sábado, 17 de mayo de 2008

El caso de un paciente

Argentina - M. es paciente del centro de tratamiento desde hace siete meses. Tiene 46 años. Vive y trabaja en La Plata. En octubre del año pasado se acercó a la sede de diagonal 74 por un comentario de un amigo. "No podía parar de jugar, iba al bingo siempre que podía y era en lo único que pensaba. No disfrutaba de nada, porque cuando hacía algo distinto estaba esperando el momento para ir a jugar", recuerda.
Se endeudó. Sacó préstamo tras préstamo en distintas financieras. "No podía dormir pensando en las deudas. Pero cuando tenía un peso en el bolsillo, lo primero que quería era ir a jugarlo. Y me escapaba en horario de trabajo o el fin de semana le decía a mi mujer que iba a buscar a la nena a la matiné y en realidad iba al bingo".
Llegó a una situación límite y comenzó el tratamiento que incluyó la prescripción de medicamentos para estabilizarlo. "Llegué desesperado. Acá me escucharon y además me derivaron a un psiquiatra porque estaba en medio de una crisis que excedía el jugar o no jugar", señaló.
Desde que inició el tratamiento, no volvió a jugar. Su esposa (en aquel momento) también tuvo que acercarse y asumir, junto a él, la enfermedad.
"El camino de Martín no es sencillo y sigue. Ahora el próximo paso es la terapia individual", indicaron los profesionales. "La provincia de Buenos Aires es pionera en ofrecer atención gratuita para el tratamiento de la ludopatía, con un programa integral que incluye contención profesional no sólo para el paciente sino para su familia" destacó Alberto Pérez, jefe de Gabinete bonaerense, y agregó que "impulsamos el programa de Asistencia al Jugador Compulsivo por tratarse de una patología que afecta no sólo al jugador en sí sino al grupo familiar".
Fuente: eldia

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