Argentina - Los grandes medios de comunicación se hicieron eco del reclamo encabezado por el obispo Jorge Casaretto -presidente de la Comisión de Pastoral Social de la Iglesia Argentina- en referencia al gran avance de las salas de juego en distintos lugares del país.
Según el obispo esto tiene una relación directa con el poder político ya que “muchas veces funcionarios honestos han tenido que soportar presiones desde distintos lugares del poder para votar leyes o autorizar concesiones de lugares de juego”.
Casaretto quien seguramente recibió un guiño del cardenal Bergoglio vaticinó que “los bingos, publicitados como inocentes salones donde se encuentra la familia, junto al fabuloso negocio de las máquinas tragamonedas, son en la actualidad importantes centros de juego y terminan llevando a la ruina a una enorme cantidad de familias”.
La iglesia fundamenta esta fuerte oposición a la proliferación de salas de juego porque considera que no tienen que ver con lo lúdico del ser humano sino que lo asocian a la prostitución y la droga en las zonas donde funcionan.
La denuncia del obispo de San Isidro sostiene que existirían vínculos de empresarios del juego con funcionarios del gobierno de Daniel Scioli, asegurando que Carlos Gallo, nombrado recientemente como asesor de Lotería provincial sería un hombre cercano a Cristóbal López (dueño del Casino flotante y de las máquinas del Hipódromo de Palermo concesionadas por el gobierno nacional hasta el año 2032).
Situación en la ciudad de Moreno
Los especialistas en planificación urbana dicen que la ciudad bonaerense de Moreno no posee un perfil definido pero tiene su cuota de casas de juego.
En la intersección de las avenidas Mitre y Victorica (dos de los principales accesos a la ciudad) funciona una sala de bingo y máquinas tragamonedas. Nadie se preguntó por que el bingo de Moreno está ubicado a menos de 100 metros de una escuela pública.
El centro de apuestas oficiales para carreras de los hipódromos de Palermo, San Isidro y La Plata está a escasos metros de la estación mientras que en la misma manzana y a menos de 100 metros funciona un jardín de infantes, una escuela inicial y un polimodal con orientación deportiva.
A los habitantes de Moreno les sorprendió mucho las declaraciones de los miembros de la Iglesia por que se contradice con lo que ocurre por estas tierras. Hace pocas semanas trascendió que el bingo de Moreno se instalaría en la propiedad donde funcionaba el hipermercado Norte (Victorica a pocas cuadras del Acceso Oeste). Cuando algunos vecinos calcularon que sólo tres cuadras separan el predio en cuestión de un convento y hogar de monjas, se preguntaron, si en Moreno no hay representantes de la iglesia.
El flamante obispado Merlo – Moreno (10 años) tiene al obispo Bargalló al frente desde su creación en momentos en que el intendente era Mariano West. ¿Cuales serán los motivos para que un obispo se haya llamado a silencio en una situación similar a la planteada por Casaretto? ¿Será cierto que los empresarios del juego (como asegura Casaretto) tienen vinculaciones con otros poderes, pero en Moreno tienen bendición celestial?
¿Alguna vez la gente común se enterará de los negocios que se habilitan al filo de la ley, o ese será un acierto que los gobernantes nunca pagarán?
Fuente: agencianova
miércoles, 23 de abril de 2008
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario