
"En las últimas semanas les conté a amigos estadounidenses que venía a Montevideo y fue notable la cantidad que no sabían dónde quedaba: Uruguay, Paraguay, Argentina... Si abrimos un Hyatt, será un destino reconocido mundialmente".
La frase pertenece al presidente de la cadena hotelera internacional Hyatt, Mark Hoplamazian, quien ayer pasó el día en la capital. Por la noche, voló a Buenos Aires porque sólo se hospeda en sus hoteles.
La empresa es una de las que se presentará a la licitación del Hotel Casino Carrasco, en sociedad con el grupo inversionista Liberman.
Nicholas Pritzker, vicepresidente del directorio de Hyatt, explicó que el interés de la cadena se basa en que Montevideo "es atractivo, el ambiente es seguro y cada vez más gente quiere venir a vivir".
Y agregó: "Tenemos hoteles en ciudades estratégicas de la región (Buenos Aires, Mendoza, San Pablo y Santiago de Chile), por lo que Montevideo sería una incorporación muy importante. La ciudad se beneficiaría de la red y viceversa".
La cadena opera más de 200 hoteles en 45 países y cuenta con 8 millones de clientes catalogados como "fieles" en todo el mundo. Sus huéspedes varían según el tipo de hotel.
El público de los Grand Hyatt, por ejemplo, son empresarios. Por eso están ubicados en las principales metrópolis y poseen amplias salas de reuniones muy bien equipadas.
En el Hotel Carrasco plantean hacer un Park Hyatt, que según explica la web de la empresa, "se encuentran en ubicaciones excepcionales de las ciudades a las que pertenecen. Sus atributos distintivos incluyen un diseño de estilo residencial que alojan a viajeros individuales exigentes, restaurantes para gourmets e instalaciones para eventos íntimos y sofisticados".
Hoplamazian dijo que los clientes serían empresarios o políticos que vienen a Montevideo por trabajo, pero que traen a su cónyuge para disfrutar del lugar unos días más.
En este sentido, el vicepresidente de la empresa, Myles McGourty, explicó: "Cuando vas a una oficina de ventas de Hyatt te encontrás con que no se promociona el hotel en primer lugar, sino las virtudes del destino. Entonces, si ganamos esta concesión tendrían cientos y cientos de vendedores en todo el mundo promoviendo Montevideo y Uruguay".
A su vez, la empresa publica una revista que envía a sus clientes asiduos y regala en distintas líneas aéreas.
Casino. "Sólo por un propósito hotelero el proyecto no sería redituable económicamente", aseguró Hoplamazian. "El casino es fundamental para mantener el nivel de hotel del que estaríamos hablando, provee la ganancia adicional que permitirá restaurar el edificio, que será muy difícil y caro", continuó. La inversión para las obras superará los US$ 50.000.000.
No obstante, Hoplamazian explicó que una proporción muy baja de los huéspedes de los hoteles "Park" van a los casinos. En el caso del Hyatt de Mendoza que es de igual tipo, los apostadores ascienden apenas al 20%.
El empresario dijo que "lo importante es que el nivel del casino deberá coincidir con el nivel del hotel".
Situación local. Según Hoplamazian, una de sus motivaciones para participar del proyecto son los socios. Y no sólo porque sería el tercer negocio que emprenderían con el grupo Liberman, sino porque "para una firma internacional como Hyatt tener socios locales es fundamental".
Respecto a la supuesta competencia entre el futuro hotel y el Conrad, el presidente de la cadena dijo que serían adversarios, pero también socios: "La meta es levantar la reputación del país y la comunidad".
De hecho, los tres representantes de Hyatt se reunieron ayer con el intendente Ricardo Ehrlich para explicarle en persona la propuesta del grupo.
Para Hoplamazian "dos años es una agenda apretada para hacer desde el diseño hasta terminar la obra, pero la principal interrogante es cuán rápido se tomarán las decisiones, cuán aceitadas serán las aprobaciones de lo que nosotros queremos hacer".
La reforma fallida
El Hotel Casino Carrasco cerró en 1997. Cuatro años después fue otorgado en calidad de concesión a la empresa Carmitel SA, de la cadena hotelera Marriott, pero por la crisis económica debieron interrumpir las obras. Sólo restauraron un 30% del antiguo edificio.
Si bien toda reforma debe respetar la estructura del hotel debido a su calidad de edificio patrimonial, la cadena acondicionó dicho porcentaje del edificio según los patrones estéticos que la caracterizan internacionalmente.
Una fuente cercana a uno de los grupos que se presenta a la actual licitación, contó que Carmitel levantó paredes para crear habitaciones y espacios internos pequeños, pero de dudosa funcionalidad: un hombre con un carrito no podrían pasar juntos por ciertos pasillos.
A su vez, esta misma fuente contó que para realizar las obras retiraron y guardaron en un contenedor las lámparas, espejos y otros objetos de valor que se encontraban en el hotel. Desde 2001 se encuentran allí.
Fuente: elpais
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