo acompañado de zumos naturales y café Lavazza. Un desayuno de cinco estrellas con el que abre sus puertas el Gran Hotel Ibiza, hotel de lujo promovido por el Casino de Ibiza, que tras más de tres años de obras y todos los obstáculos añadidos que eso supone, comienza su andadura en el paseo marítimo de Eivissa.
La belleza está en el interior y así se puede comprobar en este hotel de cinco estrellas, cuya estructura exterior, demasiado fría para un ambiente mediterráneo, no hace justicia con lo que el visitante se encuentra dentro: un ambiente acogedor, vegetación y obras de arte por todas las direcciones, que confieren al hall un aspecto más cercano a una gran sala de exposiciones que a un hotel.
En la zona de la piscina y jardín suena una relajante música chill out, que por ahora se confunde con los martillazos de las últimas obras de retoque que se están compaginando con la atención a los primeros clientes. El director del hotel, Raúl Sierra, y el responsable de marketing y comercial, Javier Tor, enseñan el hall del hotel a los periodistas mientras, entre `disculpa´ y `disculpa´, contestan al móvil, a la blackberrie y piden `diez segundos´ a la siguiente cita del día.
Ha sido una labor ardua pero ahora están contentos, las puertas ya están abiertas.
La prueba de fuego del hotel no son la veintena de suites que está atendiendo desde el lunes sino la presentación del nuevo Seat Ibiza en la isla, que se producirá en mayo y que está suponiendo todo un reto de logística para este recién nacido. El hotel cuenta con 157 suites, que estarán al 60 por ciento de ocupación a partir de mañana, aunque la media del mes será del 72%. Las perspectivas para el verano «son muy buenas», según el director, que asegura que van a tener una gran cantidad de celebridades alojadas en él. Prueba de ello es que las dos mejores habitaciones, la grand suite Vanity Fair y la Dalt Vila, ya tienen más peticiones de reservas de las que pueden atender. Solárium, piscina climatizada, jacuzzi particular, más de 150 metros cuadrados, ducha de hidromasaje, vistas a Dalt Vila, televisor LCD, Hi-fi Bang & Olufsen y sistema de sonido Beo de cuatro componentes compatible con MP3 e IPod son algunos de los lujos que se encuentran los clientes más privilegiados. Las habitaciones más lujosas no se pueden reservar a través de Internet. Sólo a través de peticiones directas. En un rápido vistazo a su página web, encontramos suites de entre 600 y 900 euros por noche.
Las anécdotas no han cesado ni cesarán por el momento en este hotel. Una alfombra de coco para el hall que resultó ser más grande de lo previsto (3,85x3,85 metros) y ahora los obreros están picando el suelo para poder encajarla. Un alemán que se presentó durante las obras con la petición de ser el socio número uno del spa, que todavía estaba en los cimientos. Un inglés que piensa hacer una petición de mano por todo lo alto en unas semanas. Y todo lo que les queda por ver y todo lo que han visto y no cuentan «por discreción», dice Sierra.
La parte artística del hotel es de lo más destacado y diferenciador. En el hall se puede ver una gran escultura oval de Esteve, que se asemeja a un canto rodado. Sobre ella y suspendida del techo por centenares de cuerdas finas y transparentes, una escalera de carbón del artista coreano Bahk Seonghi. A mano izquierda el bar La Gaia, abierto al público en general, muestra una serie de fotografías de Tony Keeler que captan la Eivissa de los 70, con especial hincapié a las mujeres hippies con aquellos primeros vestidos adlib.
En la zona del restaurante, donde se sirve el apetitoso desayuno, rodean al cliente las fotografías de Concha Prada con los sugerentes títulos: `Sopa de caracoles´, `Sopa de cebollas´ (ésta sobre una caja de luz) y `Leche derramada´.
Sobre la puerta que lleva a la zona del jardín mediterráneo (olivos y lavanda dan prueba de ello a simple vista) se pueden leer versos de Marià Villangómez interpretados por el artista Antoni Llena en forma de cintas de aluminio rizadas en la pared.
La entrada principal del hotel, al contrario de lo que muchos pitiusos piensan, está en un lateral, por la avenida 8 d´Agost, y no en el paseo Juan Carlos I, donde se ubica la entrada del Casino, que se prevé que abra a finales de junio junto con el restaurante Jackpot.
Fuente: diariodeIbiza
viernes, 2 de mayo de 2008
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