martes, 12 de junio de 2007

Casino Royale

Una teoría sobre el posible orígen del Casino Royale.
¿James Bond es lo que Fleming hubiera soñado ser?: un jugador provocador, un mundano espía, un amante de la buena vida, entendida esta por los gustos fuera de lo común (el mejor champagne que existiese, el mejor caviar que pudiere haber, las mujeres más hermosas, los vehículos más exclusivos, la ropa más distinguida...). ¿Era eso Fleming realmente, o era lo que Fleming hubiera querido ser? ¿Proyectó en Bond Fleming sus fantasías más profundas o parte de su ligera vida como espía, todo era producto de su imaginación ante su personalidad insegura?. Además, recordemos que en el mundo de la literatura, Fleming sería considerado un “escritor menor”, jamás un Hemingway, un Joyce o un Borges, sino apenas un novelista clase “B”, circunstancias que están sujetas a opiniones subjetivas y que son cambiantes de acuerdo a las épocas y cánones, y que pertenecen a la opinión de la elite que determina “qué es lo bueno, y qué es lo malo”.
El escritor John Cork cuenta en un artículo cómo habría surgido la primera novela de James Bond; cómo, de alguna forma, el agente 007 es una especie de alter ego de Fleming. Y por qué no (¿Fleming o Bond?) era casi un personaje superficial que frecuentaba casinos, apostaba compulsivamente, que se veía seducido por “el misterio que encerraba el apostar y el jugar” según sus propias palabras (¿tal vez apenas la sensación del jugador adicto?) y era un amante típico de la buena vida; esa buena vida que después se ve reflejada en los gustos excéntricos o exquisitos del personaje que él crea: el agente 007 como un bon vivant que come caviar del mar de Beluga y otras excentricidades, como champagne a determinada y exacta temperatura.
Ahora bien, aquellas partidas que vemos en tantos films que terminan con Bond venciendo irremediablemente a su oponente y dejándolo en ridículo, se verá en este artículo que en verdad eran fantasías de Fleming, quien parecía vivir en un mundo imaginario de espías o agentes que sólo él parecía ver. Sí veía Fleming partidas reales en los casinos de los que era asiduo concurrente, como el famoso Royale. Claro que aquellas partidas no tenían el humor que luego la serie del agente 007 fue adquiriendo, los matices más atractivos y fascinantes que hicieran que ganara millones de fanáticos (la expresión de Connery con el cigarrillo en la boca diciendo su nombre; la cara de Moore al ganarle la partida al príncipe Kamal Khan, por ejemplo luego de apostarle socarronamente una joya carísima). Así es, esos fueron los matices que supieron darle directores y guionistas, y seguramente el productor que tuvo la brillante idea de llevar la ficción literaria al cine, Albert R. Broccoli.
Lo cierto es que Cork afirma que “la verdad sobre la real inspiración para Casino Royale sería más dura que las observaciones secretas de la NASA sobre Marte”.
(Fotografía de Ian Fleming)
Fleming, casinos y versiones
Ian Fleming frecuentaba casinos. El escritor-agente visitó casinos franceses antes y después de la guerra. Pasó una noche fatal en el casino de Estoril, cerca de Portugal. Esa noche le suministró a Fleming una historia que inspiraría el argumento de su primera novela. A la vez, esto le produjo al escritor fanáticos a raudales por el misterio y la fascinación.
En Estoril
Cuenta el escritor en una revista Playboy de 1964 hechos que nos dan la pauta de su personalidad y de cómo idea su personaje: afirmaba que le gustaba jugar al Bridge, que le producía “una sensación de misterio y de riesgo”. Relata que en una ocasión en la que deseaba mucho ganar estaba en camino a América con el director de la Inteligencia Naval, Almirante Godffrey. Se encontraban en Estoril, Portugal, y mientras esperaban el transporte, mataron el tiempo en el casino. Afirma Fleming haber visto allí algunos agentes alemanes, y dice que eso le pareció una brillante idea para probar fuerzas con ellos y vencerlos; a la vez que ridiculizarlos sacándoles su dinero. En vez de eso, ¿qué fue lo que en verdad pasó? Los alemanes se quedaron con el dinero de Fleming. Este episodio aparece en Casino Royale, pero desde ya que Bond no pierde como en realidad sí lo hace el agente-escritor. En la fantasía de Fleming, Bond derrota elegante y socarronamente a sus oponentes.
