jueves, 15 de mayo de 2008

Cualquier chico puede entrar en Internet y gastar una millonada; no hay límite»

España - El juego mueve en la Región muchos millones de euros y destroza muchas vidas. Francisco Pizcueta, presidente de la Asociación Murciana de Ayuda a Jugadores, está colaborando con el Servicio Murciano de Salud en la puesta en marcha de las nuevas medidas contra la ludopatía. En primer lugar debe llegar un estudio que aclare cuál es la incidencia.
Pero eso debe ser sólo el principio, porque hay mucho por hacer. «Cualquier chaval puede ahora entrar en un casino a través de Internet y con la tarjeta de su padre gastarse una millonada. No hay controles». Hasta ahora, tragaperras y bingos eran la debilidad de los ludópatas, pero las nuevas tecnologías han abierto el campo hasta tal punto que el control de las administraciones se hace casi imposible.
El peligro acecha especialmente a los menores. «Lo normal es que la gente venga a nosotros con 20 o 22 años, pero cada vez hay más menores; nos llegan niños de 16 años». Francisco sabe bien cómo ayudarles, porque ha pasado por lo mismo que ellos. «Empecé a jugar a finales de los 70, cuando se legalizó el juego. Podía gastarme 40.000 o 50.000 pesetas una mañana en las tragaperras y luego, sin comer, me iba al bingo y me dejaba otras 150.000». Con todo, «lo peor no fue perder dinero, sino tiempo para mi mujer y mis hijas». Francisco bordeó los límites. «Me quedé en la miseria, pero no llegué a perder el trabajo».
Empujado por su mujer, empezó el tratamiento. «Aprendí a vivir de nuevo a los 45 años. La ludopatía siempre está ahí, lo importante es que aprendes a decir que no. Adquieres unos nuevos hábitos de vida». Ahora trata de transmitir su experiencia a quienes pasan por la asociación.
«Vienen más hombres que mujeres, pero eso no ocurre en otras comunidades como Andalucía.
Creo que es un problema de información y de miedo a presentarse como jugadoras, porque eso en una mujer tiene muchas connotaciones negativas». El juego «crea un síndrome de abstinencia fortísimo». Por eso, los tratamientos hay que tomárselos como una carrera de fondo. «Muchos a los cinco o seis meses se creen que ya lo han superado, pero es un error. Si abandonan recaen». Francisco espera que poco a poco la información vaya llegando. «El tabaco se ha reducido gracias al aluvión de campañas que se han hecho, ¿por qué no se actúa igual contra el juego?».
Fuente: laverdad.es

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