(Bosquejo de Bond realizado por Fleming)
Versiones y versiones
El problema es que existe más de una versión de lo que ocurrió en aquella noche de junio de 1941. De acuerdo con “La vida de Ian Fleming”, de John Parsons, el almirante Godffrey, que era el jefe de Fleming en la inteligencia naval, recuerda cosas diferentes. Según Godffrey, que estaba de gira con Fleming por Portugal, los nazis estaban en la imaginación de Fleming y le pidió a Godffrey que imaginara algunos de los jugadores como nazis: el desafío a derrotar al enemigo en la mesa y en la guerra, utilizando una carta apasionó a Fleming. Godffrey no entró en ese juego de fantasía del autor de Casilo Royale.
Donal Mc Lachlan, por su parte, en sus “Memorias de Fleming”, de 1964, relata los hechos de acuerdo a los términos de Fleming. Él sostiene que Fleming y Godffrey habían sido informados por la embajada británica acerca de que había jefes de inteligencia alemana jugando regularmente en Estoril. Fleming jugó con esa versión, pero posiblemente para mostrarle el juego al almirante Godffrey, pero no contra los germanos.
Por su parte, Piersons y Licett´s tienen otra versión, tal vez la catalogada como “más probable” de los hechos. Pero la historia de Mc Lachlang no debería ser desechada. Mc Lachlang trabajaba como un enlace NID, donde también trabajaba Fleming, y el aparato de propaganda de Sefton Delmer. M.L escribió una historia del departamento de inteligencia naval. El hombre podría haber escuchado la versión de otras fuentes que no eran las de Fleming. Pero también parece improbable que Fleming le hubiera mentido a un hombre como Mc. Lachlang.
¿Por qué? Porque Mc Lachlan y Fleming eran amigos, y el primero podría haber aceptado la versión de Fleming de los hechos años después sin sus razonamientos o dudas. Fleming, inclusive, introduce el nombre de Mc Lachlan en su novela “On her Majesty’s Secret Service”
No obstante, Mc Lachlan escribió sobre los sucesos de Estoril del autor, poco después de la muerte de Ian. Durante ese mismo período, Mc Lachlan escribió que Fleming era un hombre infeliz y profundamente complejo. Esto está de acuerdo con la verdadera esencia de los jugadores en naturaleza (como todo adicto, en este caso, al juego). El escritor perdió su apuesta aquella noche en Estoril e hizo a nazis u hombres de negocios portugueses más ricos aún.
Otro agente NID podría haber juzgado contra los nazis en Estoril, de acuerdo a la investigación de Andrew Licett´s
Además, por su parte, Rafaelle Izzard sostiene haber jugado ruleta con expatriados nazis en Portugal durante un viaje a Sudamérica. Izzard, de acuerdo con Licett´s, estaba muy intrigado en esa historia. Desde ya que en la ruleta las apuestas de un jugador no afectan a su rival, sino a la banca, de manera que no podría haber habido competición entre Izzard y los nazis.
Para oscurecer aún más el tema, existe otra versión más fantástica de los hechos provenientes de Popov, autor de “Counter spy” de los años setenta: Popov dice que le fueron entregados ochenta mil dólares de los fondos de inteligencia británica (¿Por qué le habrían entregado los británicos esta cantidad de dinero a Popov; Portugal era neutral y los británicos podrían mover dinero con pocas restricciones?). Popov sostiene haber desafiado a un lituano a una apuesta de cincuenta mil dólares, produciendo en Fleming, con quien dice que estaba, un miedo o endurecimiento de su rostro visibles, algo que nuestro Bond de los films jamás sufriría, ¿no? Lo cierto es que, para suerte de Fleming y su temor, el lituano no aceptó la apuesta. El relato en sí parece dudoso, y una pobre explicación para la inspiración de CR.
Por otro parte, es interesante señalar que las escenas de la película “Al servicio secreto de su majestad” que fueron incluidas en el Royal Lissot se combinan con los pormenores de las hazañas de la guerra que relata Fleming.
(Sean Connery como Bond)
Elegancia y Baccarat
¿Por qué el Baccarat?: Fleming toma como paradigma o la elegancia por antonomasia a los casinos franceses, puesto que Estoril no tiene nada de la distinción y seducción de la sala de juego francesa. Para el agente escritor la elegancia y la seducción eran esenciales.
Por otro camino de suposiciones, otro autor, Piersons, apunta a dos principales inspiraciones las cuales Fleming visitó y las cuales son mencionadas en el texto de Casino Royale: Le Touquette, París y Plage, y las ciudades hermanas de Deuville and Trouville.
Respecto a Le Touquette: Royal Le Eaux, según Fleming, está en la Costa norte de Francia, solamente a un salto a través del canal de la mancha, yendo por Dover. En la novela, Royale, trata de revivir su anterior status como un lugar para los exclusivos y ricos que adquirió durante el Segundo imperio (1850). Se puede decir que Fleming constantemente se refiere a lugares reales cuando esos lugares satisfacen las necesidades de la historia que está escribiendo. No obstante, él eligió inventar Royale. Le Touquette sería el lugar indicado para explicar la inspiración de Fleming. Además, ningunos de los pueblos cercanos al Somme parecen los suficientemente grandes para mantener un casino del tamaño de Royale.
Deuville/Trouville
Por el aspecto con el que es descripto Royale, este parece ser una combinación de Touquette y Deuville. Los episodios descriptos reflejan mucho del escenario que el articulista (John Cork) pudo ver en Deuville: tres boulevares, Joyeros de París, dos hoteles principales, el Splendid y el Hermitage (en Deuville se supone que uno de esos dos lujosos hoteles sería el Royale). Así es, en verdad, la grandeza del Royale parece tomada de Deuville, que resplandeció en los años de la postguerra. Fleming visitó ambas ciudades, Le Touquete y Deuville/Trouville en el verano de 1951, mientras ya tenía in mente la novela Casino Royale. Lo vivido en Trouville parece ser la directa inspiración para la historia de lo que sería el argumento. Estos lugares que señalamos ganaron gran esplendor durante el segundo imperio (1850), tenían baños termales y otras atracciones de lujo.
El más viejo y pequeño pueblo de Trouville tenía también una rivalidad con Deuville por los turistas, así como el más viejo Royale lo tenía con Le Touquette.
Entonces, ¿dónde está el real Casino Royale?
Esa pregunta es contestada muy simplemente: está congelada para siempre en las millones de ediciones de los libros “Casino Royale” y “Al servicio secreto de su majestad”. Como sea que fuere, las reales inspiraciones sacadas de hechos concretos; los reales edificios y playas o lugares de ensueño; no pueden competir con la imaginación y trágicas maquinaciones de Monsieur Fleming.
Llegamos a la conclusión de que Ian Fleming ideó un personaje único dejándose llevar por aspectos particulares de su personalidad (su aparente inseguridad, su adicción al juego, su imaginación desbordante, como cuando le pide al almirante Godffrey que imagine que ciertos agentes eran nazis). Un personaje que nada tenía que ver con él en sí, sino que era tal vez lo que sí hubiera querido ser: un seductor, un dandy ganador en el juego y en el amor, el dueño de una personalidad arrolladora (seguro de sí mismo); algo que Fleming no lo era para nada. Y el célebre casino Royale de la novela primeriza de Fleming fue el escenario imaginario para que el agente 007 pusiera en marcha su derrotero interminable en el mundo del cine, a partir de novelas que rápidamente ganaron legiones de fanáticos quienes soñaron y sueñan aún con esas mágicas intrigas y un mundo de seducción únicos.

Artículo: M. Virginia Sánchez
Fuente: Fundación Ian Fleming

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